Una mascota para enfrentar el alzhéimer y la depresión.
Los estudios con la terapia asistida con animales progresa,
ahora con investigaciones enfocadas en ancianos. El Hospital
Universitario de Torrejón ha evaluado la inclusión de mascotas en la
terapia de tres grupos de ancianos con distintos trastornos: alzhéimer,
depresión involuntaria y rehabilitación después de una intervención
quirúrgica de prótesis de rodilla o cadera. En los dos primeros casos
los resultados han sido francamente positivos, dice el doctor José
Gómez, director médico del Hospital Universitario de Torrejón de Madrid.
En
el grupo con alzhéimer, los pacientes tenían edades comprendidas entre
64 y 86 años y habían mostrado previamente que les gustaban los perros. Mostraron un mayor grado de interacción social y una notable reducción
de la apatía. Además, se observó una expresividad emocional mucho más
rica y sus capacidades de comunicación verbal y no verbal han aumentado
de modo significativo, afirma el doctor Gómez.
El grupo de
ancianos con depresión involuntaria se conformó con personas de 71 años
en promedio, que presentaban una sintomatología depresiva activa que
impactara en sus actividades básicas de la vida diaria y que estaban en
riesgo de aislamiento social y deterioro de las habilidades
interpersonales, como se registra en el proyecto Terapia Asistida con
Animales, desarrollado a través de la Escuela de Pacientes con la
colaboración de la Asociación Mascoterapia y la organización Yaracán.
Durante seis semanas se realizaron diez sesiones con animales y los
resultados apuntan a que los síntomas de la depresión disminuían.
Resultados esperanzadores
Los
resultados son sencillamente fantásticos, asegura el doctor Gómez. Se
ha producido una estabilización clínica de la sintomatología depresiva,
con una disminución de la ansiedad y la tristeza. Los pacientes han
avanzado de modo radical en sus relaciones interpersonales, favoreciendo
la sociabilidad y las habilidades de comunicación. Además, hemos
observado un aumento de la autoestima y el autoconcepto, desterrando los
sentimientos de inutilidad que muchas veces acompañan a un paciente
mayor con depresión. Y, por último, se ha elevado el rendimiento
cognitivo en todos los pacientes que han participado en el estudio. Todo
ello nos permite afirmar que la terapia asistida con animales es una
herramienta útil y eficiente para disminuir los síntomas depresivos en
la población anciana.
Donde tener mascota no parece importar
mucho para la recuperación del paciente es en el caso de la recuperación
postoperatoria. Los pacientes mayores de 70 años con intervención de
cadera o rodilla que tuvieron terapia con animales dieron el mismo
resultado que el grupo de control que no tenía interacción con animales. En este caso los resultados no permiten afirmar que se haya producido
recuperación precoz del estado funcional del paciente, aunque
manifestasen un altísimo grado de satisfacción por la terapia,
manifestó el doctor Gómez.
Información procedente de: http://www.que.es
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