Se dice que el alzhéimer será la epidemia del siglo XXI y que puede "aplastar" materialmente la civilización occidental. Debido al envejecimiento de la población, en España, dentro de 15 años, se calcula que habrá siete millones de afectados y un gasto anual de casi 50.000 millones de euros.
Prevenir su aparición debería ser una prioridad tanto sanitaria como
económica y un estudio presentado hoy ofrece resultados prometedores
para conseguirlo.
A principios del siglo pasado, el neurólogo alemán Alois
Alzheimer describió una extraña acumulación de un producto patológico en
el cerebro de sus pacientes. Eran las llamadas placas de beta-amiloide,
una proteína que se agolpa en el encéfalo y que es la posible causante
de la enfermedad. Pero desde los tiempos de Alzheimer ha sido muy
difícil atacar este problema, pues el cerebro está protegido por una
muralla de excepcional eficiencia conocida como barrera
hematoencefálica. Esta deja pasar solo los nutrientes que el cerebro
necesita para funcionar y contra su muros se han estrellado cientos de
fármacos prometedores sin conseguir traspasarlos.
“Estos resultados nos llevan un paso más cerca del uso de esta tecnología en humanos”
Hoy un estudio describe un nuevo tratamiento capaz de
cruzar esa barrera y reducir la concentración de la insidiosa proteína
del alzhéimer. El tratamiento está basado en anticuerpos, agentes que en
nuestro sistema inmune reconocen un patógeno y lo eliminan. Debidamente
modificados, los anticuerpos descritos en este estudio engañan al
cerebro para que les deje pasar pensando que son un nutriente y después
bloquean la producción de proteína beta-amiloide. El tratamiento se ha
probado en monos.
“Estos resultados nos llevan un paso más cerca del uso de
esta tecnología en humanos”, explica Joy Yu, neurobióloga de la empresa
estadounidense Genentech (propiedad de Roche) y coautora del estudio, publicado en Science Translational Medicine.
El tratamiento consigue reducir en torno a un 50% la concentración de
la proteína en el fluido cerebroespinal y un 20% en el cerebro, explica
Yu, aunque lo más importante es que cuantos más anticuerpos llegan al
cerebro de los monos, más eliminación de proteína se registra. El equipo
ya demostró esto mismo en ratones, dice, y ahora ya están intentando
mejorar sus anticuerpos para aumentar la cantidad de proteína eliminada.
Cada vez está más claro que la guerra contra el alzhéimer
solo se podrá ganar adelantándose a la enfermedad. Para ello hace falta
diagnosticar la dolencia de forma cada vez más precoz y desarrollar
tratamientos preventivos que impidan su llegada. Este trabajo va en esa
línea, aunque aún queda mucho antes de que se convierta en una realidad.
Cada vez está más claro que la guerra contra el alzhéimer solo se podrá ganar adelantándose a la enfermedad
“Es un estudio prometedor porque abre la puerta a otra vía
de tratamiento contra la posible sustancia que causa la enfermedad”,
resalta Félix Viñuela, vocal del Grupo de Estudio de Conducta y
Demencias de la Sociedad Española de Neurología. Actualmente, la
acumulación de proteína es un síntoma preclínico que no tiene
tratamiento, recuerda, pues no existe ningún fármaco aprobado para ello.
En la actualidad ya se están probando varias sustancias
experimentales capaces de eliminar la placa acumulada en los cerebros de
pacientes con alzhéimer, resalta el neurólogo . El problema es que la
proteína se comienza a acumular años e incluso décadas antes de que
aparezcan los primeros síntomas de alzhéimer, como pérdida de memoria o
desorientación. Para cuando se diagnostica a un enfermo y se empiece a
limpiar la proteína, es posible que los beneficios fueran limitados ya
que las placas habrían causado ya daños irreversibles. La diferencia de
este nuevo tratamiento experimental, dice Viñuela, es que no ataca la
placa en sí, sino que va “a un paso anterior” e impide la producción de
proteína beta-amiloide antes de que se pueda acumular.
La pruebas en monos son fundamentales
“Si finalmente se comprueba que la beta-amiloide es la
culpable de la toxicidad y la inflamación que caracteriza al alzhéimer,
si se puede limpiar la ya acumulada y además se puede evitar la
producción, entonces habríamos ganado la batalla”, opina Viñuela. Se
trata de un objetivo aún lejano, advierte, pues este nuevo tratamiento
de Genentech deberá primero demostrar que también funciona en humanos.
Los autores del trabajo son los primeros en reconocerlo. En
su estudio, señalan que aunque los ratones han resultado útiles hasta
ahora para demostrar que los anticuerpos consiguen colarse en el
cerebro, ahora habrá que hacer “ extensivas investigaciones en primates”
antes de poder pasar a humanos. “Nuestro objetivo es ser muy
meticulosos, no nos queremos apresurar a probarlo en humanos”, señala
Yu.
Otro punto importante del estudio, más general, es que
plantea una “estrategia para transportar al cerebro nuevos agentes
terapeúticos”, resalta Ernest Giralt, que coordina el programa de
química y farmacología molecular en el Instituto de Investigación
Biomédica de Barcelona. En teoría, este mismo mecanismo usado por los
anticuerpos para cruzar la barrera hematoencefálica podría usarse para
llevar allí compuestos contra otras enfermedades del cerebro, desde la
esquizofrenia al cáncer.
Información procedente de: http://elpais.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario