La magnetoencefalografía mejora el diagnóstico de pacientes con enfermedad de Alzheimer.
Un
equipo de investigadores ha estudiado los mecanismos que conducen a que
algunos pacientes diagnosticados de deterioro cognitivo leve (DCL)
desarrollen la enfermedad de Alzheimer (EA). Los resultados del estudio
apuntan a la magnetoencefalografía como un posible biomarcador para
determinar la probabilidad de evolución a EA de pacientes con DCL.
En
este estudio se emplearon técnicas de registro de la actividad cerebral,
técnicas de estimación del volumen de sustancia gris de ciertas áreas
cerebrales y pruebas neuropsicológicas para caracterizar la actividad
cerebral de pacientes con DCL. La muestra consistió en 19 pacientes con
DCL que al cabo de un tiempo (un año de media) desarrollaron EA (DCL
conversores, DCLc), y 30 pacientes con DCL cuyo diagnóstico no varió en
el mismo tiempo (DCL estables, DCLe). Ambos grupos no diferían en edad,
sexo ni nivel educativo.
Para
analizar los patrones de actividad cerebral se utilizó la
magnetoencefalografía, una técnica no invasiva que permite capturar los
campos magnéticos que genera el cerebro. Los registros se realizaron con
los sujetos en estado de reposo, con los ojos cerrados. Sobre estos
registros se realizaron técnicas de estimación de la sincronización
cerebral, que permiten determinan la forma en que distintas regiones
cerebrales se comunican entre sí.
Los
resultados muestran que los DCLc, en comparación con los DCLe,
obtuvieron peores puntuaciones en pruebas de memoria episódica y
semántica, y en pruebas de función ejecutiva. También presentaban un
menor volumen en la corteza entorrinal izquierda, habitualmente
relacionada con la memoria. Además, se hallaron diferencias
significativas en cinco conexiones entre la corteza cingulada anterior
derecha y sendas zonas temporooccipitales, principalmente en el
hemisferio derecho.
Los
DCLc mostraron una mayor sincronización entre esas áreas, y estos
valores estaban inversamente relacionados con la ejecución en varias
tareas cognitivas y con el volumen de ambos hipocampos y de la corteza
entorrinal izquierda. Finalmente, la combinación de los resultados
obtenidos con las pruebas neuropsicológicas y las de sincronización
cerebral permitió clasificar correctamente como DCLc o DCLe al 90% de
los 49 sujetos de la muestra.
Estos
hallazgos sugieren que el incremento en la sincronización entre la
corteza cingulada anterior y regiones temporooccipitales derechas puede
ser predictivo de la conversión de DCL a EA.
Información procedente de: http://www.neurologia
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