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jueves, 21 de marzo de 2013

Identifican la capacidad del cerebro para protegerse de los daños de un accidente cerebrovascular.

Investigadores de la Universidad de Oxford (Reino Unido) han descifrado en ratas el origen de una capacidad innata del cerebro para protegerse del daño que se produce en el accidente cerebrovascular. Los científicos de esta investigación, publicada en 'Nature Medicine', eperan su descubrimiento ayude en el tratamiento de apoplejía y la prevención de otras enfermedades neurodegenerativas en el futuro. 

Investigadores de la Universidad de Oxford (Reino Unido) han descifrado en ratas el origen de una capacidad innata del cerebro para protegerse del daño que se produce en el accidente cerebrovascular. Los científicos de esta investigación, publicada en 'Nature Medicine', eperan su descubrimiento ayude en el tratamiento de apoplejía y la prevención de otras enfermedades neurodegenerativas en el futuro.

"Hemos demostrado por primera vez que el cerebro tiene mecanismos que puede utilizar para proteger y mantener las células del cerebro vivas", dice el profesor Alastair Buchan, jefe de la División de Ciencias Médicas y decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Oxford, quien dirigió el trabajo, financiado por el Medical Research Council de Reino Unido y el Instituto Nacional para la Investigación en Salud.

El accidente cerebrovascular se produce cuando el suministro de sangre a una parte del cerebro se corta y, entonces, las células cerebrales se ven privadas de oxígeno y los nutrientes que necesitan para funcionar correctamente, por lo que comienzan a morir. "Las células empiezan a morir en algún lugar a los minutos o a lo sumo tras una o dos horas después de la carrera", afirma el profesor Buchan.

Esto explica por qué el tratamiento para el accidente cerebrovascular depende tanto de la velocidad con la que se comience a administrar. Cuanto más rápido se pueda llegar al hospital, tener un escaner cerebrarl y los fármacos administrados para disolver cualquier coágulo de sangre y que el flujo de sangre vuelva a empezar, menos daño se hará a las células cerebrales.

Esto también ha motivado la búsqueda sin éxito hasta ahora de "neuroprotectores": fármacos que puedan ganar tiempo y ayudar a las células cerebrales, o neuronas, a hacer frente a los daños y recuperarse después. El grupo de investigación de la Universidad de Oxford ha identificado el primer ejemplo de que el cerebro tiene integrado su propia forma de neuroprotección, llamada "neuroprotección endógena".

Se ha sabido desde 1926 que las neuronas en un área del hipocampo, la parte del cerebro que controla la memoria, son capaces de sobrevivir al ser privadas de oxígeno, mientras que otras en un área diferente del hipocampo mueren, pero la protección del daño de ese conjunto de células seguía siendo un misterio hasta ahora.

"Estudios anteriores se han centrado en la comprensión de cómo las células se mueren después de ser desprovistas de oxígeno y glucosa. Se consideró un enfoque más directo mediante la investigación de los mecanismos endógenos que han evolucionado para hacer que estas células en el hipocampo resistan", explica el autor principal, el doctor Michalis Papadakis, director científico del Laboratorio de Isquemia Cerebral en la Universidad de Oxford.

Trabajando con ratas, los científicos hallaron que la producción de una proteína específica llamada hamartina permite que las células sobrevivan a pesar de la falta de oxígeno y glucosa, como sucedería después de un accidente cerebrovascular. Estos expertos demostraron que las neuronas mueren en la otra parte del hipocampo debido a la falta de la respuesta hamartina.

El equipo fue capaz de descubrir que estimular la producción de hamartina ofrece una mayor protección a las neuronas. Buchan explica: "Esto está causalmente relacionado con la supervivencia celular. Si bloqueamos la hamartina, las neuronas mueren cuando el flujo sanguíneo se detiene. Si damos un espaldarazo a la hamartina, las células sobreviven una vez más".

Finalmente, los investigadores fueron capaces de identificar la ruta biológica a través de la cual la hamartina actúa para permitir que las células nerviosas hagan frente a daños cuando no reciben energía y oxígeno. El grupo señala que el conocimiento del mecanismo biológico natural que conduce a neuroprotección abre la posibilidad de desarrollar fármacos que imiten el efecto de hamartina.

(EuropaPress)
Información procedente de: http://noticias.lainformacion.com

Descubren en los genes la causa de 13 enfermedades mentales sin diagnóstico.

Investigadores de Genomic Genetics International, con la participación de médicos de Barcelona y Bilbao, han descubierto 13 síndromes genéticos causantes de discapacidades mentales profundas sin un diagnóstico conocido, sobre una muestra de 40 personas que pretende ampliarse a 700.


Investigadores de Genomic Genetics International han descubierto 13 síndromes genéticos causantes de discapacidades mentales profundas sin un diagnóstico conocido, en el marco de un trabajo llevado a cabo con la Fundación Catalònia, que trabaja con pacientes que sufren dolencias mentales.
El director médico de Genomic Genetics International y uno de los líderes del estudio, José Ignacio Lao, ha explicado la "sorpresa" de los investigadores al encontrar por primera vez síndromes de procedencia genética no descritos hasta la fecha en la literatura médica mundial.

De momento, el trabajo se ha llevado a cabo en una muestra de 40 pacientes de 20 a 60 años, aunque el objetivo es llegar a analizar a los 700 enfermos que atiende la Fundació Catalònia, impulsora y patrocinadora del estudio fruto de la inquietud de los familiares de los pacientes a la hora de abordar esta discapacidad.

Los expertos calculan que el 50% de los casos de discapacidad intelectual adulta a nivel mundial no disponen de un diagnóstico certero --se les considera idiopáticos-- al desconocerse su origen causal, por lo que este trabajo que constata una relación genética como causa de la patología podría arrojar luz a la hora de abordar la enfermedad.

Como ha explicado Lao, el diagnóstico correcto es un "paso esencial para establecer un tratamiento adecuado", lo que mejora el pronóstico de la dolencia por el mero hecho de que los médicos pueden predecir y actuar contra complicaciones futuras.

"El estudio se realizó para determinar si en este 50% del que hasta la fecha desconocíamos los orígenes de su discapacidad, podía existir una causa genética de base más allá de la medioambiental", ha explicado el médico.
Lao se ha mostrado convencido de que descubrirán más alteraciones genéticas, y ha explicado que los investigadores se encuentran ahora en una fase de caracteritazación tanto a nivel externo como metabólico, de los órganos mediante pruebas diagnósticas como tomografías y electrocardiogramas, entre otros.

Para ello, los investigadores han realizado un estudio cromosómico utilizando técnicas moleculares de alta resolución, que han permitido encontrar estas 13 alteraciones de las que no se sospechaba su existencia hasta la fecha.
El proceso ha utilizado de técnicas convencionales como el cariotipo, análisis del cromosoma X frágil, así como estudios bioquímicos o enzimáticos, así como herramientas de última tecnología, basadas en hibridación genómica comparativa.

Como una piedra en el zapato
"No importa lo diminuta que resulte la alteración, hemos constatado que afectan al individuo interrumpiendo su propio desarrollo, es como esa imperceptible piedra que se nos cuela en el zapato y sin abultar provoca suficiente daño como para que acabemos cojeando sin remedio", ha ejemplificado Lao.

El estudio, en el que han participado especialistas médicos de Barcelona y Bilbao, alcanza conclusiones "revolucionarias" que cambian el proceso de diagnóstico de este tipo de pacientes, ya que de obtener éxito en tan solo el 10% de los casos con las técnicas convencionales, pasamos a lograr determinar con precisión la causa en el 90% de los casos, aumentando así el poder de diagnóstico y la capacidad de asesoramiento.
 
Información procedente de: http://www.antena3.com

 

 

Paciencia, necesaria ante un caso de Alzheimer.


Las personas que cuidan a los pacientes con Alzheimer deben tener mucha paciencia y compasión, ya que por la sintomatología de la enfermedad, puede resultar una actividad frustrante, ya que en muchas ocasiones no cuentan con la experiencia ni con la capacitación para cuidar a un paciente con dicha enfermedad.

“Hay momentos en que manejar a alguien que tiene Alzheimer puede resultar difícil, pero hay que tener paciencia y ponerse en su lugar. Es importante intentar comprender por lo que están pasando”, indicó Teresa Dinau, cuidadora de Home Care Assistance, con sede en Palo Alto, California.

Uno de los principales errores que cometen los cuidadores de pacientes con Alzheimer es tratar de conservar a la persona que conocían antes de que se desarrollara la enfermedad, dijo el doctor Jacobo Mintzer, presidente de la Junta Asesora Médica y Científica de la Alzheimer's Foundation of America, quien refirió que esto puede conducir a actividades que pongan en peligro tanto al paciente como al mismo cuidador, ya que en ocasiones les permiten conducir, cuando saben que ya no pueden hacerlo.

Y señaló que este tipo de confianza puede resolverse de otra forma, por ejemplo mirando con el paciente fotos del pasado, o haciendo una actividad que se sabe le gustaba hacer, como bailar, por ejemplo.

Los especialistas también señalaron que las conductas que resultan más problemáticas pueden superarse con estimulación y atención.

Mintzer explicó que es importante utilizar una voz calmada al dirigirse a los pacientes, y redirigir la atención antes de intentar que el paciente modifique una conducta. También explicó que hay que responder cualquier pregunta, aún si la repite a cada momento, porque para ellos cada pregunta es nueva.

Explicó también que aunque frecuentemente se les permites a las personas con Alzheimer vivir en casa, en el momento que esto deja de ser seguro es necesario considerar la atención a largo plazo.

"El momento en que esto sucede puede ser muy distinto para cada paciente. Si usted vive en la ciudad de Nueva York y tiene un supermercado al lado, es irrelevante que su ser querido ya no pueda conducir. Si su ser querido vive en la parte rural de Carolina del Norte y ya no puede conducir, se moriría de hambre, así que necesita asistencia o atención a largo plazo antes", ejemplificó.

Información procedente de: http://www.sumedico.com

miércoles, 20 de marzo de 2013

Hacer ejercicio en la mediana edad puede mantener la demencia a raya en un futuro.

  Es posible que estar en forma a los cuarenta y tantos reduzca el riesgo de Alzheimer y otros tipos de demencia en una edad avanzada. Y cuanto mejor en forma esté, más bajo puede que sea el riesgo, según sugiere un nuevo estudio.

Casi 20,000 personas sanas realizaron una prueba de cinta caminadora para medir sus niveles de estado físico cuando llegaron a la mediana edad. Los investigadores recibieron luego los datos de reclamaciones de Medicare para ver a quién le fue diagnosticado cualquier tipo de demencia en años posteriores. El seguimiento duró un promedio de 24 años, en los que se evaluó a los pacientes con respecto a las señales de demencia a los 70, 75, 80 y 85 años de edad.

Los participantes a los que se consideró que estaban en forma según la prueba de la cinta caminadora tenían menos probabilidades de desarrollar demencia después de los 65 años de edad que aquellos que estaban en peores condiciones físicas, mostró el estudio.

Los hallazgos aparecen en la edición del 5 de febrero de la revista Annals of Internal Medicine.

Los investigadores no pueden asegurar con certeza que el ejercicio o la buena condición física sea lo que proteja la salud del cerebro basándose en los resultados de este estudio. Tampoco pueden afirman cuánto ejercicio se necesita hacer para obtener beneficios. 

Una vez aclarado esto, "este documento nos indica que cuanto mejor sea la condición física en la mediana edad, menos probable será desarrollar una demencia", afirmó la autora del estudio, la Dra. Laura DeFina, directora médica de investigación en el Instituto Cooper, en Dallas.
Los grupos médicos más importantes recomiendan hacer 150 minutos de actividad moderada o 75 minutos de ejercicio vigoroso a la semana, o una combinación de ambos, comentó. "No realizamos la suficiente actividad física", aseguró DeFina. "Con respecto a esto no somos un país muy activo, así que esta es otra razón para animar a la gente a que haga ejercicio".
No se sabe exactamente cómo el ejercicio podría conservar la función cerebral, pero "sabemos que cualquier cosa que podamos hacer para mantener nuestro corazón sano es fundamental para mantener nuestro cerebro sano", afirmó.
Aun así, es una buena idea hablar con su médico antes de empezar un nuevo régimen de ejercicio, sobre todo si tiene algún problema cardiaco.

El coautor del estudio, el Dr. Benjamin Willis, epidemiólogo en el Instituto Cooper, añadió que "nunca es tarde para empezar a hacer ejercicio".
Los nuevos hallazgos ayudan a dar consistencia al mensaje de "lo que no se usa se pierde", según algunos expertos que no participaron en el nuevo estudio.
El Dr. Richard Isaacson, director de la división de Alzheimer de la Facultad Miller de Medicina de la Universidad de Miami, comentó que "basándonos en los datos más recientes, sabemos que los cambios cerebrales que llevan a la demencia se producen de 20 a 30 años antes del inicio de los síntomas, así que es hora de hacer cambios en el estilo de vida. Si le preocupa que pueda desarrollar Alzheimer o alguna demencia, ahora es el momento de cambiar y llevar un estilo de vida sano".

Esto incluye hacer ejercicio de manera regular, tener una dieta sana baja en calorías y asegurarse de que la presión arterial y los niveles de colesterol están controlados, explicó.

"No hay ninguna cura mágica que acabe con el Alzheimer, pero tenemos evidencias de que se puede reducir el riesgo", comentó Isaacson. "Este estudio es excelente porque usa una medida objetiva de la condición física: la prueba de la cinta caminadora", señaló.
Estos resultados muestran la condición física en que se encuentra una persona, y no solo cuánto ejercicio hace, indicó.

El Dr. Sam Gandy, director asociado del Centro de Investigación sobre la Enfermedad de Alzheimer Mount Sinai, en la ciudad de Nueva York, se mostró de acuerdo en que el ejercicio puede ayudar a mantener el cerebro sano.
"Caminar a paso vivo o levantar pesas en tres sesiones de 30 minutos a la semana es la recomendación estándar para retrasar o prevenir la demencia", comentó Gandy. "Esto es muy, pero que muy importante. Lo primero que le digo a todos mis pacientes es que busquen un tipo de ejercicio que les guste".
Aunque el estudio encontró una asociación entre el nivel de condición física en la mediana edad y un riesgo menor de demencia más adelante, no estableció causalidad.


Información procedente de:http://www.nlm.nih.gov

Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare FUENTES: Richard Isaacson, M.D., associate professor, clinical neurology, and director, Alzheimer's division, University of Miami Miller School of Medicine; Laura F. DeFina, M.D., medical director of research, Cooper Institute, Dallas; Benjamin L. Willis, M.D., M.P.H., epidemiologist, Cooper Institute; Sam Gandy, M.D., associate director, Mount Sinai Alzheimer's Disease Research Center, New York City; Feb. 5, 2013, Annals of Internal Medicine
HealthDay

Lo esencial: mi memoria, yo y los demás.

La memoria es el hilo conductor de nuestra vida y de nuestras relaciones con los demás. Acoge, fija y moldea nuestras alegrías y penas, encuentros y rupturas, los grandes y pequeños recuerdos. Si en alguna ocasión nos defrauda, es porque, a veces, a lo largo de la vida, hay momentos difíciles de sobrellevar, y necesitamos atenuarlos para reanudar el curso de nuestra existencia.

- A cada edad nos servimos de la memoria de forma diferente: durante la infancia y la juventud, acumulamos conocimientos que utilizamos en la edad adulta; después, llega el momento de mirar hacia atrás y rememorar.

- La memoria es el hilo conductor de nuestra vida. Etapa tras etapa, es la garantía de nuestra identidad.

- La vida es un continuo proceso de cambios. Nuestra existencia está jalonada de crisis en las que hay que romper con una etapa para entrar en otra. Y hablar de ruptura y crisis equivale a hablar de posibles problemas de memoria.

- El nacimiento de los nietos, la jubilación, los cambios de domicilio, la independencia de los hijos y, sobre todo, la muerte de los padres o de otros seres queridos son acontecimientos que desestabilizan y, por tanto, son susceptibles de provocar problemas de memoria.

- Los olvidos tienen a veces un significado ligado a nuestra propia experiencia vital, aunque no siempre podamos identificarlo sin ayuda.

- Las emociones pueden reavivar nuestros recuerdos o bloquear su restitución. Algunos recuerdos son tan dolorosos que invaden nuestra existencia. Cuando esto ocurre, hay que pedir ayuda al médico o a un psicólogo.
 
Información procedente de: http://www.plusesmas.com

Las otras compañeras del Alzheimer.

Nueve de cada diez afectados por la enfermedad padecen, además, depresión, ansiedad y apatía. Nueve de cada diez personas enfermas de Alzheimer experimenta apatía en el estado grave, así como agitación, lo que complica aún más su vida.

Los trastornos de conducta suponen un alto impacto en la calidad de vida de los pacientes y su entorno.
Depresión, apatía y ansiedad son los trastornos neurosiquiátricos y de conducta más frecuentes asociados a las enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, una dolencia olvidada que la sufren en Euskadi 35.000 personas y más de 600.000 en el Estado español, aunque se estima que existen unos doscientos mil casos más sin diagnosticar.
 
Estos trastornos suponen un alto impacto en la calidad de vida de los pacientes y en la de su entorno. De hecho, la depresión, las alucinaciones y los delirios (paranoide, de celos) acaban afectando a una amplia mayoría de los enfermos de Alzheimer (EA) y cuando aparecen con suficiente intensidad, acaban siendo la principal queja del enfermo y de su familia. Los datos de los neurólogos no dejan lugar a dudas: hasta un 90% de las personas afectadas por EA desarrolla, al menos, un trastorno conductual. Por frecuencia, el 92% experimenta apatía en el estadio grave; el 85% agitación; el 84%, actividad motora aberrante, y el 62% depresión. El tema no es baladí, ya que el progresivo envejecimiento de la población hará que, en las próximas décadas, aumente de forma considerable el número de personas mayores de 65 años afectadas por el Alzheimer y otras enfermedades neurodegenerativas.

Los trastornos de la conducta y las dificultades en las actividades de la vida diaria son prevalentes en esta enfermedad, pero representan también los síntomas de mayor problemática para los cuidadores.

Herramientas "Es cierto que no hay cura para el Alzheimer, pero sí disponemos de herramientas farmacológicas y técnicas diagnósticas que permiten a quienes sufren las dolencias neurodegenerativas afrontar la situación con dignidad y calidad de vida. El diagnóstico precoz mejora la asistencia clínica, pero también refuerza la libertad de decisión de los pacientes para decidir sobre su futuro", opina el doctor Pablo Martínez-Lage, neurólogo de la Fundación CITA-Alzheimer de Donostia, quien ha participado junto a otros especialistas en el X Seminario Lundbeck sobre patologías neurodegenerativas celebrado recientemente en Sitges.
"Ahora -explica Martínez-Lage-, con los tratamientos actuales podemos mejorar transitoriamente algunos síntomas; somos capaces de estabilizar la sintomatología del paciente hasta un año, pueden ahorrar la necesidad de otros psicofármacos para síntomas de conducta horra gasto en horas de cuidador, horas de consulta, necesidad de internamiento".
Para el neurólogo de la Fundación CITA-Alzheimer de Donostia el diagnóstico precoz del Alzheimer permitiría al paciente y a su familia decidir conjuntamente la situación a largo plazo del enfermo."Son patologías que se prolongan durante muchos años. Si se le dice a la persona antes de que haya perdido su autonomía lo que le va a ocurrir, podrá decidir quién y cómo le van a cuidar en el futuro y cómo quiere que sea la fase final de su existencia".
Para este profesional, el diagnóstico temprano es una demanda de la sociedad a la que hay que dar respuesta. "Además, aportará beneficios si somos capaces de dar la oportunidad a una persona de tomar decisiones, elaborar un documento d voluntades anticipadas, etc. Muchos profesionales piensan -y hay datos para ello- que el tratamiento actual del Azheimer surtirá más efecto cuanto antes se inicie. Y si el tratamiento actual retrasa en algo la progresión de la enfermedad -se sabe que los enfermos tratados ingresan en residencia hasta 3 y 4 años más tarde que los no tratados-, el efecto que esto tendría sobre un potencial ahorro en gasto socio-sanitario no puede obviarse", recalca el neurólogo.

Al lado del paciente En esta misma línea argumental, el doctor Jorge Matías-Guiu, jefe de Servicio de Neurología del Clínico de San Carlos de Madrid, considera que "cuando más pronto se actúe, más eficientes se puede llegar a ser. En prácticamente todas las patologías neurológicas, la cuestión de la educación sanitaria ya no es sólo enseñar prevención y la existencia de determinadas enfermedades, sino que es necesario que el público esté preparado para detectar pronto estas enfermedades".
Matías-Guiu aboga por reivindicar la función social del neurólogo en estos ámbitos clínicos. "Estos enfermos se ven rodeados por los mitos y los miedos que circulan alrededor de estas dolencias. Y es que la demencia supone el 49% de las situaciones de dependencia y eso quiere decir que hay que hacer bien las cosas", apunta. 

Autonomía del enfermo En este mismo hilo conductor, Martínez- Lage asegura que "los especialistas deben diagnosticar, pero también informar, tratar, asesorar y apoyar a estos pacientes y a su familia. El respeto a la autonomía del paciente exige hacerle partícipe de la información que quiera recibir y de las decisiones que se han de tomar con respecto a su tratamiento y cuidado", añade el neurólogo.
En relación a los tratamientos, los neurólogos coinciden en señalar que la decisión debe tener en cuenta la opinión del propio paciente. Porque cuando ellos sienten que el médico respeta sus opiniones es cuando no tienen inconveniente en reconocer que el médico les diga lo que en realidad necesitan. "El neurólogo debe liderar la información ya que las situaciones cambian con la evolución; es quien mejor puede predecir los problemas para el paciente y su entorno y ayudar en la dura marcha con estas enfermedades", insiste Matías Guiu.
Desde el punto de vista científico, para este experto los retos pasan por la mejora diagnóstica y la investigación traslacional y clínica. Y desde el punto de vista social por mejorar las prestaciones y, principalmente, todas las actuaciones dirigidas sobre las cuidadoras. Los descubrimientos de biomarcadores en la enfermedad de Alzheimer para conseguir un diagnóstico temprano han sido uno de los grandes caballos de batalla de los científicos. Para el doctor Martínez-Lage nos encontramos en un momento de incertidumbre y esperanza. "Incertidumbre sobre la posibilidad de curar el Alzheimer cuando ya está completamente instaurada y esperanza en que los tratamientos etiopatogénicos puedan ser eficaces en las fases pre-demencia y cambiar el rumbo de la enfermedad y retrasar lo más posible (o evitar) la pérdida de autonomía. Nos hallamos también en el momento de plantear seriamente estudios de prevención".

El coste Ante la situación de crisis económica que atraviesa el país, los especialistas, en el X Seminario Lundbeck, tampoco obviaron el coste económico que van a representar las enfermedades neurológicas que aumentan con la edad . "Es y será enorme por su frecuencia, duración y repercusión social". Además, conforme pasen los años la demencia irá en aumento, existiendo una previsión de afectar a casi un 70% de la población anciana en el año 2030. Para ello es básico la investigación. Según Matías-Guiu "en el Estado sólo es posible en ámbitos traslacionales y clínicos. Hemos estado investigando para los demás. Hay muchos grupos de investigación pero con pocos recursos y necesitamos investigar con continuidad para dirigir directamente los resultados al paciente", remacha.

Información procedente de: http://www.deia.com

 

sábado, 16 de marzo de 2013

Alzheimer: la enfermedad que toca al arte.

Demencias como el alzhéimer han impactado notablemente la obra de grandes artistas...o los ha creado. Los inexplicables caminos del cerebro, cada una de sus ventanas, uno a uno sus laberintos y, más allá de eso, las peripecias que a veces produce la demencia. Eso es lo que ha estudiado durante años la doctora María Patricia Montañés.
Esta psicóloga, con PhD en neuropsicología, dictará una charla hoy en Explora en la que abordará la manera como las demencias, en particular, la enfermedad de alzhéimer, han transformado la obra de artistas que la padecen o ha logrado convertir en artistas a seres anónimos afectados con la enfermedad.

¿Cómo se ha estudiado a los artistas con enfermedad de Alzhéimer?
"Uno de los síntomas asociados a la enfermedad es la pérdida de memoria. Se dan dificultades para copiar, dibujar, construir figuras. Lo que se ha podido analizar es cómo era su obra previa y cómo varía con el diagnóstico, su estilo, la perspectiva, el color, la abstracción. Lamentablemente, muchos artistas dejan de pintar cuando son diagnosticados porque sienten que se afecta su obra".

¿Y no pasa lo contrario, que empiecen a pintar con más intensidad?
"Hay casos de pacientes/artistas que no les gusta ver esos cambios y otros, a pesar de ello, necesitan expresarse con su arte y ver a través de sus obras cómo evoluciona el mal".

¿Cuáles son los casos más destacados?
"Uno de los artistas sobre el que más se ha estudiado la enfermedad es el holandés Willem de de Kooning . Otro es el alemán Carolus Horn , que también muestra muy claro como se transforma su obra en la medida que avanza la enfermedad. Otro es el inglés William Utermohlen (foto).

¿Se usa el arte como terapia en los pacientes?
"El arte es lo que más se ha usado en los pacientes con alzhéimer para hacer estimulación cognoscitiva, cuando empiezan a olvidar las palabras y no se pueden comunicar, las terapias a través del arte les permite contar historias, este es un vehículo de socialización. La idea es mostrar que en las diferentes etapas de la enfermedad hay distintas maneras de expresarse. Y ha pasado con personas que no eran artistas y empiezan a pintar y a partir de su obra se trasmite un mensaje emocional que va más allá de las palabras. A veces ni siquiera recuerdan que la pintaron".

¿Qué otras enfermedades neurológicas ha estudiado?"Se ha analizado lo que ocurre con la enfermedad frontotemporal y es que se da algo sorprendente, porque son pacientes que se convierten en artistas en medio de la evolución de la demencia gracias a una degeneración de los lóbulos temporales, empiezan a sentir la necesidad de pintar y algunos de ellos empiezan a ser reconocidos. En Colombia tenemos una paciente que ha aplicado el arte como una terapia de manera muy especial".
 
Información procedente de: http://menteycuerpoenlaterceraedad.blogspot.com.es
Fuente: www.elcolombiano.com

 

Identifican la proteína que causa demencia frontotemporal.

Identifican la proteína que causa demencia y la enfermedad de Lou Gehrig
Los científicos, además, lograron un anticuerpo que detecta esta anomalía. El hallazgo es un nuevo blanco terapéutico que podría permitir a los clínicos confirmar el diagnóstico de ambos males.

14 de febrero de 2013 Investigadores de la Clínica Mayo, en Jacksonville, Florida, descubrieron una proteína anormal que se acumula en el cerebro de muchos pacientes con dos desórdenes neurodegenerativos esclerosis lateral amiotrófica, también denominada enfermedad de Lou Gehrig (ELA), y demencia frontotemporal . Ellos dicen que sus hallazgos han descubierto un potencialmente nuevo blanco terapéutico y biomarcador que podría permitir a los clínicos confirmar el diagnóstico de la enfermedad.

El equipo de investigación de la Clínica Mayo descubrió la patología de la proteína anormal que llamaron C9RANT. Un error en el altamente regulado proceso celular, a través del cual las proteínas se generan, causa la producción anormal de C9RANT. El equipo desarrolló un anticuerpo que puede detectar la proteína específica insoluble que las agrupa y está presente en pacientes con mutaciones en el gen C9ORF72, que fue previamente identificado por los investigadores de la Clínica Mayo como la causa genética más común de ELA y demencia frontotemporal.

“Este nuevo descubrimiento entrega antecedentes de cómo la mutación causa estos desórdenes y nos provee de un marcador que nos ayuda a monitorear la progresión de la enfermedad en pacientes con este desorden y potencialmente combatir la enfermedad”, dice Leonard Petrucelli, Ph.D., un neurocientífico molecular y director del Departamento de Neurociencia de la Clínica Mayo en Jacksonville.

Está demostrado que, como se sospechaba, estas agrupaciones de proteína son la causa de la muerte neuronal y toxicidad en estas enfermedades, puede ser posible diseñar terapias para romper y apartar las agrupaciones o prevenir en primer lugar a la proteína de la acumulación, dice el doctor Petrucelli.

Debido a que la proteína se encuentra a lo largo del sistema nervioso central en pacientes con ELA y demencia frontotemporal pero no en otras enfermedades neurodegenerativas los investigadores esperan que en el futuro pueda ser testeado a través de una punción lumbar.

La demencia frontotemporal es la forma más común, después del Alzheimer, de demencia neurodegenerativa de inicio temprano. Se caracteriza por cambios en la personalidad, comportamiento y lenguaje debido a una pérdida de materia gris en el lóbulo frontal del cerebro. ELA destruye células de las neuronas motoras que controlan la actividad muscular esencial como el hablar, caminar, respirar y tragar.

Este nuevo descubrimiento se deriva de un hallazgo reportado el 2011 simultáneamente por los investigadores de la Clínica Mayo y científicos de los Institutos Nacionales de Salud, que una mutación inusual una secuencia corta de ADN repetida cientos a miles de veces se encontró en casi en 12% de demencia frontotemporal familiar y en más de 22% de las muestras de ELA familiar estudiadas.

Información procedente de: http://www.alzheimeruniversal.eu

 



 

jueves, 14 de marzo de 2013

El dolor crónico afecta a regiones cerebrales cruciales para retener los recuerdos.

Los pacientes con dolor crónico tienen problemas de memoria a corto plazo a consecuencia de que su problemática interrumpe el flujo de información entre dos regiones cerebrales cruciales a la hora de retener recuerdos temporales, según estudio de la Universidad de Oporto (Portugal), publicado en 'Journal of Neuroscience'.

   En concreto, el equipo de investigadores de la Universidad de Oporto, dirigido por Vasco Gallardo, observa, en un modelo de rata con dolor neuropático, un circuito neuronal crucial para el procesamiento de memoria a corto plazo, al verse afectado por el dolor. 

   El circuito, que se establece entre la corteza prefrontal y el hipocampo, es esencial para la codificación y la retención de recuerdos temporales sobre la información espacial. Los investigadores utilizaron electrodos implantados en el cerebro para registrar la actividad neuronal durante un comportamiento dependiente de la memoria espacial.

   Los resultados muestran que tras una lesión dolorosa hay una reducción significativa de la cantidad de información que pasa a través del circuito, lo que podría significar una pérdida de la capacidad para procesar la información en la memoria de localización espacial.

   El equipo "ya ha demostrado que la lesión del nervio periférico induce una inestabilidad en la capacidad de codificación espacial de neuronas de hipocampo", ha señalado Gallardo, quien ha precisado que se ve "una clara reducción en su capacidad para codificar la información sobre la ubicación del animal".

   "Este nuevo trabajo contribuye a la demostración de que el dolor crónico provoca alteraciones en la función de los circuitos cerebrales que no están directamente vinculados a procesos táctiles o dolorosos", ha resumido.

http://www.europapress.es

Las personas con Alzheimer suelen mantener más capacidades de lo que creen sus familiares 

Las personas que cuidan a un ser querido que tiene la enfermedad de Alzheimer pueden, sin darse cuenta, hacer que pierda más independencia de la necesaria por asumir que no puede realizar ciertas tareas.
Una investigación realizada por la Universidad de Alberta (Canadá) encontró que fomentar la dependencia incluso afecta la autoestima de las personas con Alzheimer. La psicóloga Tiana Rust, investigadora principal, explica que "las personas con el mal de Alzheimer mantienen habilidades diferentes, por lo cual es importante basar las interacciones con ellos en lo que realmente pueden hacer. Observar a las personas y juzgar adecuadamente qué pueden hacer antes de fomentar su dependencia es muy importante".
MAL JUICIO
Rust llegó a estas conclusiones tras realizar un experimento donde pidió al par formado por la personas con Alzheimer y quienes las cuidaban que cocinaran juntos. La especialista observó que los individuos que cuidaban se hacían cargo de muchas tareas, asumiendo que la persona enferma no podía hacerlo. Sin embargo, esta decisión se basaba muchas veces en lo que creían y no en lo que observaban.
"Las personas a cargo que creían que los individuos con Alzheimer tienen un riesgo alto de lastimarse y son proclives a aceptar ayuda, tienden a fomentar la dependencia en vez de la independencia", afirma Rust.
La experta recalca que en las entrevistas a las personas que cuidan a sus familiares ellos afirmaban que el respecto y la independencia les parecían esenciales en el cuidado a los pacientes con Alzheimer. Sin embargo, Rust observa que estos objetivos muchas veces no se cumplen en la realidad.
"Esto indica que las personas que cuidan basan sus conductas, al menos en parte, en sus creencias más que en los comportamientos y capacidades reales del paciente", dice la experta, que agrega que muchas veces esto se debe a que los individuos se dejan llevar por las creencias sociales en torno a esta enfermedad.
Por ese motive Rust sugiere armar programas de educación que expliquen a las personas como juzgar adecuadamente que puede y que no puede hacer una personas con Alzheimer.
Información procedente de: http://asociacionmirandaalzheimer.blogspot.com.es

 

El Alzheimer y el aprendizaje infantil, un patrón evolutivo inverso.

Investigadores del Hospital del Mar y del Instituto de Investigaciones Médicas de este mismo hospital (IMIM) han demostrado que la pérdida de capacidades de los enfermos de Alzheimer responde a un patrón evolutivo inverso al del aprendizaje infantil. "El aprendizaje de los niños a lo largo de todos los rangos de edad ha mostrado un desarrollo progresivo de las diversas funciones cognitivas generales, además de una adquisición simultánea de habilidades instrumentales y actividades básicas para la vida diaria. Por el contrario, los pacientes con Alzheimer han evidenciado un deterioro gradual tanto en el dominio funcional como en lo cognitivo", ha explicado Jordi Peña-Casanova, jefe de sección de Neurología de la conducta y las Demencias del Hospital del Mar, coordinador del grupo de investigación en neurofuncionalidad y lenguaje del IMIM e investigador principal del artículo.
 
El estudio, publicado en la revista Journal of Alzheimer's Disease, ha utilizado para la investigación una muestra de 181 niños de entre cuatro y doce años, que han sido comparados con un total de 148 adultos con diferentes niveles de demencia: cognitivamente normales, con deterioro cognitivo leve y con estadios entre moderados y severos de Alzheimer. Una comparación de resultados de la que se ha obtenido "una correspondencia estadística inversa en las puntuaciones de edad cognitiva, funcional y mental", ha subrayado Peña-Casanova. 
 
Estos resultados concuerdan además con el modelo de retrogénesis mantenido hasta el momento, un modelo que prevé una evolución de la demencia basada en un demejoramiento cerebral inverso a los patrones humanos de adquisición ontogénica.Eso sí, tal y como ha puntualizado Peña-casanova, estos resultados concuerdan con este modelo "únicamente por las funciones realcionadas con un area concreta del cerebro, el neocórtex". Ahora, este descubrimiento acerca del ritmo evolutivo en la pérdida de este tipo de funciones servirá para optimizar la búsqueda de tratamientos.
 
Información procedente de: http://www.gacetamedica.com/gaceta

miércoles, 13 de marzo de 2013

Papel del neuropsicólogo en el diagnóstico y tratamiento de la demencia.

Fernando Maestú Unturbe 
Universidad Complutense de Madrid

En los últimos años, y debido al incremento en la esperanza de vida, estamos asistiendo a una inversión de la pirámide poblacional. Concretamente en España, se espera que en el año 2050 alrededor del 35% de la población tenga una edad en la que se incrementa el riesgo de padecer algún tipo de enfermedad neurodegenerativa.

De entre ellas, la Enfermedad de Alzheimer (EA) es la que presenta mayor incidencia y la que genera un mayor coste económico y sanitario. Dado el impacto social de este tipo de patologías, y el volumen de población que potencialmente puede padecer una enfermedad neurodegenerativa, es muy importante destinar recursos de investigación al diagnóstico y el tratamiento en las fases más iniciales.

El diagnóstico de esta enfermedad es un diagnóstico médico y se basa en un proceso que incluye la revisión de la historia clínica del paciente, el descarte de otros factores (sistémicos, infecciosos y bioquímicos), que pudieran justificar mejor los síntomas cognitivos, y también la consideración de los llamados biomarcadores. Existen diversos biomarcadores potenciales para ayudar en el diagnóstico de la enfermedad e incluso para predecir qué personas mayores tendrían mayor probabilidad de padecer demencia: los marcadores de Líquido Cefalo Raquídeo (disminución de la concentración de proteína β-amiloide o las medidas de concentración de proteína Tau), los marcadores genéticos (APOE 4/4), los de neuroimagen morfológica (atrofia de las regiones mediales del lóbulo temporal, pérdida de integridad de sustancia blanca, disminución del tamaño de los giros), los de neurofisiología funcional (disminución de la perfusión cerebral, incremento de actividad oscilatoria de baja frecuencia, perdida del consumo de glucosa) o incluso el incremento de la concentración de la proteína β-amiloide en cerebro (PET-PIB).

No obstante, y dentro del proceso de diagnóstico, existe una fuente de información que aporta un enorme peso a la ecuación de probabilidad de padecer demencia: los resultados de la exploración neuropsicológica. Este procedimiento, de enorme utilidad para asignar un valor cualitativo y cuantitativo al funcionamiento cognitivo, no sólo refleja un conjunto de tareas que el paciente debe intentar ejecutar con el mayor grado de eficacia que le sea posible, es en realidad la punta del iceberg de un vasto conocimiento del funcionamiento de los procesos cognitivos, que se ha acumulado tras más de 50 años de investigación en psicología cognitiva. Así, este procedimiento de la psicología basado en pruebas y métodos específicos, se ha cimentado sobre robustos modelos cognitivos y pretende ser una herramienta de análisis del concepto de un sistema funcional al amparo de la perspectiva de una determinada teoría.

Esta reflexión inicial nos lleva precipitadamente a una primera conclusión: las pruebas neuropsicológicas deben ser aplicadas por profesionales que conozcan en profundidad los modelos y las teorías que las sustentan, ya que, de otra manera, su interpretación y conclusiones diagnósticas podrían ser totalmente erróneas. La formación en neuropsicología cobra entonces un importante papel, pero es esencial también el profundo conocimiento de los modelos de la psicología cognitiva que explican la organización funcional de los procesos cognitivos.

En cualquier manual sobre demencias, la sintomatología cognitiva constituye a menudo uno de sus capítulos fundamentales, ya que es la queja central de los pacientes y provoca el comienzo del proceso de diagnóstico. Aunque los perfiles neuropsicológicos más clásicos llevaban al estudio de la memoria como síntoma más relevante, las nuevas teorías y el desarrollo metodológico de las últimas dos décadas sugieren la necesidad de analizar y describir disfunciones en otras esferas de la cognición, tales como las funciones ejecutivas, que han cobrado enorme relevancia en el diagnóstico precoz y en la predicción del desarrollo de la demencia. Esta sintomatología neuropsicológica se utiliza en muchos estudios como parámetro de correlación de los antiguos y nuevos biomarcadores. Es más, puede ser utilizada como sistema de medida de la eficacia de los diferentes tipos de tratamiento, por ejemplo, en la evaluación de la eficiencia de las terapias farmacológicas, jugando un papel esencial en los ensayos clínicos en los que actualmente están implicados numerosos neuropsicólogos.

El papel de la evaluación neuropsicológica es especialmente relevante en las fases en las que existen más dudas diagnósticas. A lo largo de la década de los “90″ se fraguó el concepto de Deterioro Cognitivo Leve (DCL; también denominado ligero, pero no pesa poco). En esta fase del diagnóstico, que recientemente se ha conceptualizado como Alzheimer prodrómico, la clasificación es fundamentalmente neuropsicológica. Así, Petersen describió al menos dos tipos de DCL: el amnésico y el no amnésico (ambos se pueden subdividir en mono o multidominio). Esta clasificación se sustenta sobre los resultados de las pruebas neuropsicológicas y permite predecir el tipo de demencia que con mayor probabilidad puede desarrollar el paciente (según su perfil neuropsicológico). El subtipo amnésico, en general, tiene más probabilidad de desarrollar EA, mientras que los no amnésicos podrán evolucionar hacia otro tipo de demencias. Estos perfiles cognitivos están encontrando una aceptable armonía con los biomarcadores descritos anteriormente y su combinación permite establecer predicciones mucho más precisas sobre el desarrollo de la demencia.
Ligado al concepto de demencia surge la idea de un proceso de enfermedad que comienza incluso décadas antes de que aparezcan los síntomas más evidentes. En este sentido, está cobrando enorme importancia el estudio de las denominadas quejas subjetivas de memoria, un tipo de sintomatología a veces no objetivada por los resultados de las pruebas neuropsicológicas, que podría indicar el comienzo del proceso de declive cognitivo. En estos casos, el neuropsicólogo tendrá que decidir si debe llevar a cabo un seguimiento más continuado de la persona con quejas subjetivas, si es conveniente incluirle en un programa de estimulación o si debe darle el alta al no existir ningún dato cuantitativo ni cualitativo que apoye su inclusión en programas de atención socio-sanitarios.

Otro aspecto de enorme trascendencia en el abordaje de la demencia es el tratamiento. Se dispone de dos perspectivas para abordar los síntomas cognitivo-conductuales de la demencia: las terapias farmacológicas y las denominadas terapias no farmacológicas. Es precisamente dentro de este segundo grupo de terapias donde nuevamente el neuropsicólogo vuelve a tener un papel fundamental. La rehabilitación neuropsicológica incluye un conjunto de estrategias, -tales como el reentrenamiento cognitivo, la sustitución y la compensación-, encaminadas a aumentar la funcionalidad, mejorar la calidad de vida del paciente y conseguir una mayor adaptación al entorno. Otro de los abordajes terapéuticos incluidos en el manejo de la demencia está destinado a la atención y educación de familiares (del paciente afectado). Explicarles el origen, la naturaleza y la repercusión del déficit cognitivo, detallar el pronóstico asociado a cada fase de la enfermedad, conseguir su implicación co-terapéutica y enseñarles estrategias de afrontamiento para la reducción de carga y estrés son algunas de las responsabilidades de este profesional.

Los programas de intervención neuropsicológica deben comenzar a aplicarse desde el inicio de los primeros síntomas, ya que es cuando tienen mayor eficacia, al trabajar sobre un funcionamiento cerebral (y una estructura cerebral) menos dañado en comparación a las fases más avanzadas de la enfermedad. Los procedimientos de rehabilitación neuropsicológica se han desarrollado esencialmente bajo la perspectiva de los modelos de funcionamiento del sistema cognitivo, que han evolucionado tras algunas décadas de trabajo centrado en la recuperación de pacientes con daño cerebral sobrevenido.

Las estrategias que han demostrado mayor eficacia en el abordaje de la demencia son la sustitución y la compensación dirigidas a fomentar las capacidades preservadas y a minimizar la repercusión funcional de los procesos alterados. La compensación se relaciona con una nueva forma de afrontar el déficit y las limitaciones en actividades funcionales mediante señales y dispositivos externos, y está dirigida al aprendizaje y automatización de tareas cotidianas relevantes mediante procedimientos alternativos.

La formación del neuropsicólogo en el manejo de programas de rehabilitación neuropsicológica requiere de un periodo de entrenamiento práctico y del conocimiento de las experiencias publicadas para poder seleccionar las técnicas y estrategias más adecuadas en cada caso, dependiendo del tipo de demencia y de las características específicas del paciente. También su formación continuada será esencial, teniendo en cuenta que la intervención cognitiva en la demencia constituye un campo en pleno auge y en el que constantemente se están produciendo nuevos avances.

Un área de estudio que está despertando gran demanda e interés está relacionado con el desarrollo y aplicación de programas de prevención del deterioro cognitivo (véase como ejemplo el que se desarrolla en el Ayuntamiento de Madrid), en los que no sólo se presta atención al paciente con primeros síntomas, sino que además se ofrecen programas de estimulación centrados en el aprendizaje de estrategias cognitivas encaminadas a superar el menoscabo cognitivo producido por el proceso de envejecimiento normal.
En resumen, podemos decir que el papel del neuropsicólogo en una unidad de demencias adquiere especial relevancia, tanto en el proceso diagnóstico como en la fase de intervención. Sin embargo, no debemos perder de vista que es un profesional más dentro de un equipo multidisciplinar y que las decisiones clínicas deben tomarse en grupo. En este contexto los resultados neuropsicológicos deben ser considerados en el conjunto de todas las pruebas que habitualmente se recaban en una unidad de demencias.

Sin duda, el informe neuropsicológico es una pieza fundamental del puzzle y, por tanto, las pruebas deben de ser aplicadas e interpretadas por el profesional que ha recibido una intensa formación para ello: el neuropsicólogo. Si es importante su contribución en el proceso diagnóstico no es menos importante su papel en el diseño, desarrollo y aplicación de las terapias no-farmacológicas, en concreto en la rehabilitación neuropsicológica de pacientes con quejas subjetivas de memoria, DCL o demencia. Esta importancia del neuropsicólogo le hace ser un profesional imprescindible en una unidad de demencias y cuando se repasa el organigrama de los mejores centros de demencia del mundo podemos identificar su papel.

En España, algunos centros (como la Unidad de Memoria del Hospital Universitario San Carlos) han sido pioneros incorporando en su plantilla un neuropsicólogo destinado a mejorar la atención diagnóstica y, hoy en día, las mejores unidades de demencia en nuestro país cuentan con este profesional.
El futuro profesional del neuropsicólogo en el campo de la demencia es prometedor, ya que será una de las enfermedades de mayor incidencia y prevalencia y, por tanto, el diagnóstico y la intervención neuropsicológica serán herramientas altamente demandadas. A esto cabe sumar el constante desarrollo de nuevas aproximaciones de evaluación y tratamiento basadas en la información proveniente de la neurociencia cognitiva (ej., conectividad funcional), que muy probablemente constituirán el reto para seguir evolucionando en la atención clínica de los pacientes con demencia.

Información procedente de: http://www.alzheimeruniversal.eu

 

Humor y potencia cerebral.

Es posible que estar de buen humor fomente la potencia cerebral de las personas mayores. Los sentimientos positivos favorecen la habilidad para tomar decisiones y de la memoria.

Estar de buen humor parece mejorar la habilidad para tomar decisiones y la memoria de trabajo en las personas mayores, según un estudio publicado en la edición actual de la revista Cognition and Emotion.. Los autores del estudio sugirieron que incluso algo tan sencillo como una bolsa pequeña de dulces puede ayudar a las personas mayores a realizar mejor las pruebas conocidas como “cognitivas” o de habilidades del pensamiento.

“Se han realizado muchas investigaciones que muestran que los adultos jóvenes son más creativos y flexibles cognitivamente si están de buen humor. Pero, debido al declive [mental] que se produce al envejecer, no estábamos seguros de que el buen estado de ánimo sería capaz de ayudar a las personas mayores”, afirmó la coautora del estudio Ellen Peters, profesora de psicología en la Universidad Estatal de Ohio, en un comunicado de prensa de la universidad.

“Así que estos resultados son buenas noticias”, añadió. “Las personas mayores tienen maneras de superar algunos de sus declives [mentales] provocados por el envejecimiento”.

Para realizar el estudio, los investigadores dividieron a 46 personas de 63 a 85 años de edad en dos grupos iguales. A las personas del primer grupo se les proporcionó una nota de agradecimiento y dos bolsitas de dulces atadas con una cinta roja para estimular su estado de ánimo a la hora de hacer las pruebas de habilidades del pensamiento. A las del otro grupo no se les dio ni una nota de agradecimiento ni dulces.

Durante el experimento, los participantes a los que les habían dado los dulces usaron computadoras con un fondo de pantalla de color azul celeste con soles sonrientes. En cambio, los que no recibieron dulces usaron computadoras con imágenes redondas neutras, sin caras sonrientes en el fondo de color azul celeste.

Se entregó a los participantes tres dólares en monedas de veinticinco y ocho barajas de cartas virtuales con distintas características durante las pruebas de toma de decisiones. Se consideraba que cuatro barajas eran “ganadoras”. Si los participantes elegían una carta de estas barajas, el 75 por ciento de las veces ganaban una moneda de veinticinco céntimos y el 25 por ciento de las veces ni ganaban ni perdían. Las otras cuatro barajas se consideraban “perdedoras”. Si alguien elegía una de las cartas “perdedoras”, perdía una moneda de veinticinco centavos el 75 por ciento de las veces, explicaron los autores del estudio.
Los participantes también podían aceptar o rechazar la carta de arriba de la baraja que les ofrecían. Su objetivo era ganar todo el dinero que pudieran. No se dijo a los participantes cuál era el valor de las cartas. En lugar de eso, tenían que aprender por ensayo y error. Los investigadores comentaron que querían ver con qué rapidez averiguarían los participantes con qué barajas ganarían dinero y con cuáles no.

El estudio mostró que las personas mayores a los que se alegró el ánimo con una nota de agradecimiento y dulces rindieron mucho mejor en las pruebas de toma de decisiones que los otros participantes.

“Usamos una tarea experimental porque la vida real es experimental”, explicó Peters. “Por ejemplo, usted conoce a una persona nueva y ella es como una de esas barajas de cartas. No sabe nada de ella y tiene que averiguar si se trata de alguien en quien puede confiar. Lo que este estudio sugiere es que las personas que están de buen humor aprenden más rápido y toman mejores decisiones”.
Los participantes también realizaron una prueba de memoria. Escucharon una voz que leía en voz alta un grupo de números y letras al azar y ellos tenían que repetir la secuencia en orden numérico y alfabético. Por ejemplo, si escuchaban T9A3, tenían que repetir 39AT. Conforme progresaba la prueba, el nivel de dificultad aumentó para los participantes con secuencias más largas que habían de memorizar.

De nuevo, el estudio mostró que los participantes que habían recibido un regalo para levantar el ánimo consiguieron puntuaciones más altas.

“La memoria de trabajo es importante para tomar decisiones. Si usted dispone de diferentes opciones, todo lo que sea usted capaz de recordar de cada opción (y por tanto hacer comparaciones y contrastarlas en su mente) tiene una gran influencia en qué tan bien pueda tomar una decisión”, indició Peters. “Dada la actual preocupación por el declive [mental] durante en los adultos mayores, nuestros hallazgos son importantes porque muestran cómo unos métodos sencillos para mejorar el estado de ánimo pueden contribuir a una mejora del funcionamiento cognitivo y de la toma de decisiones en personas mayores, al igual que en las más jóvenes”.
Los investigadores comentaron que la velocidad de procesamiento y el vocabulario de los participantes no fueron afectados por el buen humor. Y aunque el estudio encontró una relación entre un mejor estado de ánimo y mejoras en las habilidades de pensamiento, no demostró que existiera causalidad.

Información pro edente de: http://www.alzheimeruniversal.eu
Fuente: Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
Ohio State University, news release, Jan. 29, 2013

 

La influencia de ciertas proteínas anómalas en las enfermedades neurodegenerativas 

Un grupo de investigadores ha descubierto una proteína anómala que se forma primero como consecuencia de anomalías genéticas y posteriormente se acumula en el cerebro de muchos pacientes con enfermedades neurodegenerativas, tales como la esclerosis lateral amiotrófica (ELA)  y la demencia frontotemporal (FTD). Se trata de enfermedades con acumulación de esta clase de proteínas anómalas, como sucede en la Enfermedad de  Parkinson y cuyos tratamientos no logran alcanzar  eficacia en su totalidad, según informan los autores de este estudio en la revista ‘Neuron’.

“En la identificación de la nueva proteína anómala  que se acumula en el cerebro de los pacientes afectados hemos descubierto una nueva diana terapéutica y potencial biomarcador que permitiría a los médicos confirmar el diagnóstico de las enfermedades”, dice el autor principal, el doctor Leonard Petrucelli, presidente de Neurociencias en la Clínica Mayo, en Florida (Estados Unidos).
El concepto de que las proteínas anómalas se acumulan y pueden ser tóxicas para las células no es nuevo, puesto que, de hecho, la proteína Tau forma marañas en la enfermedad de Alzheimer y la alfasinucleína provoca grumos en la enfermedad de Parkinson.

Mediante el análisis de tejido cerebral de pacientes con ELA o FTD, Petrucelli y su equipo descubrieron que la proteína anómala, llamada C9RANT, se genera como resultado de expansiones de repetición de nucleótidos en la región no codificante del gen C9ORF72, unas ampliaciones que son la causa más común de ELA y FTD. “En pocas palabras, un error en el proceso celular altamente regulado a través del cual se generan las proteínas causa la producción anormal de C9RANT”, resume el doctor Petrucelli.

Los investigadores descubrieron la proteína C9RANT después de crear un nuevo anticuerpo específicamente para detectarlo. La capacidad de detectar C9RANT en el líquido cefalorraquídeo de los individuos puede proporcionar una valiosa herramienta de diagnóstico y pronóstico para la identificación de pacientes portadores de la expansión de repeticiones de C9ORF72 y para el seguimiento de la progresión de la enfermedad en estos individuos en riesgo, según los autores.

“A pesar de que aún no se ha demostrado si C9RANT está causando la muerte de las células o la toxicidad asociada con síntomas de la enfermedad, nuestro descubrimiento ofrece un potencial objetivo de evitar la pérdida neuronal en pacientes portadores de la expansión de la repetición C9ORF72″, dice el doctor Petrucelli.

Así como las nuevas terapias se están desarrollando para romper los agregados de proteínas asociadas a  enfermedades como el Parkinson y el Alzheimer, según los científicos responsables de este estudio el desarrollo de una estrategia terapéutica que apunte a agregados de C9RANT también puede resultar beneficiosa.

Información procedente de: http://estaestuobra.es
Fuente: Europapress