Identifican la zona del cerebro que se ocupa de las cifras.
La región, situada en la corteza cerebral, no se activa cuando los números están escritos con letras.
Científicos de la Escuela de Medicina de la
Universidad de Stanford (Palo Alto, California, EE UU) han determinado
las coordenadas anatómicas precisas de un "punto caliente" del cerebro, que mide sólo 0,5 centímetros de ancho, y que se activa preferentemente cuando la gente ve los números que aprendemos en la escuela primaria , como el "6" o el "38".

"Este
es el primer estudio que demuestra la existencia de un grupo de células
nerviosas en el cerebro humano que se especializa en procesar los
numerales", explica Josef Parvizi, profesor asociado de neurología y
ciencias neurológicas, en la nota de prensa de Stanford,
escrita por Bruce Goldman. "En esta población de pequeñas células
nerviosas, vimos una respuesta mucho mayor a los números que a símbolos
de aspecto, sonido o significado muy similar, informa Tendencias 21.
"Es una demostración espectacular de la capacidad de nuestros circuitos cerebrales para el cambio provocado por la educación", agregó. "Nadie nace con la capacidad innata para reconocer los números."
Este
hallazgo abre la puerta a nuevos descubrimientos sobre el flujo y el
procesamiento de información relacionada las matemáticas en el cerebro.
También podría tener consecuencias clínicas directas para los pacientes
con dislexia para los números y con discalculia: la incapacidad de
procesar información numérica.
El clúster de neuronas
identificado por el grupo de Parvizi consta quizás de entre 1 y 2
millones células nerviosas en el giro temporal inferior, una región
superficial de la corteza externa en el cerebro. Del giro temporal
inferior se sabía ya que está involucrado en el procesamiento de la
información visual.
El nuevo estudio, publicado el 17 de
abril en la revista Journal of Neuroscience, se basa en otro anterior en
el que los voluntarios habían sido desafiados con preguntas de
matemáticas. "Habíamos acumulado muchos datos de ese estudio sobre qué
partes del cerebro se activan cuando una persona se centra en problemas
aritméticos, pero en general estábamos mirando otras zonas y no habíamos
prestado mucha atención a esta región en concreto," explica Parvizi.
No
se dieron cuenta de lo que ocurría hasta que una estudiante de medicina
de cuarto año, Jennifer Shum, que también está investigando en el
laboratorio de Parvizi, se fijó en que, en algunos sujetos del primer
estudio, un punto en la circonvolución temporal inferior parecía
activarse de manera sustancial por los ejercicios de matemáticas.
Encargada
de verificar que esta observación era consistente de un paciente a
otro, Shum, comprobó que ese era el caso. Así, el equipo de Parvizi
diseñó un nuevo estudio para investigar más a fondo.
Segunda parte
El
nuevo estudio se basó en voluntarios epilépticos a los que, como un
primer paso hacia una posible cirugía para aliviar las incesantes
convulsiones, que no estaban respondiendo a las drogas terapéuticas, se
les extrajo una pequeña parte de sus cráneos, y se les introdujeron
electrodos aplicados directamente en la superficie del cerebro
El
procedimiento, que no destruye ningún tejido cerebral ni interrumpe la
función del cerebro, se había llevado a cabo de manera que los pacientes
pudieran ser observados durante varios días para así ayudar a los
neurólogos que les asisten a encontrar la ubicación exacta de los puntos
donde se originan sus convulsiones.
Durante el tiempo que
estos pacientes están en cama en el hospital, que puede durar hasta una
semana, están plenamente conscientes, sin dolor y, cierto es, un poco
aburridos.
Con el tiempo, Parvizi identificó siete
pacientes epilépticos con electrodos en o cerca de la circunvolución
temporal inferior y consiguió su consentimiento para someterse durante
una hora a pruebas en las que se les mostraban imágenes durante
intervalos muy cortos en una pantalla de ordenador portátil, mientras se
registraba la actividad en las regiones del cerebro cubiertas por los
electrodos.
Cada electrodo recogió la actividad de un área
que correspondía a alrededor de medio millón de células nerviosas (una
gota en el océano en comparación con los alrededor de 100 mil millones
de células nerviosas del cerebro).
Para asegurarse de
identificar correctamente las áreas del cerebro que respondían a los
numerales, además de los números arábigos, se les enseñaron palabras que
denotan números (como "tres", escrito con letras), así como símbolos
que en realidad eran números pero que era muy difícil que fueran
identificados como tales (puesto que correspondían a lenguajes como el
tibetano o el tailandés). También se les presentaban "tipos de letra
falsos", es decir, números que podían seguir siendo identificados pero
que habían sido modificados ligeramente para tener una forma algo
extraña.
Curiosamente, señala Parvizi, las células
nerviosas que se ocupan de los números están dentro de un grupo más
grande de neuronas que se activan por símbolos visuales que tengan
líneas con ángulos y curvas. Este grupo más amplio respondía también de
manera fuerte a los "tipos de letra falsos", puesto que tenían forma de
líneas con ángulos y curvas.
Parvizi relaciona este tipo
de imágenes, con líneas, curvas e intersecciones, a las que debe ser
capaz de distinguir un mono que salta de rama en rama en una selva.
Información procedente de: http://www.larazon.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario