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domingo, 24 de marzo de 2013

El síndrome del cuidador.

¿Quién no ha escuchado alguna vez hablar de este síndrome? Pero, ¿sabemos realmente en qué consiste? En esta entrada trataré de dar unas pinceladas sobre los síntomas que lo conforman para, posteriormente, proporcionar algunas recomendaciones que ayuden a amortiguar sus efectos. Entre los principales síntomas que pueden aparecer en las personas cuidadoras, y ante los que debemos estar alerta, son:

Pensamientos erróneos del tipo “soy la única persona que puede cuidarle”, “es mi obligación cuidarle”, “soy egoísta si quiero espacio y tiempo para mí mismo/a”.

Insomnio. Nos cuesta conciliar el sueño, nos levantamos de forma frecuente durante la noche, nos levantamos mucho más temprano que antes y nos cuesta volver a dormir.

Problemas físicos tales como temblores, fatiga, molestias digestivas, cefaleas, sudoraciones, tensión muscular.

Soledad y aislamiento. Dejamos de quedar con los amigos, ya no disponemos de tiempo para nosotros mismos.

Ansiedad. Acaloramientos o escalofríos, mareos, vértigos, sensación de falta de aire, taquicardia, sequedad de boca, mostrarse irritable por cualquier cosa, miedo a enloquecer o perder el control.

Depresión. Pérdida de interés por cosas que antes nos gustaban, ideas de muerte, abandono del aspecto físico.

En la segunda parte de este post, que publicaré en breve, abordaré aquellos aspectos que nos ayuden a reducir estos síntomas.

Una recomendación es participar en grupos de ayuda mutua con otros cuidadores para compartir experiencias y desahogarse con personas que se encuentran en la misma situación. En caso de derivar en depresión o ansiedad, consulte con un profesional.
 
¿Qué podemos hacer para manejar los pensamientos erróneos? Ante todo, no hacer una montaña de un grano de arena. Tampoco debemos culparnos de cosas que se escapan a nuestro control; solos seremos incapaces de llegar a todo, por lo que tenemos que aprender a delegar; asumir que no siempre tenemos la razón y que las opiniones de los demás pueden sernos útiles; y, por último, cambiar la frase “tengo que…” por “intentaré…”.

¿Qué podemos hacer con el insomnio? He aquí unas normas básicas de higiene del sueño: la habitación es solo para dormir, por lo que debemos procurar no realizar ninguna otra actividad en ella; acostarnos sólo cuando tengamos sueño, si tras un rato en la cama no logramos dormirnos, debemos levantarnos e irnos a otro lugar hasta que volvamos a tener sueño; evitar dormir durante el día; evitar bebidas estimulantes (café, té, chocolate) así como el tabaco; la cena ha de ser ligera y, por último, no mirar el reloj por la noche.

¿Qué podemos hacer si tenemos problemas físicos? Dormir lo suficiente, hacer ejercicio físico (estiramientos, caminar), hacer ejercicios de relajación y respiración, beber mucha agua y cuidar la alimentación. En caso de problemas de salud severos, acudir al médico. Debemos tener en cuenta que cuidándonos, cuidaremos mejor.

¿Qué podemos hacer ante la soledad y el aislamiento? Lo más sencillo, al mismo tiempo que lógico, es relacionándonos con familiares, amigos, etc. Pero también podemos compartir nuestras experiencias con otros cuidadores, esto nos vendrá bien. Aunque en principio parezca algo imposible, debemos encontrar el modo de salir, al menos, un día (o noche) a la semana fuera de casa. Si alguien nos ofrece ayuda, no debemos rechazarla. Debemos aceptarla aunque el familiar al que estamos cuidando se oponga.

¿Qué podemos hacer para reducir la ansiedad? En primer lugar, debemos prepararnos antes de tener que enfrentarnos a la situación. Para ello debemos conocer qué es lo que le afecta al familiar dependiente (problemas de salud, emocionales, etc.); no anticipar acontecimientos, lo que tenga que pasar, pasará; intentar relajarnos y actuar con calma. Siempre que se pueda y sea posible, alejarnos un poco de la situación, de esta manera podremos ver las cosas desde otro ángulo y así poder tomar decisiones más acertadas.

Y por último, ¿Qué hacer ante una depresión? Ante todo, saber que la depresión tiene tratamiento, consultar con un profesional. Lo que nosotros mismos podemos hacer es: 1) planear las tareas con antelación, 2) buscar un momento al día para nosotros mismos (leer un libro, tomar un baño relajante), 3) Pedir ayuda sin esperar que alguien nos la ofrezca, 4) no perder la relación con las amistades, 5) conocer nuestros límites y no sobrepasarlos, 6) no juzgar nuestros propios sentimientos, éstos no son ni buenos ni malos y 7) no ignorar nuestras propias necesidades.

Una recomendación es tomarse un poco de tiempo de vez en cuando para uno mismo, confiando el cuidado a otras personas, y no olvidar que nosotros, aunque cuidadores, también tenemos una vida y que solo podemos dar un cuidado de calidad a otra persona si nosotros estamos bien cuidados.
 
Información procedente de: http://psicologiaparamayores.blogspot.com.es

 

Diferencias entre un cuidador capacitado y uno no capacitado.

 

CUIDADOR CAPACITADO

Señales de alarma:


  • Ante la pérdida de memoria y las constantes preguntas del paciente, el cuidador responde una o dos veces y posteriormente distrae al paciente.
  • Simplifican las tareas y adaptan las actividades a las capacidades y habilidades del paciente.
  • En el lenguaje, opta por hablar despacio, hace preguntas cortas y directas. Estimulan la comunicación y prestan atención al lenguaje no verbal del paciente.
  • En la desorientación, utilizan letreros, calendarios. Se sientan al lado para hablar con el paciente, caminan y distraen con otras actividades. Además evitan lugares que ponen incomodo al paciente.
  • Aumentan vigilancia, no reclaman ante pérdida de objetos, no regaña; porque sabe que la causa de todas las alteraciones es la enfermedad. Por la capacitación los síntomas no los toman por sorpresa.
  • Ante la pérdida de iniciativa, los cuidadores estimulan al paciente, dan opciones de actividades y tienen mucha paciencia.

Pérdida de habilidades:

  • En la alimentación observa el lenguaje corporal, reconoce el momento de pasar de alimento sólido a líquido, saben cuándo cambiar utensilios, usa horarios, respetan al paciente cuando no quiere más y utilizan frases de estímulo.
  • Ante la deambulación aumentan vigilancia, entretienen y ponen  al paciente a hacer ejercicios.
  • Con el sueño, tratan de mantener activos a los pacientes, conocen los efectos de los medicamentos y con las pesadillas tranquilizan a los pacientes.
  • En el control de esfínter, usan palabras de estimulación, respetan la intimidad del paciente, tienen horarios, usan guantes y explican al paciente lo que se les va a realizar.
  • Para los fármacos se ayudan con horarios, busca ayuda profesional, conoce los efectos secundarios de medicamentos, muelen las pastillas y mantienen los medicamentos lejos del alcance de los pacientes.
  • En la parte de higiene y autocuidado, trabajan con un libro o diario (donde reportan estado del paciente). Bañan a los pacientes con técnicas que facilitan la labor con palabras estimulantes e involucran al paciente.
  • Cuando el paciente está deprimido identifica síntomas, comprende al paciente y refiere al especialista.

Movilización:

Estos cuidadores al recibir entrenamiento, conocen cuáles son las posturas para la movilización tanto de su persona como de su paciente, reconocen cuál es el tipo de fuerza física necesaria para la movilización y de dónde se tiene que levantar a un paciente con Alzheimer.  Estos conocimientos les permiten prevenir golpes, fracturas, caídas, desgaste físico y lesiones de piel tanto en el paciente como en ellos mismos.

Todo el conocimiento adquirido no sólo les genera seguridad y confianza, sino que, también les permite disminuir los niveles de estrés.


Actividades recreativas y terapéuticas con el paciente:

Estos cuidadores conocen una gran gama de actividades para realizar con sus pacientes, gracias a la capacitación; es importante resaltar que estos cuidadores aplican las actividades con el objetivo no sólo de recrear, entretener o mantener ocupado al paciente, sino que buscan estimular al paciente a través de las actividades, retrasando así los efectos de la enfermedad y mantienen las capacidades y habilidades del paciente por mayor tiempo.


Actividades recreativas para sí mismo (cuidador):

Estos cuidadores saben los riesgos del cuidador, por ende tratan de protegerse y cuidarse con actividades que les permitan salir de la rutina.
Primeros auxilios:

Al recibir entrenamiento tienen seguridad, confianza, reconocen que aunque tengan conocimientos, el aplicar primeros auxilios conlleva nerviosismo, pero saben cuáles son las pautas a seguir y mantienen la calma.



CUIDADOR NO CAPACITADO

Señales de alarma:


Calidad de vida del paciente:

  1. Salvaguardan la integridad de los pacientes, velan por la satisfacción de las necesidades de sus pacientes de acuerdo a sus posibilidades, emocionales, espirituales, familiares, sociales, económicas, físicas y psicológicas.
  2. Todas las señales, los toman por sorpresa.
  3. Ante la pérdida de memoria, ellos siempre responden a las preguntas de sus pacientes, lo aumenta su estrés y baja el nivel de tolerancia.
  4. Se impactan porque el paciente ya no puede realizar tareas simples.
  5. Se siente impotente para comprender, el comportamiento de su paciente.
  6. Se siente inseguro y con temores, por no saber cómo afrontar los síntomas del paciente.
  7. Vive con la incertidumbre de si sus acciones son adecuadas y convenientes para su paciente.
  8. Se sienten mal por las acusaciones de robo de sus pacientes, ante la pérdida de objetos.
  9. Cree que el paciente, finge muchos síntomas y que son cosas de la persona adulta mayor (estereotipo).
  10. Ante los cambios de personalidad, comportamiento, pérdida de memoria, estos cuidadores optan por confrontar a sus pacientes, lo que genera cansancio, discusiones y alteración de sus pacientes.

Pérdida de habilidades:

  • En la alimentación, se asusta, siente impotencia porque no sabe qué hacer.
  • La deambulación lo agota por el esfuerzo físico, duermen menos, no entienden que le pasa al paciente, quieren que el paciente se tranquilice.
  • Se irrita cuando el paciente no quiere dormir, lo que genera agotamiento por los desvelos, no saben qué hacer ante las alteraciones del sueño.
  • Los medicamentos los tienen lejos del alcance de los pacientes, no conocen sobre los medicamentos y cuando no saben llaman al farmacéutico.
  • En la higiene y autocuidado, los cuidadores aumentan vigilancia, pero temen las etapas avanzadas de la enfermedad porque no se sienten capacitados debido a las complicaciones.
  • En el manejo del tiempo libre, estos cuidadores carecen de actividades para realizar con sus pacientes, por ello sienten un deseo de conocer más sobre la enfermedad, saben que deben capacitarse.
  • Ante una depresión o estado de ánimo bajo de sus pacientes, estos cuidadores desconocen cuáles son las medidas a tomar y tienen muchas preguntas de qué hacer, además, tienen a confrontar y hacer reaccionar a sus pacientes, lo que pone a los mismos en un estado de shock.

Movilización:

Al no tener entrenamiento, existe tensión muscular, inseguridad, lesiones y se puede sin intención cometer negligencia por ejemplo ante una caída levantar al paciente para descartar fracturas.


Un cuidador comentó: 

“producto de no conocer uno las cosas, pierde la paz y la tranquilidad”

Actividades recreativas y terapéuticas con el paciente:

Los cuidadores no capacitados, si realizan actividades como por ejemplo: sopas de letras, pero las actividades nunca varían y se hacen más por mantener ocupado al paciente y poder realizar así otras tareas.

Actividades recreativas para si mismo (cuidador)

El hecho de poder asistir a las reuniones mensuales de la Asociación de Alzheimer, estos cuidadores con mucho esfuerzo y sacrificio tratan de hacer deporte, tener actividad social y mantener intereses.


Primeros Auxilios:

Se cae en negligencia, por falta de capacitación.  Estos les genera mayor estrés, porque saben que en cualquier momento sucede una emergencia.

Calidad de vida del paciente:

Salvaguardar la integridad de los pacientes, pero no cuentan con las herramientas y conocimientos necesarios.


Información procedente de: http://www.alzheimeruniversal.eu

Fuente: Charla de apoyo para familiares y cuidadores, febrero 2011, Asociación Costarricense de Alzheimer, por Lic. Jenny Zúñiga Madrigal y Lic. Magdalena Cruz Sibaja.

 

sábado, 23 de marzo de 2013

Treinta minutos de retraso en atender un ictus aleja un 10% la recuperación.

Un estudio clínico mundial en el que ha participado el Hospital Vall d'Hebron de Barcelona sobre nuevos tratamientos endovasculares en ictus isquémicos ha concluido que por cada 30 minutos de retraso en acceder al tratamiento disminuyen un 10 % las opciones de recuperación funcional de los pacientes.
El Hospital Universitario Vall d'Hebron (HUVH) es el único centro español participante en este estudio mundial, cuyos resultados ha publicado la revista "New England Journal of Medicine" (NEJM), y el que ha aportado más pacientes de Europa.

El estudio IMS3 (Interventional Management of Stroke) ha sido coordinado en Barcelona por el neurólogo Marc Ribó y el jefe de la Unidad de Ictus de Vall d'Hebron, Carlos Molina, y en él han participado 656 pacientes de 58 centros de los Estados Unidos, Canadá, Australia y Europa.
El ictus isquémico, una oclusión brusca de una arteria cerebral, es una de las principales causas de mortalidad en España, y la primera de discapacidad permanente.

Actualmente, el único tratamiento efectivo demostrado es el uso del fármaco t-PA (un inhibidor del activador tisular del plasminógeno), que, administrado en las primeras horas después del inicio de los síntomas, consigue en algunos casos la destrucción del trombo causante de la oclusión y la reversión de los síntomas.

En muchos casos, el t-PA no consigue el objetivo deseado, lo que obliga a estudiar alternativas terapéuticas.
En este estudio se ha probado el tratamiento endovascular, es decir, el acceso mediante un catéter por el interior de los vasos sanguíneos hasta llegar a la arteria cerebral donde se encuentra alojado el trombo y proceder a su extracción.

Durante el ensayo se distribuyó a los pacientes que habían recibido t-PA intravenoso en las tres primeras horas después de la aparición de los síntomas del ictus en dos grupos, uno de ellos recibió terapia endovascular adicional y el otro solo t-PA.

Según ha informado el Hospital Vall d'Hebron, el IMS3 no ha mostrado una superioridad evidente del tratamiento endovascular frente al convencional con t-PA, pero ha abierto una vía de información muy importante sobre los subgrupos de pacientes que pueden llegar a beneficiarse de estos tratamientos y sobre cuáles son las exploraciones complementarias que permitirán identificarlos.

Aunque no se ha podido demostrar que los nuevos tratamientos sean más efectivos que los tradicionales, existen factores que permiten a los investigadores ser optimistas, ya que la información obtenida y la aparición de nuevos catéteres con un perfil de eficacia y seguridad mejorados permite diseñar nuevos ensayos clínicos, algunos ya en marcha con participación de Vall d'Hebron.
Información procedente de: http://www.larazon.es

Cerebros inmunes a la enfermedad de alzhéimer.

 

Algunas personas no desarrollan la enfermedad pese a que su cerebro muestra indicios de la patología. El estudio de estos casos resistentes, puede aportar nuevas vías de investigación y prevención.

 

Una serie de estudios han sugerido que no hay una relación entre la presencia de lesiones características del alzheimer y los síntomas.
Cerebros inmunes a la enfermedad de alzhéimerLa teoría tradicional en relación a que la acumulación anormal de la proteína beta amiloide en el cerebro conduce al alzhéimer no está tan clara. Se ha podido comprobar que, en pacientes mayores de 65 años, entre el 20 y el 50 % de quienes no padecen demencia tienen placas amiloides en el cerebro. No hay diferencias, o no parece haberlas, entre las placas de aquellas personas que padecen la demencia y éstas.
Todo apunta a que parece haber una respuesta inmune diferente entre quienes son resistentes.
El más conocido, es un estudio en una comunidad de monjas francesas donde se intentó averiguar por qué unas envejecían de forma saludable con sus facultades mentales intactas mientras que otras presentaban síntomas de demencia con la edad.  Todas las monjas tenían estilos de vida parecidos, tanto si tenían estudios superiores o no, ninguna fumaba y además llevaban las mismas pautas alimentarias y disfrutaban de la misma asistencia sanitaria.
Mediante pruebas neuropsicológicas anuales y, gracias a las donaciones de sus cerebros para su posterior estudio, se destacó que una mayor educación parece conferir cierta protección frente al alzhéimer, retrasando su aparición. Lo cual podría estar relacionado con una mayor estimulación cerebral.

En aras de encontrar el medicamento efectivo, hoy por hoy la mayor esperanza está puesta en la prevención. Se sabe que los factores de riesgo en cuanto a patologías cardiovasculares tienen relación con el alzhéimer. Otras fuentes de riesgo son: colesterol, presión arterial alta, diabetes, vida sedentaria… todos ellos factores modificables.

Información procedente de: http://blogdefarmacia.com

 

Alzheimer y riesgos de suicidio.

Muy a menudo las personas afectadas por la enfermedad de Alzheimer dejan escapar frases muy negativas sobre su condición de enfermo:
“No valgo para nada” “Que hago aquí” “Más me valdría morirme”…insinuando que la idea de suicidarse es algo que les preocupa.

 


Este pensamiento es habitual en el marco de una depresión, estado de ánimo muy frecuente en la enfermedad de Alzheimer.

¿Hay un riesgo de que estas personas se suiciden?
¿Cuáles son los factores predictivos de un suicidio?
¿Qué hacer en tal caso?

* Si las evocaciones verbales son muy frecuentes, parece ser que pocos enfermos realizan el acto de suicidarse. En realidad las estadísticas son pocas y divergentes. En Inglaterra, los suicidios en la enfermedad de Alzheimer llegan a penas a 1% de los enfermos  (1) cuando en Israel son del 7 % (2).

* En cuanto a los factores predictivos de una actitud de suicidio, se pueden incluir:
- la existencia de una depresión,
- el ingreso hospitalario por una causa psiquiátrica en el historial de la persona,
- la administración de psicótropos tales como los antidepresivos y los ansiolíticos.

* ¿Cuando hay más riesgo de suicidio?
No en el momento de la comunicación del diagnóstico como se podría suponer. Pero sí cuando el enfermo, al cabo de uno o dos años, se da cuenta de su pérdida de autonomía.
También los estudios demuestran que los enfermos jóvenes se suicidan más que los de mayor edad.

Un último hecho es que no hay diferencia en las estadísticas de suicidio según el lugar donde vive el enfermo, ya sea en el domicilio, o en una residencia.

¿Qué hacer si su familiar tiene ideas suicidas
No tomarse el tema a la ligera
Buscar una causa que haya podido inducirlas: conflictos en la familia, problemas con la herencia…
Informar a su médico



Información procedente de: http://www.alzfae.org

Referencias:
Seyfried LS. Y cols
Predictors of suicide in patients with dementia
Alzheimer’s and Demencia 7 (2011) 567-573
Purandare N. y cols
Suicide in dementia: a 9-year national clinical survey in England y Wales
The British Journal of Psychiatry (2009) 194; 175-180
Barak Y. y cols
Suicide amongst Alzheimer’s disease patients: a 10-year survey
Dement Geriatr Cogn Disord 2002; 14 (2):101-3.

La cantidad de proteína beta amiloide se asocia con la severidad de los síntomas de pérdida de memoria.

Según un estudio publicado recientemente en la revista ‘Alzheimer’s Research & Therapy’, la cantidad de proteína beta amiloide que se encuentra en el cerebro de las personas con deterioro cognitivo leve aumenta la severidad de los síntomas y contribuye a la posible aparición de Alzheimer precoz.

En esta investigación se realizó una prueba no invasiva de Tomografía de Emisión de Positrones (TEP) para encontrar placas de esta sustancia, que se hallaron en cerebros de personas con deterioro cognitivo leve, aunque los expertos concluyen que la relación entre pérdida de memoria y presencia de proteína beta amiloide es independiente de otros factores del deterioro cognitivo.

En la mitad de las personas con deterioro cognitivo se encontró una cantidad de esta proteína por encima de la medida habitual y en ellas, una fuerte relación entre la cantidad de proteína y la pérdida de memoria.

Sin embargo, la particularidad es que no se mostraban las demás características propias del desarrollo de una enfermedad neurodegenerativa como atrofia en el hipocampo o lesiones en la materia blanca cerebral, consecuencias fisiológicas que suelen frecuentes en las pruebas realizadas a personas que desarrollan la enfermedad de Alzheimer.

La conclusión a la que llega este estudio justifica la necesidad de identificar precozmente tal alteración para iniciar, lo antes posible, programas de intervención dirigidos a preservar las funciones cognitivas de los afectados, implementando distintas medidas de reforzamiento y ejercicio de dichas funciones y mejorar la calidad de vida de estos pacientes.

Información procedente de: http://cuidadoalzheimer.com

 

 

jueves, 21 de marzo de 2013

Periodos de recuperación neurocognitiva tras un daño cerebral sobrevenido. Cuándo tratar y cuándo no.

Este mes de marzo se ha celebrado en Sevilla la 6ª Reunión Anual del Consorcio de Neuropsicología Clínica (CNC) y en ella han participado tres neuropsicólogos de la Red Menni de Daño Cerebral: Ignacio Sánchez Cubillo, David de Noreña y Marcos Ríos.

¿Existen tratamientos específicos para los grandes síndromes neurocognitivos? ¿Son eficaces? Ignacio Sánchez Cubillo  revisó algunos de los hallazgos más importantes en relación con la atención y su patología, la velocidad en el procesamiento de información, la memoria y el lenguaje. Recordó que existe evidencia suficiente para recomendar determinados tipos de intervenciones para cada una de estas dificultades, si bien es necesario profundizar en el conocimiento sobre estas técnicas y su impacto sobre el nivel de actividad de cada paciente, con el objetivo de seleccionar las más apropiadas en cada caso.
David de Noreña repasó los “Criterios de inclusión y exclusión, y signos favorables y desfavorables en la neurorrehabilitación cognitiva”. La edad parece ser un factor relevante, no obstante, se contemplan cuatro variables moderadoras del resultado de la rehabilitación neuropsicológica: el dominio del tratamiento (el proceso cognitivo abordado), la etiología de la lesión, el tiempo de evolución y la edad. Estas variables interaccionan y se confunden con frecuencia entre sí, explicó.
Periodos de recuperación neurocognitiva tras un daño cerebral sobrevenido. Cuándo tratar y cuándo no hacerlo” fue el título de la ponencia de Marcos Ríos. Le pedimos que nos responda algunas preguntas sobre el contenido de la misma.

 - De entrada siempre es bueno tratar el DCA, ¿hay excepciones?

Efectivamente, siempre es bueno tratar el daño cerebral. Las investigaciones muestran que estos programas son efectivos y la evolución de los pacientes es mejor que si no son tratados. La mejoría afecta tanto a los pacientes como a su entorno más cercano. ¿Hay excepciones? Bueno, creo que no muchas. Siempre hay objetivos (grandes o pequeños) que establecer con los pacientes y sus familias. En ocasiones la dificultad es llegar a un consenso sobre cuáles son esos objetivos. A veces las familias desean que el paciente vuelva a caminar, a trabajar o  a estudiar, y eso no siempre es posible (algunos pacientes son muy graves). En estos casos hay que trabajar la conciencia de las dificultades y ayudar a los pacientes y su familia a establecer un nuevo proyecto de vida en consonancia con la nueva situación.
Entonces, siempre es bueno tratar, pero no siempre es posible tratar las mismas cosas. Los objetivos van cambiando a lo largo del proceso de evolución del paciente

- El inicio más temprano del tratamiento ¿implica mejor recuperación?

Esta es la idea general. Está apoyada por algunos datos de investigación, pero los resultados son controvertidos. Algunos autores sugieren que cuanto antes sea el inicio mejor. Otros indican que el momento de inicio no es relevante, porque a medio y largo plazo se alcanzan las mismas metas. Otros señalan que las metas son las mismas en el inicio temprano y en el inicio tardío, pero que el inicio temprano implica un menor coste en cuanto a tiempos de recuperación y a coste económico.
Además se han descrito algunos resultados que indican que, para algunas lesiones, una estimulación (o sobreestimulación) temprana puede provocar un empeoramiento de la lesión. Cuando sobreestimulamos en fases iniciales lo que ocurre es que hacemos trabajar con sobreesfuerzo a un cerebro que no está aún preparado para ese ritmo. Esto es bien conocido para la rehabilitación física y, posiblemente, afecta igualmente a otras áreas de la rehabilitación.

- La elección de la hora es importante, ¿por qué? 

La hora del tratamiento es algo poco investigado. Hay algunas ideas pero  ese factor no se considera de un modo general al planificar el programa de rehabilitación de un paciente. Sí se hace de modo específico cuando se detecta que en un paciente concreto un horario determinado le va mal. Se trata de ajustar para optimizar el rendimiento en la sesión.

- ¿Y el origen de la lesión?

El origen de la lesión sí se observa, pero al final se hace una evaluación individualizada del caso y se ajusta el tratamiento a las dificultades específicas de ese paciente.

-  ¿Cuáles son los objetivos de la rehabilitación y cuándo se puede poner fin a la misma?

Cada fase de la rehabilitación tiene sus objetivos. En fases iniciales, justo después de la lesión, priman los cuidados médicos y de enfermería. Hay que garantizar la supervivencia del paciente y ponerle en la mejor disposición para las fases posteriores de la rehabilitación. Paulatinamente se irá iniciando un programa de rehabilitación que incluya fisioterapia, neuropsicología, terapia ocupacional y logopedia. En un momento dado (difícil de determinar en muchos casos) se irá reduciendo esta frecuencia de sesiones para ir facilitando el proceso de reincorporación a la vida cotidiana. Por último, muchos pacientes necesitan unas sesiones de mantenimiento en algunas de estas áreas de rehabilitación.

Información procedente de: http://www.dañocerebral.es

Identifican la capacidad del cerebro para protegerse de los daños de un accidente cerebrovascular.

Investigadores de la Universidad de Oxford (Reino Unido) han descifrado en ratas el origen de una capacidad innata del cerebro para protegerse del daño que se produce en el accidente cerebrovascular. Los científicos de esta investigación, publicada en 'Nature Medicine', eperan su descubrimiento ayude en el tratamiento de apoplejía y la prevención de otras enfermedades neurodegenerativas en el futuro. 

Investigadores de la Universidad de Oxford (Reino Unido) han descifrado en ratas el origen de una capacidad innata del cerebro para protegerse del daño que se produce en el accidente cerebrovascular. Los científicos de esta investigación, publicada en 'Nature Medicine', eperan su descubrimiento ayude en el tratamiento de apoplejía y la prevención de otras enfermedades neurodegenerativas en el futuro.

"Hemos demostrado por primera vez que el cerebro tiene mecanismos que puede utilizar para proteger y mantener las células del cerebro vivas", dice el profesor Alastair Buchan, jefe de la División de Ciencias Médicas y decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Oxford, quien dirigió el trabajo, financiado por el Medical Research Council de Reino Unido y el Instituto Nacional para la Investigación en Salud.

El accidente cerebrovascular se produce cuando el suministro de sangre a una parte del cerebro se corta y, entonces, las células cerebrales se ven privadas de oxígeno y los nutrientes que necesitan para funcionar correctamente, por lo que comienzan a morir. "Las células empiezan a morir en algún lugar a los minutos o a lo sumo tras una o dos horas después de la carrera", afirma el profesor Buchan.

Esto explica por qué el tratamiento para el accidente cerebrovascular depende tanto de la velocidad con la que se comience a administrar. Cuanto más rápido se pueda llegar al hospital, tener un escaner cerebrarl y los fármacos administrados para disolver cualquier coágulo de sangre y que el flujo de sangre vuelva a empezar, menos daño se hará a las células cerebrales.

Esto también ha motivado la búsqueda sin éxito hasta ahora de "neuroprotectores": fármacos que puedan ganar tiempo y ayudar a las células cerebrales, o neuronas, a hacer frente a los daños y recuperarse después. El grupo de investigación de la Universidad de Oxford ha identificado el primer ejemplo de que el cerebro tiene integrado su propia forma de neuroprotección, llamada "neuroprotección endógena".

Se ha sabido desde 1926 que las neuronas en un área del hipocampo, la parte del cerebro que controla la memoria, son capaces de sobrevivir al ser privadas de oxígeno, mientras que otras en un área diferente del hipocampo mueren, pero la protección del daño de ese conjunto de células seguía siendo un misterio hasta ahora.

"Estudios anteriores se han centrado en la comprensión de cómo las células se mueren después de ser desprovistas de oxígeno y glucosa. Se consideró un enfoque más directo mediante la investigación de los mecanismos endógenos que han evolucionado para hacer que estas células en el hipocampo resistan", explica el autor principal, el doctor Michalis Papadakis, director científico del Laboratorio de Isquemia Cerebral en la Universidad de Oxford.

Trabajando con ratas, los científicos hallaron que la producción de una proteína específica llamada hamartina permite que las células sobrevivan a pesar de la falta de oxígeno y glucosa, como sucedería después de un accidente cerebrovascular. Estos expertos demostraron que las neuronas mueren en la otra parte del hipocampo debido a la falta de la respuesta hamartina.

El equipo fue capaz de descubrir que estimular la producción de hamartina ofrece una mayor protección a las neuronas. Buchan explica: "Esto está causalmente relacionado con la supervivencia celular. Si bloqueamos la hamartina, las neuronas mueren cuando el flujo sanguíneo se detiene. Si damos un espaldarazo a la hamartina, las células sobreviven una vez más".

Finalmente, los investigadores fueron capaces de identificar la ruta biológica a través de la cual la hamartina actúa para permitir que las células nerviosas hagan frente a daños cuando no reciben energía y oxígeno. El grupo señala que el conocimiento del mecanismo biológico natural que conduce a neuroprotección abre la posibilidad de desarrollar fármacos que imiten el efecto de hamartina.

(EuropaPress)
Información procedente de: http://noticias.lainformacion.com

Descubren en los genes la causa de 13 enfermedades mentales sin diagnóstico.

Investigadores de Genomic Genetics International, con la participación de médicos de Barcelona y Bilbao, han descubierto 13 síndromes genéticos causantes de discapacidades mentales profundas sin un diagnóstico conocido, sobre una muestra de 40 personas que pretende ampliarse a 700.


Investigadores de Genomic Genetics International han descubierto 13 síndromes genéticos causantes de discapacidades mentales profundas sin un diagnóstico conocido, en el marco de un trabajo llevado a cabo con la Fundación Catalònia, que trabaja con pacientes que sufren dolencias mentales.
El director médico de Genomic Genetics International y uno de los líderes del estudio, José Ignacio Lao, ha explicado la "sorpresa" de los investigadores al encontrar por primera vez síndromes de procedencia genética no descritos hasta la fecha en la literatura médica mundial.

De momento, el trabajo se ha llevado a cabo en una muestra de 40 pacientes de 20 a 60 años, aunque el objetivo es llegar a analizar a los 700 enfermos que atiende la Fundació Catalònia, impulsora y patrocinadora del estudio fruto de la inquietud de los familiares de los pacientes a la hora de abordar esta discapacidad.

Los expertos calculan que el 50% de los casos de discapacidad intelectual adulta a nivel mundial no disponen de un diagnóstico certero --se les considera idiopáticos-- al desconocerse su origen causal, por lo que este trabajo que constata una relación genética como causa de la patología podría arrojar luz a la hora de abordar la enfermedad.

Como ha explicado Lao, el diagnóstico correcto es un "paso esencial para establecer un tratamiento adecuado", lo que mejora el pronóstico de la dolencia por el mero hecho de que los médicos pueden predecir y actuar contra complicaciones futuras.

"El estudio se realizó para determinar si en este 50% del que hasta la fecha desconocíamos los orígenes de su discapacidad, podía existir una causa genética de base más allá de la medioambiental", ha explicado el médico.
Lao se ha mostrado convencido de que descubrirán más alteraciones genéticas, y ha explicado que los investigadores se encuentran ahora en una fase de caracteritazación tanto a nivel externo como metabólico, de los órganos mediante pruebas diagnósticas como tomografías y electrocardiogramas, entre otros.

Para ello, los investigadores han realizado un estudio cromosómico utilizando técnicas moleculares de alta resolución, que han permitido encontrar estas 13 alteraciones de las que no se sospechaba su existencia hasta la fecha.
El proceso ha utilizado de técnicas convencionales como el cariotipo, análisis del cromosoma X frágil, así como estudios bioquímicos o enzimáticos, así como herramientas de última tecnología, basadas en hibridación genómica comparativa.

Como una piedra en el zapato
"No importa lo diminuta que resulte la alteración, hemos constatado que afectan al individuo interrumpiendo su propio desarrollo, es como esa imperceptible piedra que se nos cuela en el zapato y sin abultar provoca suficiente daño como para que acabemos cojeando sin remedio", ha ejemplificado Lao.

El estudio, en el que han participado especialistas médicos de Barcelona y Bilbao, alcanza conclusiones "revolucionarias" que cambian el proceso de diagnóstico de este tipo de pacientes, ya que de obtener éxito en tan solo el 10% de los casos con las técnicas convencionales, pasamos a lograr determinar con precisión la causa en el 90% de los casos, aumentando así el poder de diagnóstico y la capacidad de asesoramiento.
 
Información procedente de: http://www.antena3.com

 

 

Paciencia, necesaria ante un caso de Alzheimer.


Las personas que cuidan a los pacientes con Alzheimer deben tener mucha paciencia y compasión, ya que por la sintomatología de la enfermedad, puede resultar una actividad frustrante, ya que en muchas ocasiones no cuentan con la experiencia ni con la capacitación para cuidar a un paciente con dicha enfermedad.

“Hay momentos en que manejar a alguien que tiene Alzheimer puede resultar difícil, pero hay que tener paciencia y ponerse en su lugar. Es importante intentar comprender por lo que están pasando”, indicó Teresa Dinau, cuidadora de Home Care Assistance, con sede en Palo Alto, California.

Uno de los principales errores que cometen los cuidadores de pacientes con Alzheimer es tratar de conservar a la persona que conocían antes de que se desarrollara la enfermedad, dijo el doctor Jacobo Mintzer, presidente de la Junta Asesora Médica y Científica de la Alzheimer's Foundation of America, quien refirió que esto puede conducir a actividades que pongan en peligro tanto al paciente como al mismo cuidador, ya que en ocasiones les permiten conducir, cuando saben que ya no pueden hacerlo.

Y señaló que este tipo de confianza puede resolverse de otra forma, por ejemplo mirando con el paciente fotos del pasado, o haciendo una actividad que se sabe le gustaba hacer, como bailar, por ejemplo.

Los especialistas también señalaron que las conductas que resultan más problemáticas pueden superarse con estimulación y atención.

Mintzer explicó que es importante utilizar una voz calmada al dirigirse a los pacientes, y redirigir la atención antes de intentar que el paciente modifique una conducta. También explicó que hay que responder cualquier pregunta, aún si la repite a cada momento, porque para ellos cada pregunta es nueva.

Explicó también que aunque frecuentemente se les permites a las personas con Alzheimer vivir en casa, en el momento que esto deja de ser seguro es necesario considerar la atención a largo plazo.

"El momento en que esto sucede puede ser muy distinto para cada paciente. Si usted vive en la ciudad de Nueva York y tiene un supermercado al lado, es irrelevante que su ser querido ya no pueda conducir. Si su ser querido vive en la parte rural de Carolina del Norte y ya no puede conducir, se moriría de hambre, así que necesita asistencia o atención a largo plazo antes", ejemplificó.

Información procedente de: http://www.sumedico.com

miércoles, 20 de marzo de 2013

Hacer ejercicio en la mediana edad puede mantener la demencia a raya en un futuro.

  Es posible que estar en forma a los cuarenta y tantos reduzca el riesgo de Alzheimer y otros tipos de demencia en una edad avanzada. Y cuanto mejor en forma esté, más bajo puede que sea el riesgo, según sugiere un nuevo estudio.

Casi 20,000 personas sanas realizaron una prueba de cinta caminadora para medir sus niveles de estado físico cuando llegaron a la mediana edad. Los investigadores recibieron luego los datos de reclamaciones de Medicare para ver a quién le fue diagnosticado cualquier tipo de demencia en años posteriores. El seguimiento duró un promedio de 24 años, en los que se evaluó a los pacientes con respecto a las señales de demencia a los 70, 75, 80 y 85 años de edad.

Los participantes a los que se consideró que estaban en forma según la prueba de la cinta caminadora tenían menos probabilidades de desarrollar demencia después de los 65 años de edad que aquellos que estaban en peores condiciones físicas, mostró el estudio.

Los hallazgos aparecen en la edición del 5 de febrero de la revista Annals of Internal Medicine.

Los investigadores no pueden asegurar con certeza que el ejercicio o la buena condición física sea lo que proteja la salud del cerebro basándose en los resultados de este estudio. Tampoco pueden afirman cuánto ejercicio se necesita hacer para obtener beneficios. 

Una vez aclarado esto, "este documento nos indica que cuanto mejor sea la condición física en la mediana edad, menos probable será desarrollar una demencia", afirmó la autora del estudio, la Dra. Laura DeFina, directora médica de investigación en el Instituto Cooper, en Dallas.
Los grupos médicos más importantes recomiendan hacer 150 minutos de actividad moderada o 75 minutos de ejercicio vigoroso a la semana, o una combinación de ambos, comentó. "No realizamos la suficiente actividad física", aseguró DeFina. "Con respecto a esto no somos un país muy activo, así que esta es otra razón para animar a la gente a que haga ejercicio".
No se sabe exactamente cómo el ejercicio podría conservar la función cerebral, pero "sabemos que cualquier cosa que podamos hacer para mantener nuestro corazón sano es fundamental para mantener nuestro cerebro sano", afirmó.
Aun así, es una buena idea hablar con su médico antes de empezar un nuevo régimen de ejercicio, sobre todo si tiene algún problema cardiaco.

El coautor del estudio, el Dr. Benjamin Willis, epidemiólogo en el Instituto Cooper, añadió que "nunca es tarde para empezar a hacer ejercicio".
Los nuevos hallazgos ayudan a dar consistencia al mensaje de "lo que no se usa se pierde", según algunos expertos que no participaron en el nuevo estudio.
El Dr. Richard Isaacson, director de la división de Alzheimer de la Facultad Miller de Medicina de la Universidad de Miami, comentó que "basándonos en los datos más recientes, sabemos que los cambios cerebrales que llevan a la demencia se producen de 20 a 30 años antes del inicio de los síntomas, así que es hora de hacer cambios en el estilo de vida. Si le preocupa que pueda desarrollar Alzheimer o alguna demencia, ahora es el momento de cambiar y llevar un estilo de vida sano".

Esto incluye hacer ejercicio de manera regular, tener una dieta sana baja en calorías y asegurarse de que la presión arterial y los niveles de colesterol están controlados, explicó.

"No hay ninguna cura mágica que acabe con el Alzheimer, pero tenemos evidencias de que se puede reducir el riesgo", comentó Isaacson. "Este estudio es excelente porque usa una medida objetiva de la condición física: la prueba de la cinta caminadora", señaló.
Estos resultados muestran la condición física en que se encuentra una persona, y no solo cuánto ejercicio hace, indicó.

El Dr. Sam Gandy, director asociado del Centro de Investigación sobre la Enfermedad de Alzheimer Mount Sinai, en la ciudad de Nueva York, se mostró de acuerdo en que el ejercicio puede ayudar a mantener el cerebro sano.
"Caminar a paso vivo o levantar pesas en tres sesiones de 30 minutos a la semana es la recomendación estándar para retrasar o prevenir la demencia", comentó Gandy. "Esto es muy, pero que muy importante. Lo primero que le digo a todos mis pacientes es que busquen un tipo de ejercicio que les guste".
Aunque el estudio encontró una asociación entre el nivel de condición física en la mediana edad y un riesgo menor de demencia más adelante, no estableció causalidad.


Información procedente de:http://www.nlm.nih.gov

Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare FUENTES: Richard Isaacson, M.D., associate professor, clinical neurology, and director, Alzheimer's division, University of Miami Miller School of Medicine; Laura F. DeFina, M.D., medical director of research, Cooper Institute, Dallas; Benjamin L. Willis, M.D., M.P.H., epidemiologist, Cooper Institute; Sam Gandy, M.D., associate director, Mount Sinai Alzheimer's Disease Research Center, New York City; Feb. 5, 2013, Annals of Internal Medicine
HealthDay

Lo esencial: mi memoria, yo y los demás.

La memoria es el hilo conductor de nuestra vida y de nuestras relaciones con los demás. Acoge, fija y moldea nuestras alegrías y penas, encuentros y rupturas, los grandes y pequeños recuerdos. Si en alguna ocasión nos defrauda, es porque, a veces, a lo largo de la vida, hay momentos difíciles de sobrellevar, y necesitamos atenuarlos para reanudar el curso de nuestra existencia.

- A cada edad nos servimos de la memoria de forma diferente: durante la infancia y la juventud, acumulamos conocimientos que utilizamos en la edad adulta; después, llega el momento de mirar hacia atrás y rememorar.

- La memoria es el hilo conductor de nuestra vida. Etapa tras etapa, es la garantía de nuestra identidad.

- La vida es un continuo proceso de cambios. Nuestra existencia está jalonada de crisis en las que hay que romper con una etapa para entrar en otra. Y hablar de ruptura y crisis equivale a hablar de posibles problemas de memoria.

- El nacimiento de los nietos, la jubilación, los cambios de domicilio, la independencia de los hijos y, sobre todo, la muerte de los padres o de otros seres queridos son acontecimientos que desestabilizan y, por tanto, son susceptibles de provocar problemas de memoria.

- Los olvidos tienen a veces un significado ligado a nuestra propia experiencia vital, aunque no siempre podamos identificarlo sin ayuda.

- Las emociones pueden reavivar nuestros recuerdos o bloquear su restitución. Algunos recuerdos son tan dolorosos que invaden nuestra existencia. Cuando esto ocurre, hay que pedir ayuda al médico o a un psicólogo.
 
Información procedente de: http://www.plusesmas.com