Una importante proteína ayuda a traducir el aprendizaje en recuerdos.
Científicos de los Institutos Gladstone, en San Francisco, California (Estados Unidos), han descifrado cómo una proteína llamada Arc regula la actividad de las neuronas, lo que proporciona pistas muy necesarias en la capacidad del cerebro para formar recuerdos duraderos. Estos resultados, publicados este domingo en la revista 'Nature Neuroscience', también ofrecen nueva comprensión de lo que sucede a nivel molecular cuando este proceso se interrumpe.
Dirigido por el investigador Steve Finkbeiner, este estudio se
adentró profundamente en el funcionamiento interno de las sinapsis, las
uniones altamente especializadas que procesan y transmiten información
entre las neuronas. La mayoría de las sinapsis de nuestro cerebro no se
forman durante el desarrollo temprano del cerebro, sino pueden formarse,
romperse y fortalecerse a lo largo de nuestra vida. Las sinapsis que
son más activos se hacen más fuertes, un proceso que es esencial para la
formación de nuevos recuerdos, pero que también es peligroso, ya que
puede sobreestimular las neuronas y provocar ataques epilépticos.
Los neurocientíficos han descubierto recientemente un importante
mecanismo que utiliza el cerebro para mantener este equilibrio
importante: un proceso llamado escala homeostática, que permite a las
neuronas individuales fortalecer las nuevas conexiones sinápticas que
han permitido formar recuerdos, mientras que al mismo tiempo protege a
las neuronas de demasiada excitación. Los investigadores no saben con
exactitud cómo lo hacen las neuronas, pero sospechan que la proteína Arc
juega un papel clave.
"Los científicos sabían que Arc estaba involucrada en la memoria a
largo plazo, ya que los ratones que carecen de la proteína Arc pueden
aprender nuevas tareas, pero no recordarlas al día siguiente", explicó
el doctor Finkbeiner, también profesor de Neurología y Fisiología en la
Universidad de California, San Francisco (UCSF), en Estados Unidos, con
la que está afiliado a Gladstone. "Debido a que las observaciones
iniciales mostraron que Arc se acumula en las sinapsis durante el
aprendizaje, los investigadores pensaron que la presencia de Arc en
estas sinapsis estaba conduciendo a la formación de recuerdos de larga
duración", relata.
Pero el doctor Finkbeiner y su equipo pensaron que había algo más
en juego. En experimentos de laboratorio, primero en modelos animales y a
continuación con mayor detalle en la placa de Petri, los científicos
hicieron un seguimiento de los movimientos del Arc y descubrieron que
cuando las neuronas individuales son estimuladas durante el aprendizaje,
Arc comienza a acumularse en las sinapsis, pero al poco tiempo, la
mayoría de Arc consigue llegar al núcleo", dijo Erica Korb, autora
principal del estudio que completó su trabajo de graduación en Gladstone
y UCSF.
"Una mirada más cercana reveló tres regiones dentro de la proteína
Arc que dirigen sus movimientos: una exporta Arc de un núcleo, otra lo
transporta al núcleo y una tercera lo mantiene allí. La presencia de
este sistema complejo y estrechamente regulado es una fuerte evidencia
de que este proceso es biológicamente importante", agrega Korb.
De hecho, los experimentos del equipo revelaron que Arc actuó como
un regulador maestro de todo el proceso de escalado homeostático.
Durante la formación de la memoria, ciertos genes deben activarse y
desactivarse en ocasiones muy específicas con el fin de generar las
proteínas que ayudan a las neuronas a establecer nuevos recuerdos. Desde
el interior del núcleo, los autores encontraron que era Arc quien
dirige este proceso que se requiere para que se produzca el escalado
homeostático, lo que fortaleció las conexiones sinápticas sin
sobreestimulación y, por lo tanto, tradujo el aprendizaje en recuerdos a
largo plazo.
"Este descubrimiento es importante no sólo por resolver un misterio
de largo tiempo sobre el papel de Arc en la formación de la memoria a
largo plazo, sino también por dar una nueva visión en el proceso de
ampliación homeostático en sí, interrupciones implicadas en una gran
cantidad de enfermedades neurológicas", explicó el doctor Finkbeiner.
"Por ejemplo, los científicos descubrieron recientemente que Arc se
agota en el hipocampo, el centro de memoria del cerebro, en pacientes
con enfermedad de Alzheimer. Es posible que las interrupciones en el
proceso de ampliación homeostático puedan contribuir a los déficits de
memoria y aprendizaje observados en la enfermedad de Alzheimer", señala
este experto.
Disfunciones en la producción y el transporte de Arc también puede
ser un jugador importante en el autismo. Por ejemplo, el trastorno
genético del síndrome de X frágil, una causa común tanto en el retraso
mental como el autismo, afecta directamente a la producción de Arc en
las neuronas.
"En el futuro --agregó el doctor Korb-- esperamos seguir investigando
el papel de Arc en la salud humana y la enfermedad para tener una idea
más clara de su papel en estos y otros trastornos, así como sentar las
bases de nuevas estrategias terapéuticas para luchar contra ellos".
Información procedente de: http://www.europapress.es
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