Evolución natural de las demencias.
Es importante conocer la evolución natural de estas
enfermedades para entender las diferentes etapas y los componentes del
proceso patológico, lo que permitirá intervenir lo más temprano posible y
mantener el máximo tiempo posible la independencia y la calidad de vida
de las personas con demencia.
Las demencias de origen neurodegenerativo tienen en
común un comienzo lento, sin síntomas obvios al principio, seguidos por
una evolución progresiva.
La enfermedad de Alzhéimer suele comenzar afectando a
la memoria episódica, con incapacidad de memorizar los hechos
recientes. Posteriormente aparecen déficits en otras funciones
cognitivas y un progresivo deterioro en las actividades avanzadas,
instrumentales y finalmente básicas de la vida diaria, seguido de
deterioro de funciones motoras, con aparición de trastorno de la marcha,
temblor, mioclonias (movimientos involuntarios, breves, bruscos y
repentinos, a modo de sacudidas), incontinencia de esfínteres, disfagia
(dificultad para comer) y, finalmente, inmovilización del paciente y fallecimiento por una complicación como tromboembolismo o infecciones.
La evolución de la enfermedad varía mucho entre unos pacientes y otros, aunque no suele prolongarse más allá de 15 años.
La demencia frontotemporal, la demecia de cuerpos de Lewy y las demencias asociadas a parkinsonismo,
como son el Parkinson, la degeneración córtico basal y la Parálisis
supranuclear progresiva, evolucionan hacia el empeoramiento progresivo, a
menudo agravado por la presencia del síndrome extrapiramidal, de otras
alteraciones motoras como la disfagia o dificultad para comer y la
disartria o alteración en la articulación de las palabras y la
disfunción de la autonomía.
Los síntomas conductuales y psicológicos de las demencias
como la apatía, la irritabilidad o los trastornos afectivos complican
el curso evolutivo y suelen llevar a la institucionalización precoz en
residencias de ancianos. Pueden aparecer en las primeras fases, sobre
todo en la demencia frontotemporal y se agravan a medida que las
demencias evolucionan.
La demencia vascular tiene una evolución menos
previsible. Frecuentemente se observa cierta estabilidad durante
períodos más o menos largos, aunque un nuevo evento vascular puede
provocar un descenso repentino de la función cognitiva.
Existen diferentes escalas para medir el curso evolutivo de las
demencias y que se emplean para el seguimiento clínico y para la
evaluación de la respuesta terapéutica.
Información procedente de: http://fundacioncien.es
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