Treinta minutos de retraso en atender un ictus aleja un 10% la recuperación.
Un estudio clínico mundial en el que ha
participado el Hospital Vall d'Hebron de Barcelona sobre nuevos
tratamientos endovasculares en ictus isquémicos ha concluido que por
cada 30 minutos de retraso en acceder al tratamiento disminuyen un 10 %
las opciones de recuperación funcional de los pacientes.
El
Hospital Universitario Vall d'Hebron (HUVH) es el único centro español
participante en este estudio mundial, cuyos resultados ha publicado la
revista "New England Journal of Medicine" (NEJM), y el que ha aportado
más pacientes de Europa.
El estudio IMS3 (Interventional
Management of Stroke) ha sido coordinado en Barcelona por el neurólogo
Marc Ribó y el jefe de la Unidad de Ictus de Vall d'Hebron, Carlos
Molina, y en él han participado 656 pacientes de 58 centros de los
Estados Unidos, Canadá, Australia y Europa.
El ictus isquémico,
una oclusión brusca de una arteria cerebral, es una de las principales
causas de mortalidad en España, y la primera de discapacidad permanente.

En muchos casos, el t-PA no consigue el objetivo deseado, lo que obliga a estudiar alternativas terapéuticas.
En este estudio se ha probado el tratamiento endovascular, es decir, el
acceso mediante un catéter por el interior de los vasos sanguíneos
hasta llegar a la arteria cerebral donde se encuentra alojado el trombo y
proceder a su extracción.
Durante el ensayo se distribuyó a los
pacientes que habían recibido t-PA intravenoso en las tres primeras
horas después de la aparición de los síntomas del ictus en dos grupos,
uno de ellos recibió terapia endovascular adicional y el otro solo t-PA.
Según ha informado el Hospital Vall d'Hebron, el IMS3 no ha mostrado
una superioridad evidente del tratamiento endovascular frente al
convencional con t-PA, pero ha abierto una vía de información muy
importante sobre los subgrupos de pacientes que pueden llegar a
beneficiarse de estos tratamientos y sobre cuáles son las exploraciones
complementarias que permitirán identificarlos.
Aunque no se ha podido demostrar que los nuevos tratamientos sean más
efectivos que los tradicionales, existen factores que permiten a los
investigadores ser optimistas, ya que la información obtenida y la
aparición de nuevos catéteres con un perfil de eficacia y seguridad
mejorados permite diseñar nuevos ensayos clínicos, algunos ya en marcha
con participación de Vall d'Hebron.
Información procedente de: http://www.larazon.es
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