Siguenos en:  

domingo, 7 de febrero de 2016

La suspicacia en el enfermo de Alzheimer

 

El enfermo de Alzheimer en ocasiones puede sospechar de los que le rodean, acusar a miembros de la familia o a otras personas de robo, ideas de castigo o punitivas, de infidelidad en comportamientos y juicios inadecuados. Hay personas que encuentran dichos comentarios o falsas acusaciones como hirientes, debemos tener en cuenta que se deben a la enfermedad, son consecuencia del deterioro progresivo de la enfermedad de Alzheimer.

La gerencia de este tipo de manifestaciones requiere experiencia y templanza, así como un sólido conocimiento de las características y curso de la enfermedad. Suelen ser fuente habitual de estrés, frustración, estas conductas desafiantes desatan la angustia en el cuidador.

Esta suspicacia como resultado de los delirios o falsas creencias, son un síntoma de la enfermedad. Algunos de los ejemplos comunes de estos comportamientos son las acusaciones de que “alguien está envenenando su comida” o “robándole su dinero” o derivados de falsa identificación como “mi esposa/o es un impostor”.





¿Cuándo ocurren estas sospechas infundadas?
Ocurren especialmente durante la etapa moderada de la enfermedad. A medida que el deterioro progresa, aparecen los déficits congnitivos (alteración progresiva de la memoria), la pérdida de atención y la desorientación, los episodios psicóticos (alucinaciones y delusiones). Ocurren con mayor intensidad las conductas perturbadoras.


En muchas de las ocasiones, el enfermo oculta los objetos o incluso dinero en lugares donde lo hacía antes de sufrir la enfermedad. Asegurar y guardar los objetos valiosos bajo llave es muy importante.
¿Cómo actuar ante estas situaciones?
* En primer lugar no se ofenda, entienda que es consecuencia de la enfermedad y trate de concebir la queja o la acusación, deje que el enfermo se exprese.
No trate de rebatir ni de contradecir a la persona, no trate de convencerla de su equivocación.
* Hable en tono suave, con voz cálida.
* Permitir una respuesta simple, tranquilizadora y haga sentir al enfermo que le importa, que es escuchado.
* Cambiar de pensamiento con una tarea agradable, cambiar el foco de atención a una actividad o que le asista en la finalización de una tarea.
* Si le acusa de la pérdida de un objeto o artículo específico, intente reponerlo lo antes posible.


“Le has echado algo a la comida, Quieres envenenarme” Los trastornos de conducta pueden aparecer en el momento de la alimentación. Muestre una conducta flexible, no caiga en estados de frustración ni irritación. Plantear rutinas y cocinar lo habitual así como procurar una actitud paciente y alabe las conductas positivas. Si es posible valore en qué medida el enfermo puede participar en la elaboración de la comida o incluso comer de su plato, probar la comida son medidas eficaces para confrontar las ideas de perjuicio.






Algunas medidas al respecto
* Consulte con el médico estas manifestaciones, sus observaciones del enfermo, el tratamiento farmacológico y las dosis.

* Puede explicar a la familia y a otros miembros que estas acusaciones sospechosas son causadas por la enfermedad.

* Adaptar el entorno para controlar aquellas fuentes estimulares que puedan alimentar el delirio (televisión, radio, alto volumen, ruido externo..).

* Si lo que “desaparece” es el dinero, deje que conserve algunas monedas en un monedero o en el bolsillo para aliviar o impedir el desarrollo de estas acusaciones.

* Si persiste la acusación de la “pérdida del objeto”, conozca e indague acerca de los lugares / escondites donde el enfermo podría dejar dichos objetos o por donde deambular.



Información procedente de: http://www.alzheimeruniversal.eu

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario