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martes, 25 de junio de 2013

El daño cerebral y las patologías neurodegenerativas, lo que más rehabilitación requiere.

La neurorrehabilitación debe abordarse de forma integral, combinando las esferas física, cognitiva y social, debido a la complejidad de las lesiones.

El daño cerebral adquirido, bien traumático (traumatismo craneoencefálico), vascular (ictus o hemorragia cerebral), infeccioso (meningitis) o tumoral, así como las enfermedades neurodegenerativas como el párkinson o el alzheimer, y las enfermedades de la médula y de la columna vertebral representan las patologías que necesitan más cuidados neurorrehabilitadores para poder garantizar al paciente la vuelta a una adecuada calidad de vida. En niños, en cambio, “los neurorrehabilitadores se centran en tratar  enfermedades congénitas y genéticas, la parálisis cerebral infantil, las alteraciones de psicomotricidad y trastornos por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), causas frecuentes de problemas de escolaridad y alteraciones del comportamiento en la edad infantil”, comenta Luis Gangoiti, director médico del Instituto de Rehabilitación Neurológica NeuroMadrid.


“La neurorrehabilitación es un proceso activo en el que el uso combinado de medidas médicas terapéuticas, sociales, psicológicas, educativas y vocacionales están orientadas a recuperar y/o compensar las capacidades funcionales alteradas, mejorar la autonomía personal del daño cerebral y de este modo, conseguir la mejor integración familiar, socioeconómica, escolar y laboral del lesionado y de su entorno, con el fin de mejorar su calidad de vida”, explica Gangoiti. En los últimos años, los avances en el ámbito de la neurorrehabilitación han venido de la mano de las nuevas tecnologías, lo que ha abierto una puerta a la mejora de técnicas ya existentes y ha permitido el desarrollo de otras más innovadoras. Destacan, por ejemplo, las técnicas aplicadas al reaprendizaje motor orientado a tareas específicas, que requiere volver a enseñar al paciente estrategias eficaces para conseguir movimientos funcionales adaptados al entorno. En palabras de Gangoiti, “este enfoque parece demostrar mayor eficacia que otras terapias convencionales para pacientes neurológicos. Ejemplos conceptuales de esta metodología son la terapia de restricción del movimiento en el lado sano para miembros superiores y la marcha en suspensión sobre tapiz rodante con descarga parcial del peso para miembros inferiores”.

Asimismo, la utilización del ordenador ha brindado nuevas posibilidades de acción, principalmente para la rehabilitación neuropsicológica o logopédica, la utilización de estimulación eléctrica funcional o la realidad virtual. “Además, técnicas de neuroestimulación, como la estimulación magnética transcraneal repetitiva (TMS) y neuromodulación, como la estimulación directa transcraneal, producen incrementos en la actividad cerebral en áreas homolaterales lesionadas, ofreciendo prometedoras vías para la reorganización cerebral”

Apuesta por una atención integral
Los expertos insisten en que la rehabilitación debe abordarse de una manera integral, combinando las esferas física, cognitiva y social, debido a la complejidad de las lesiones cerebrales. “En estos casos, cualquier tipo de función sensorial, cognitiva, conductual, motora o automática puede verse amenazada. Su gravedad y presentación varían con el tiempo y combinadas, producen una infinidad de problemas funcionales, no sólo motores, sino en el uso del lenguaje, en la percepción visual, dificultades de aprendizaje, etcétera. También son frecuentes los trastornos de humor, los cambios de personalidad, la depresión o la ansiedad”.


Información procedente de: http://neurologia.publicacionmedica.com

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