Desarrollan El primer medicamento capaz de frenar la enfermedad
- En pruebas con ratones, se ha demostrado que mejora la memoria y previene el daño cerebral que provoca este trastorno
En una serie de pruebas realizadas con ratones enfermos de Alzheimer, científicos del Salk Institute for Biological Studies de Estados Unidos han demostrado que el compuesto J147
es capaz de detener los devastadores efectos cerebrales que produce
este trastorno. Aunque dicho compuesto aún no ha sido probado en
humanos, los científicos creen que los resultados obtenidos en roedores
demuestran su enorme potencial como tratamiento. Los investigadores
desarrollarán pruebas clínicas con personas en un futuro próximo. Por
Yaiza Martínez de tendencias Científicas.
Un nuevo medicamento, bautizado como
J147, podría servir para detener los efectos devastadores producidos en
el cerebro por la enfermedad del Alzheimer, un trastorno
neurodegenerativo que se manifiesta como deterioro cognitivo y
trastornos conductuales y que se calcula padecen unos 26 millones de
personas en todo el mundo.
En pruebas realizadas con ratones enfermos de Alzheimer, el J147 mejoró la memoria de estos animales y previno su daño cerebral.
El nuevo compuesto, que ha sido
desarrollado por científicos del Salk Institute for Biological Studies
de Estados Unidos, podría ser probado en humanos en un futuro próximo.
Tratar varios factores
Según declaraciones de David Schubert,
desarrollador del medicamento y director del Salk’s Cellular
Neurobiology Laboratory, recogidas en un comunicado del Instituto Salk,
en las pruebas realizadas: “el J147 aumentó la memoria tanto de ratones
normales como de ratones con Alzheimer, y también protegió el cerebro de
los animales de la pérdida de conexiones sinápticas”. Salk añade que
actualmente “no existe en el mercado ningún medicamento contra el
Alzheimer con estas dos propiedades”.
Las conexiones sinápticas son aquéllas
que se producen entre las neuronas o células cerebrales, y resultan
esenciales para el funcionamiento normal del cerebro, porque garantizan
la transmisión de los impulsos nerviosos.
Aunque todavía se desconoce si el J147
resultará seguro y efectivo en individuos afectados por el Alzheimer,
sus creadores afirman que los resultados obtenidos con ratones
demuestran el potencial del medicamento para el tratamiento de la
enfermedad en humanos.
Una vía alternativa de investigación
El Alzheimer provoca un declive continuo
e irreversible de las funciones cerebrales: produce pérdida de memoria y
de habilidad para pensar claramente e incapacita para la realización de
tareas simples, como comer o hablar. En sus últimos estadios, el Alzheimer es además letal.
Este trastorno está relacionado con el
envejecimiento y aparece normalmente después de los 60 años, pero un
pequeño porcentaje de familias presenta un riesgo genético de
desarrollarlo precozmente. Por otro lado, el Alzheimer se encuentra entre las diez primeras causas de muerte.
Aunque su origen aún hoy es desconocido,
parece que estaría causado por una compleja combinación de factores
genéticos, ambientales y de estilo de vida. Los medicamentos aplicados
hasta ahora para su tratamiento, como Aricept, Razadyne o Exelon, sólo
han conseguido producir mejoras efímeras de la memoria, pero no han
podido frenar el desarrollo del trastorno.
Para encontrar un nuevo tipo de
medicamento más eficiente, Schubert y sus colaboradores no siguieron la
tendencia de la industria farmacéutica, centrada principalmente en la
investigación de los procesos biológicos implicados en las llamadas
placas amiloideas. Estas placas, formadas por fragmentos proteicos de
beta-amiloides que se sitúan en los espacios entre las células nerviosas
del cerebro, son características del Alzheimer. Sin embargo, los
medicamentos destinados a tratarlas no han tenido éxito en las pruebas
clínicas realizadas, explica Shubert.
Por esta razón, el científico y su
equipo siguieron otra vía de investigación: utilizaron neuronas vivas
desarrolladas en laboratorio para probar en ellas la efectividad de
compuestos sintéticos como protectores de las células cerebrales, contra
diversas patologías relacionadas con el envejecimiento del cerebro.
También para tratar otras enfermedades
Gracias a estas pruebas, los científicos
descubrieron un compuesto mucho más potente que los hallados hasta
ahora. Tal y como explica Marguerite Prior, investigadora asociada del
Laboratorio de Shubert que dirigió el proyecto junto al investigador Qi
Chen:
“probando estos compuestos en cultivos
de células vivas, pudimos determinar su comportamiento con una serie de
problemas vinculados con la edad, y seleccionar el mejor candidato para
tratar varios aspectos del Alzheimer, no sólo uno”.
Una vez seleccionado el J147, los
científicos lo suministraron en primer lugar, por vía oral, a ratones
corrientes. Posteriormente, en colaboración con Amanda Roberts,
profesora de neurociencia molecular de The Scripps Research Institute,
llevaron a cabo una serie de pruebas de comportamiento que demostraron
que el medicamento había mejorado la memoria de estos animales.
Asimismo, en otras pruebas realizadas
con ratones con Alzheimer, se constató que el J147 evitaba el declive
cognitivo de los roedores. En concreto, estos animales produjeron,
gracias al compuesto, más cantidad de una proteína conocida como factor
neurotrófico derivado del cerebro o BDNF, que protege a las neuronas de
los ataques tóxicos, ayuda a la formación de nuevas neuronas y propicia
la conexión de éstas con otras células del cerebro. La BDNF está además
implicada en la formación de recuerdos.
Dada la enorme capacidad comprobada del
J147 para proteger las células nerviosas, los científicos creen que este
medicamento podría ser efectivo para tratar otros trastornos
neurológicos y no sólo el Alzheimer.
Los enfermos de Parkinson, Huntington, esclerosis lateral amiotrófica (ELA) o las personas que han sufrido infartos cerebrales también podrían beneficiarse de él. Los resultados de esta investigación han aparecido publicados en la revista PLos ONe
Aumenta la esperanza
Recientemente, hemos sabido de otros
avances que hacen pensar en la próxima aparición de un tratamiento
contra el Alzheimer. Por ejemplo, hace unos días hablamos del diseño de
anticuerpos destinados a combatir la enfermedad, llevado a cabo por
investigadores del Rensselaer Polytechnic Institute (RPI) de Estados
Unidos.
En este caso, y según publicó el RPI,
los científicos crearon anticuerpos destinados a neutralizar a proteínas
nocivas, propiciadoras del desarrollo de la enfermedad, sin atacar
monómeros inofensivos o péptidos individuales no relacionados con ella.
Además, el pasado mes de octubre,
investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas
(CSIC) hacían público su descubrimiento sobre el papel clave de los
astrocitos, las células más abundantes del cerebro, en el desarrollo del
Alzhéimer. Según publicó al respecto SINC, este trabajo también abre
una vía al diseño de tratamientos eficientes contra la enfermedad.
Por último, el pasado mes de marzo,
publicamos que un equipo de investigadores de la Universidad
Northwestern de Estados Unidos había conseguido por vez primera
transformar una célula madre embrionaria humana en una neurona
específica, del mismo tipo que destruye la enfermedad del Alzheimer en
sus estadios iniciales. Este logro abriría un camino a futuros
transplantes neuronales como método de tratamiento.
www.afate.es
Información procedente de: http://www.alzheimeruniversal.eu