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lunes, 26 de agosto de 2013

Evolución natural de las demencias.

Es importante conocer la evolución natural de estas enfermedades para entender las diferentes etapas y los componentes del proceso patológico, lo que permitirá intervenir lo más temprano posible y mantener el máximo tiempo posible la independencia y la calidad de vida de las personas con demencia.


 Las demencias de origen neurodegenerativo tienen en común un comienzo lento, sin síntomas obvios al principio, seguidos por una evolución progresiva.

La enfermedad de Alzhéimer suele comenzar afectando a la memoria episódica, con incapacidad de memorizar los hechos recientes. Posteriormente aparecen  déficits en otras funciones cognitivas y un progresivo deterioro en las actividades avanzadas, instrumentales y finalmente básicas de la vida diaria, seguido de deterioro de funciones motoras, con aparición de trastorno de la marcha, temblor, mioclonias (movimientos involuntarios, breves, bruscos y repentinos, a modo de sacudidas), incontinencia de esfínteres, disfagia (dificultad para comer) y, finalmente, inmovilización del paciente y fallecimiento por una complicación como tromboembolismo o infecciones.
La evolución de la enfermedad varía mucho entre unos pacientes y otros, aunque no suele prolongarse más allá de 15 años.

La demencia frontotemporal, la demecia de cuerpos de Lewy y las demencias asociadas a parkinsonismo, como son el Parkinson, la degeneración córtico basal y la Parálisis supranuclear progresiva, evolucionan hacia el empeoramiento progresivo, a menudo agravado por la presencia del síndrome extrapiramidal, de otras alteraciones motoras como la disfagia o dificultad para comer y la disartria o alteración en la articulación de las palabras y la disfunción de la autonomía.

Los síntomas conductuales y psicológicos de las demencias como la apatía, la irritabilidad o los trastornos afectivos complican el curso evolutivo y suelen llevar a la institucionalización precoz en residencias de ancianos. Pueden aparecer en las primeras fases, sobre todo en la demencia frontotemporal y se agravan a medida que las demencias evolucionan.

La demencia vascular tiene una evolución menos previsible. Frecuentemente se observa cierta estabilidad durante períodos más o menos largos, aunque un nuevo evento vascular puede provocar un descenso repentino de la función cognitiva.

Existen diferentes escalas para medir el curso evolutivo de las demencias y que se emplean para el seguimiento clínico y para la evaluación de la respuesta terapéutica.

Información procedente de: http://fundacioncien.es

 

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