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miércoles, 29 de mayo de 2013

Una mascota para enfrentar el alzhéimer y la depresión.



Los estudios con la terapia asistida con animales progresa, ahora con investigaciones enfocadas en ancianos. El Hospital Universitario de Torrejón ha evaluado la inclusión de mascotas en la terapia de tres grupos de ancianos con distintos trastornos: alzhéimer, depresión involuntaria y rehabilitación después de una intervención quirúrgica de prótesis de rodilla o cadera. En los dos primeros casos los resultados han sido francamente positivos, dice el doctor José Gómez, director médico del Hospital Universitario de Torrejón de Madrid.

En el grupo con alzhéimer, los pacientes tenían edades comprendidas entre 64 y 86 años y habían mostrado previamente que les gustaban los perros. Mostraron un mayor grado de interacción social y una notable reducción de la apatía. Además, se observó una expresividad emocional mucho más rica y sus capacidades de comunicación verbal y no verbal han aumentado de modo significativo, afirma el doctor Gómez.

El grupo de ancianos con depresión involuntaria se conformó con personas de 71 años en promedio, que presentaban una sintomatología depresiva activa que impactara en sus actividades básicas de la vida diaria y que estaban en riesgo de aislamiento social y deterioro de las habilidades interpersonales, como se registra en el proyecto Terapia Asistida con Animales, desarrollado a través de la Escuela de Pacientes con la colaboración de la Asociación Mascoterapia y la organización Yaracán. Durante seis semanas se realizaron diez sesiones con animales y los resultados apuntan a que los síntomas de la depresión disminuían. 

Resultados esperanzadores
Los resultados son sencillamente fantásticos, asegura el doctor Gómez. Se ha producido una estabilización clínica de la sintomatología depresiva, con una disminución de la ansiedad y la tristeza. Los pacientes han avanzado de modo radical en sus relaciones interpersonales, favoreciendo la sociabilidad y las habilidades de comunicación. Además, hemos observado un aumento de la autoestima y el autoconcepto, desterrando los sentimientos de inutilidad que muchas veces acompañan a un paciente mayor con depresión. Y, por último, se ha elevado el rendimiento cognitivo en todos los pacientes que han participado en el estudio. Todo ello nos permite afirmar que la terapia asistida con animales es una herramienta útil y eficiente para disminuir los síntomas depresivos en la población anciana.

Donde tener mascota no parece importar mucho para la recuperación del paciente es en el caso de la recuperación postoperatoria. Los pacientes mayores de 70 años con intervención de cadera o rodilla que tuvieron terapia con animales dieron el mismo resultado que el grupo de control que no tenía interacción con animales. En este caso los resultados no permiten afirmar que se haya producido recuperación precoz del estado funcional del paciente, aunque manifestasen un altísimo grado de satisfacción por la terapia, manifestó el doctor Gómez.

Información procedente de: http://www.que.es

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