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domingo, 24 de marzo de 2013


Los efectos del estrés en la memoria.

 El estrés es una respuesta fisiológica y psicológica ante situaciones amenazadoras o desafiantes. Es normal siempre y cuando se manifieste en un tiempo prudencial, cuando se prolonga en el tiempo es cuando se considera problemático. Los malestares físicos y psíquicos empiezan a manifestarse. La irritabilidad, agresión, y ansiedad se hacen presentes además del cansancio, dificultades para conciliar el sueño dolores de cabeza, problemas estomacales y dolores musculares. Los procesos de memoria y atención también se ven deteriorados.

Por otro lado, debido a la baja de inmunidad que produce, otras enfermedades pueden adquirirse, ya que el estrés prolongado se considera un importante factor de riesgo. Es decir, aumenta la probabilidad de contraer otras enfermedades.

Nuevos estudios se han centrado en la influencia que puede tener el estrés prolongado en las fallas de memoria. Han comprobado que las alteraciones hormonales que provoca el estrés prolongado produce una aceleración del proceso de muerte neuronal en áreas cerebrales encargadas de los procesos de memoria provocando dificultades en el recuerdo y por ende en el aprendizaje.
Se producen dificultades al intentar recordar eventos cotidianos como el lugar donde se deja la llave, nombres de personas, fechas, etc. Otras limitaciones se manifiestan a la hora de adquirir nueva información, por ejemplo, después de leer un libro o nota en el diario no pueden recordarlo, en algunos casos se recuerda una mínima idea conceptual y otros no pueden evocar el contenido pero si reconocerlo, si alguien empieza a decir el comienzo de la idea pueden terminarla o al menos saber que lo leyeron.

Estas fallas pueden ser un síntoma del síndrome de estrés crónico o en personas de tercera edad corresponder al inicio de enfermedad de alzheimer ya que uno de los primeros síntomas de esta patología es el deterioro de la memoria.

El estrés crónico aumenta la probabilidad de contraer enfermedad de alzheimer. Por lo tanto, si las fallas de memoria acompañan los síntomas del síndrome de estrés crónico y estas se agravan con el tiempo es recomendable realizar una consulta neuropsicológica y médica que permita realizar un diagnostico diferencial. Este permitirá identificar si las fallas de memoria son parte del síndrome de estrés crónico o si se trata de una alteración de memoria propia de la Enfermedad de Alzheimer intensificada por el síndrome de estrés crónico.
En otros casos, si la persona padece enfermedad de Alzheimer y sufre estados de estrés prolongado los síntomas se agravan y aceleran los mecanismos neurodegenerativos que caracterizan la enfermedad.

La mejor manera de prevenir el estrés es realizar ciertos cambios en nuestro estilo de vida, esto incluye participación en actividades sociales, ejercicio físico, alimentación equilibrada, descanso regular y actividades agradables o hobbies.
Potenciar nuestra calidad de vida puede prevenir el estrés crónico como neutralizar y disminuir sus efectos.

Información procedente de: http://www.eldiariodecarlospaz.com


 

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