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miércoles, 27 de marzo de 2013

Delirios en los pacientes con mal de alzhéimer.

Las personas que padecen de la enfermedad de alzheimer experimentan algunas ideas erróneas sobre algunos temas y por ningún motivo se les puede convencer de que eso no es así o que no existe tal situación, este es el caso de los delirios.

Los delirios son pensamientos sin sentido, son ilógicos, extravagantes y sin fundamentos pero que sin embargo para el paciente con enfermedad de Alzheimer tienen su propia lógica aunque no puede ser rebatida con los demás.

Vale la pena que aproveches la información que contiene este artículo para que puedas entender mucho mejor a tu ser querido, para ello, te sugiero que pongas atención y leas con cuidado las siguientes líneas en las que te explicaré ampliamente lo que son los delirios y cómo se pueden manifestar.

La palabra “delirio” deriva del latín “de-lirare” que significa “salirse del surco al labrar la tierra”, la palabra ha evolucionado y lo que significa en el pensamiento humano es “pensar saliéndose del curso normal”, es decir “el pensamiento se sale de las normas establecidas”.

Para que se pueda considerar que la idea es un delirio, debe cumplir con algunos requisitos:
- Ser una idea firmemente sostenida pero con fundamentos lógicos inadecuados, es decir, el enfermo afirma una idea con una certeza extraordinaria.
- Ser incorregible con la experiencia o con la demostración de su imposibilidad, es decir, no son influenciables por la experiencia ni por las conclusiones indiscutibles.
- Ser inadecuada para el contexto cultural del paciente, es decir, su contenido es imposible.

Estos requisitos son indispensables porque existen muchas ideas que pueden ser sostenidas con convicción y ser incorregibles como las ideas religiosas o políticas y no quiere decir que sean delirios.

Existen otros tipos de delirios como los religiosos, los místicos…, sin embargo la persecución y el perjuicio son los delirios que más se presentan en los pacientes con enfermedad de Alzheimer; el paciente puede creer que la persiguen los extraterrestres, la mafia, alguna conspiración mundial o puede creer que todo el mundo, incluyéndote a ti e inclusive a su nieto favorito, están en contra de él/ella.

En los delirios se manifiesta la desconfianza en las intenciones de los demás y son interpretadas como maliciosas porque pueden sospechar que quieren aprovecharse de ellos, que le van a hacer daño o que los van a engañar. También pueden tener dudas en la lealtad y en la fidelidad de quienes están cerca de ellos, exteriorizan rencores y perciben ataques hacia ellos que no son percibidos por los demás.

Para quienes sufren del mal de alzhéimer, tiene mucho sentido el hecho de que ellos crean que sus familiares y amigos le quieren robar, sencillamente porque no recuerda dónde dejan sus pertenencias y lo más fácil es echarles la culpa a otros de que le han quitado. De igual manera sucede con el peligroso delirio de que tú estás tramando algo en contra de él/ella para hacerle algún daño, como ocurre cuando están convencidos que les quieres envenenar con los alimentos o con los medicamentos, por lo que pueden dejar de comer o de tomar sus medicinas poniendo en riesgo sus propias vidas.

Las ilusiones se refieren a cualquier distorsión de una percepción sensorial y en ellas se ven involucrados los sentidos del cuerpo humano. Las ilusiones son percepciones erróneas, falsas o distorsionadas de un estímulo externo que es real y en ellas se conserva el juicio de que la ilusión es real, como cuando Don Quijote de La Mancha creía ver gigantes en lugar de molinos de viento.

Adaptado del artículo de Shary Mogollón C.
Información procedente de: http://www.alzheimeruniversal.eu

«El alzheimer no es de pobres o incultos».

Vicente Fernández-Merino es doctor en Psicología, especializado en Neuropsicología. Docente en la UNED de Palencia, antes fue profesor de la Complutense de Madrid. Actualmente ejerce la práctica privada en la Clínica Panaderos de Valladolid y en la Clínica María de Molina en Palencia. Natural de la localidad de Cervera de Pisuerga, ha realizado varias publicaciones sobre psicología. Su último libro, ‘El alzheimer día a día’, se puede adquirir en todas las librerías y descargar ‘on line’ en vicentefernandezmerino.com.

–¿Qué aporta su libro que no hayan hecho otros antes sobre el alzheimer?
–Aporta el lenguaje, la manera en la que me dirijo al lector, además consta de una parte práctica al final. No se trata de decir cosas nuevas sino de decir de otra manera las mismas cosas. Está escrito en un lenguaje muy asequible para que también lo entienda la gente que no ha estudiado.

–¿Cree usted que es una enfermedad que aún tiene perfiles desconocidos?
–Por supuesto, si se supiera todo tendría cura. Se está avanzando muchísimo en la enfermedad porque los pacientes son de países del primer mundo, por eso se gastan más en investigación y se están consiguiendo cosas. Cuanto más se vive mas opciones hay de tenerla.

–El libro está dirigido a los familiares de quienes padecen esta enfermedad...
-Sí, pretende ser un compañero que les dice que la enfermedad es así, de esta forma, y cómo se debe abordar. El libro se ocupa mucho del cuidado también y de dar una serie de criterios para tomar decisiones con el enfermo.

–¿Qué papel deben jugar los familiares en el alzheimer?
–Es muy complicado. Es una enfermedad que debería ser tratada en hospitales, pero son tantos los pacientes y es tan larga la enfermedad que si tuviesen que ingresar según se diagnostica no habría camas suficientes. En las primeras fases es más conveniente que el enfermo esté en el entorno en el que vivido. Es una situación muy difícil para los familiares porque la pérdida de memoria y que deje de conocer a la familia es muy doloroso.

–¿La crisis también ha perjudicado al alzheimer?
–Sí, porque se ha disminuido la ayuda a la dependencia. Por la situación en la actualmente se ven muchas familias, con todos sus miembros en paro han sacado a los familiares de las residencias para cuidarlos en casa y poder disfrutar de la poca pensión que tiene el enfermo. Esto hace que se pase de una ayuda profesional a una ayuda personal. 

–¿Qué necesita el enfermo?
–Necesita cariño y amor como en todas las enfermedades, pero también una ayuda profesional y unos cuidados higiénicos. 

–¿Qué puede aportar la sociedad a los enfermos de alzheimer?
–Mucho, cuando los familiares no pueden estar, los amigos de los cuidadores se ocupan del enfermo y también del cuidador. Los amigos, la sociedad en general, es el soporte de los que tienen familiares con alzhéimer. Además, que la sociedad sea sensible hace que se estudie más y que la gente se sensibilice aún más con esta enfermedad.

–¿En qué manera ayuda a combatir la enfermedad el hecho de que personajes públicos confiesen que la padecen?
–Hablo de Adolfo Suárez en el libro, incluso de Ronald Reagan, que murió de alzheimer y añado una carta suya. Ayuda a sentirse acompañado, a saber que no es una enfermedad de pobres ni de incultos. Es una enfermedad que no escoge, al que le toca, le toca. 

–¿Cómo se puede ralentizar?
–Existen una serie de fármacos, que nombro en el libro, para que se sepa lo que hay y en qué pueden ayudar.

–¿Existe alguna forma de prevenir el alzheimer?
–Sí, cuidar la salud en los años de envejecimiento, comer sano y con pocas calorías, hacer ejercicio físico y realizar ejercicios cognitivos y teniendo una mentalidad fuerte.

–¿Qué tipo de ayuda se puede encontrar un familiar de un enfermo de alzheimer en Palencia?
–Existe la asociación de familiares de alzhéimer, que yo ayudé a fundar hace más de 20 años. Hacen una gran labor asistencial. Todo lo que hacen es de enorme ayuda para los familiares, les dan soporte, terapia, diagnóstico. Existen un centro de día, que permite que puedas ir a trabajar, que no es poco.

–¿Cuantos más medios privados es mejor?
–Sí, pero solo te lo puedes permitir si tienes mucho dinero. Poder pagar a un especialista que diariamente haga ejercicios con el paciente, es muy beneficioso para este.

Información procedente de: http://www.elnortedecastilla.es

 

Descubren el mecanismo molecular por el que un ambiente estimulante protege contra el Alzheimer.

Mantener el cerebro activo y ocupado retrasa la aparición del Alzheimer. Esto, al menos, es lo que afirma un estudio publicado en la revista Neuron, que ha demostrado que la exposición prolongada a lo que se ha dado en llamar ‘Ambiente Enriquecido’ (EE por sus siglas en inglés) mejora los procesos de maduración cerebral y frenaría también la aparición de enfermedades neurodegenerativas.

Este EE se caracteriza por ser un ambiente estimulante, donde se realizan nuevas actividades que ‘obligan’ al cerebro a cambiar su rutina. Este estímulo cerebral propicia la neurogénesis o creación de nuevas neuronas, por lo que podría ralentizar la aparición de trastornos.

El estudio, que ha contado con la participación de eminencias en el campo de la neurociencia como Dennis Selkoe o Shaomin Li, explica los mecanismos moleculares por los cuales la realización de nuevas actividades protege el hipocampo, la región cerebral encargada de los procesos relacionados con el aprendizaje y la memoria.

En la investigación se utilizaron roedores salvajes, a los que en la primera parte del estudio se les metió en jaulas solo con agua y comida, para luego ir introduciendo progresivamente otros elementos nuevos como laberintos y ruedas para correr.

Esta situación de continua exposición a nuevas situaciones producía un incremento de una hormona llamada noradrenalina en estos ratones, intensificando los niveles de excitación y activando procesos relacionados con la memoria y la capacidad cognitiva.

Así, se llegó a la conclusión de que la aparición de los síntomas propios de la enfermedad se podría retrasar, además del hecho de que estas actividades protegían más incluso que la realización de ejercicio físico.
Pero la verdadera novedad en este sentido es que, aunque ya había estudios que apuntaban la tesis de que tanto el ejercicio físico como el mental beneficiaban a nuestro cerebro en relación con las enfermedades neurodegenerativas, este es el primero que proporciona una evidencia de este tipo a nivel preclínico.

Información prcedente de: http://cuidadoalzheimer.com

 

martes, 26 de marzo de 2013


¿Se hereda el Alzheimer?, uno de los temores más frecuentes.

A lo largo de los años hemos entendido socialmente que no hay nada de que avergonzarse ni nada que esconder cuando tenemos que enfrentarnos con una demencia. 

(Foto de www.spneurologia.org) 

Una de las preguntas más frecuentes que se hacen los cuidadores de un enfermo de Alzheimer es si heredarán la patología. No hay pruebas concluyentes de que esta sea una enfermedad hereditaria, aunque es posible que, en algunas familias, haya una cierta tendencia a desarrollarla.


Y por otro lado no siempre el Alzheimer se declara de la misma manera. Mi abuela, uno de los seres más luminosos que he conocido, nunca nos dio motivos para pensar que pudiera estar desarrollando la enfermedad. Todo era absolutamente normal en su comportamiento…hasta el día que sufrió una caída y se hizo daño en una pierna.

Todo parecía en orden al principio, para nosotros y para ella. Sin embargo algo había ocurrido, un pequeño resorte de su mente había saltado por los aires con la caída y pronto empezamos a notar los efectos.

Como no recordaba si había tomado su medicación o no le preguntaba continuamente a mi abuelo, que acababa alterándose por tanta repetición. Ella se daba cuenta de la irritación que iba creciendo en él, pero realmente no recordaba, no solo si se había tomado sus pastillas sino si le había preguntado ya por ellas.

De una manera muy rápida, la mujer llena de energía y capacidad, se fue convirtiendo en un ser que dudaba por todo, incapaz de tomar una decisión clara respecto al asunto más trivial. Las cosas cotidianas: unas llaves, un recado telefónico, su propia ropa, pasaron a ser problemas para los que no encontraba solución. Y todo esto la sumió en una intensa ansiedad.

Acostumbrada, como lo había estado toda su vida, a tomar decisiones y a regir sus días con autonomía, el nuevo estado de cosas y el hecho de que fueran de mal en peor sembraron el pánico en su día a día. Llegó así el día en que no quiso levantarse de la cama, allí se sentía segura, protegida, y no había nada ni nadie que la hiciera cambiar de idea.

Todo ello llevó a que mi abuelo necesitara ayuda para manejar la casa y atender a mi abuela. Una conocida empezó a ir a diario y eso, sin que supiéramos porqué, hizo que volviera a levantarse y a pasear por su casa. Nunca volvió a salir al jardín que había sido uno de sus grandes placeres, pero al menos recorría la gran casona con sus pasitos menudos y arrastrados.

Revolvía los cajones, buscaba algo que sólo ella sabía, rebuscaba en los armarios y las cómodas, sacaba, metía y volvía a sacar cosas en un ballet desconcertante para los demás.

En todo este proceso mi abuelo no fue de mucha ayuda. Para él todo aquello no eran más que manías que se le habían instalado en la cabeza y que ella se negaba a abandonar. Por aquel entonces no había la información que tenemos hoy sobre las demencias y el Alzheimer. Y cuando se daban en una familia se vivían con una cierta vergüenza, cuando no se escondían directamente.

Él era consciente de que ella se iba deteriorando rápidamente y eso le hacía sufrir porque no sabía como detener lo que estaba ocurriendo, como rescatarla del caos en que se iba sumiendo su mente. Pero ahí se quedaba. Quizás su impotencia ante lo que estaba ocurriendo le paralizaba o, tal vez, sus prejuicios le impedían aceptar que su mujer iba perdiendo, poco a poco, grandes trozos de su vida, de su historia.

En ocasiones ella tenía momentos de euforia, y si coincidían con alguna visita era tal su expresión de alegría, el desenfado con que abrazaba a los visitantes, o las exageradas muestras de afecto que exhibía que mi abuelo, sumamente incómodo por la situación, desaparecía en su despacho.

Fueron unos años, pocos, en los que nunca sabíamos que podía pasar cuando íbamos a visitarlos. Podíamos ser confundidos con parientes o amigos desaparecidos mucho tiempo atrás, o ser los destinatarios de una sucesión de besos y abrazos llenos de cariño, aunque ella no supiera claramente quienes éramos.

Entonces llamaron “demencia senil” a lo que le pasaba, hoy sé que la caída que sufrió pudo ser el detonante de un Alzheimer larvado.

El nombre no cambia la realidad, pero al menos hemos entendido socialmente que no hay nada de que avergonzarse ni nada que esconder cuando tenemos que enfrentarnos con una demencia o un Alzheimer.

Información procedente de:http://www.hechosdehoy.com

 

En los hipertensos no tratados se duplica el riesgo de padecer demencia.

La ausencia de tratamientos curativos para estas patologías justifica aún más la necesidad de llevar a cabo una prevención efectiva.

La hipertensión arterial no tratada puede provocar importantes daños en el cerebro y parece estar asociada a un mayor riesgo de demencia o deterioro cognitivo leve, un trastorno que se caracteriza por dificultades en el pensamiento y aprendizaje. Tal y como ha explicado Jesús Hernández Gallego, médico adjunto del Servicio de Neurología del Hospital Universitario 12 Octubre de Madrid y profesor de la Universidad Complutense de Madrid durante la 18ª Reunión Nacional de la Sociedad Española de Hipertensión y la Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-Lelha), “tener las cifras de presión arterial elevadas de forma persistente incrementa la aparición de demencia y aumenta entre dos y cinco veces la posibilidad de sufrir un ictus”.
Un estilo de vida saludable y los tratamientos antihipertensivos desarrollados en los últimos años han permitido controlar mejor la enfermedad, disminuir el riesgo de ictus e igualarlo al de la población general. No obstante, todavía es una causa muy importante de accidente cerebrovascular y deterioro cognitivo. “Si podemos prevenir y tratar la hipertensión de manera que se reduzca la posibilidad de padecer demencia, posiblemente disminuya también el número de casos de enfermedad de Alzheimer. La ausencia de tratamientos curativos para estas patologías justifica aún más la necesidad de llevar a cabo una prevención efectiva”, hs subrayado Hernández.

Control presente, prevención futura
La hipertensión daña el cerebro por tres mecanismos distintos. Uno de ellos se basa en que las cifras altas de presión pueden afectar a los pequeños vasos cerebrales, causar más arterioesclerosis y provocar un trombo que produzca un ictus de tipo isquémico. Otro motivo es que la elevación mantenida de la presión arterial en los vasos sanguíneos favorece la aparición de microaneurismas y, como consecuencia, se rompen, sangran y provocan una hemorragia cerebral. El tercer mecanismo es la propia hipertensión, un factor de riesgo para el desarrollo de fibrilación auricular, una arritmia muy frecuente. La fibrilación auricular es culpable de muchas embolias cerebrales, ya que provoca que se desprenda un trombo (o émbolo) del fondo del corazón y vaya al cerebro.
Las personas que controlan su presión arterial en la edad adulta tienen menos riesgo de desarrollar demencia en la vejez. “Diversos trabajos, como el estudio de Framingha, han demostrado que la hipertensión no tratada se asocia directamente a más demencia en ancianos. En nuestro país, el estudio de cohorte poblacional de ancianos Nedices (Neurological Disorders in Central Spain) integrado por más de 5.000 participantes y liderado por Félix Bermejo Pareja, jefe de Servicio de Neurología del Hospital 12 de Octubre de Madrid, ha puesto de manifiesto que los ancianos hipertensos no tratados desarrollaron más demencia en general y demencia vascular en particular, y estuvieron más próximos a desarrollar alzheimer”, ha comentador Hernández.
La edad es el factor de riesgo más importante de enfermedad cerebrovascular, pero es inalterable. “Ahora bien, hay otros factores de riesgo modificables, como la hipertensión: se ha demostrado que está altamente relacionada con el desarrollo de un ictus o una enfermedad cerebrovascular. La mayoría de personas que ingresan por un ictus son hipertensas”, ha insistido el especialista.

Deterioro cognitivo, demencia y alzheimer
En los últimos años ha crecido el interés sobre el deterioro cognitivo leve, especialmente como una posibilidad de identificación del alzheimer en sus primeras fases y como una diana para el tratamiento y la prevención de esta enfermedad neurodegenerativa. En esta misma línea, al menos entre un cinco y un siete por ciento de las personas de más de 65 años presenta una demencia. Dicha cifra se incrementa de forma progresiva hasta alcanzar un 30 por ciento de las personas a los 80 años de edad y un 50 por ciento por encima de los 90 años.
“El porcentaje de personas hipertensas aumenta de manera drástica a partir de los 60 años, pasando del 25-30 por ciento en adultos al 65-70 por ciento en ancianos. El resultado es una persona jubilada con hipertensión leve persistente no tratada, que desarrolla fallos de memoria que no percibe, pero sí su familia, y que a lo largo de un año inicia además fallos de lenguaje, ejecución motora y rinde menos en conocimiento adquirido. Este tipo de perfiles son los que debemos tratar”, ha señalado Hernández. 
Profundizar su estudio
Desde la SEH-Lelha se recomienda en primer lugar tratar la hipertensión correctamente, evitar otros factores de riesgo vascular, hacer ejercicio físico y mental y mantener una actividad social de manera frecuente. “Además, apostamos por la detección de casos mediante evaluaciones neurológicas con screening de deterioro cognitivo. Con la enfermedad de alzheimer ya diagnosticada solo cabe plantear anticolinesterásicos o memantina durante algunos años para tratar los síntomas y, en la parte no farmacológica, se valora positivamente la asistencia a centros de día: los pacientes se fortalecen física y cognitivamente, se evita el aislamiento y se consigue un impacto directo en el estado de ánimo y la depresión, entre otros beneficios”, ha añadido el neurólogo.

La relación entre hipertensión y cerebro apenas se ha estudiado, a diferencia del impacto de la presión en el corazón y el riñón, que es bien conocida. Por este motivo, la SEH-Lelha formó hace unos meses el Grupo de Estudio de Hipertensión y Cerebro (GEHC), coordinado por la doctora Cristina Sierra, del Servicio de Medicina Interna y de la Unidad de Hipertensión y Riesgo Cardiovascular del Hospital Clínic de Barcelona, con el objetivo de profundizar en este importante problema de salud pública.
Por otro lado, “la Sociedad Española de Neurología (SEN) cuenta con unas Recomendaciones Clínicas para Demencia que persiguen establecer unas directrices de actuación homogénea en todos los niveles asistenciales para los profesionales en contacto con este tipo de pacientes. En esta misma línea, muchas comunidades autónomas están instaurando en los hospitales públicos de referencia unidades de ictus y demencias”, ha concluido Hernández.

Información proceente de: http://neurologia.publicacionmedica.com
 

Científicos descubren que un tipo de daño del ADN se produce como parte de la actividad normal del cerebro.

Científicos de los Institutos Gladstone, en San Francisco, California (Estados Unidos), han descubierto que un determinado tipo de daño en el ADN pensado durante mucho tiempo que es particularmente perjudicial para las células cerebrales en realidad puede ser parte de un proceso regular no nocivo. El equipo también encontró que las interrupciones de este proceso ocurren en modelos de ratón de la enfermedad de Alzheimer y se identificaron dos estrategias terapéuticas que reducen estas interrupciones.

   Los investigadores han sabido por mucho tiempo que el daño del ADN se produce en todas las células, acumulándose a medida que envejecemos. Pero un tipo particular de daño en el ADN, conocido como una ruptura de doble cadena o DSB, en sus siglas en inglés, ha sido considerado como una fuerza importante detrás de las enfermedades relacionadas con la edad, como el Alzheimer.
   Ahora, científicos en el laboratorio del investigador Lennart Mucke en los Institutos Gladstone informan en la revista 'Nature Neuroscience' que DSB en las células neuronales en el cerebro también puede ser parte de las funciones normales del cerebro tales como el aprendizaje, siempre y cuando las rupturas de doble cadena estén estrechamente controladas y reparadas a tiempo. Además, la acumulación de la proteína beta amiloide en el cerebro, que se piensa ampliamente que es una causa importante de la enfermedad de Alzheimer, aumenta el número de neuronas con DSBs y retrasa su reparación.
   En los experimentos de laboratorio, dos grupos de ratones, uno modificado genéticamente para simular los aspectos clave de la enfermedad de Alzheimer y otro de roedores sanos (control), exploraron un nuevo ambiente lleno de lugares, olores y texturas desconocidos. A medida que los roedores exploraron, sus neuronas se estimularon al procesar la nueva información y, después de dos horas, fueron devueltos a su entorno familiar, su casa.
   El grupo de control mostró un aumento de DSB justo después de explorar el nuevo entorno, pero después de ser devueltos a su entorno familiar, bajó los niveles del DSB. "Al principio nos sorprendió encontrar DSB neuronales en los cerebros de ratones sanos", dijo Elsa Suberbielle, investigadora postdoctoral en Gladstone y autora principal del artículo.
   "Pero la estrecha relación entre la estimulación neuronal y DSB y el hallazgo de que estas DSB fueron reparadas después de que los ratones volvieran a su entorno familiar sugieren que DSB son una parte integral de la actividad normal del cerebro. Creemos que este patrón de daño y reparación podría ayudar a los animales a aprender por facilitar cambios rápidos en la conversión de ADN neuronal en proteínas que están implicadas en la formación de recuerdos", concreta.
   El grupo de ratones modificados para simular Alzheimer tenían niveles más altos del DSB en los niveles iniciales que aumentaron aún más durante la estimulación neuronal. Además, los investigadores detectaron un retraso sustancial en el proceso de reparación del ADN.
   Para contrarrestar la acumulación de DSB, el equipo utilizó por primera vez un enfoque terapéutico basado en dos estudios recientes, uno de los cuales fue dirigido por el doctor Mucke y su compañero de equipo, que mostraron que el ampliamente utilizado fármaco antiepiléptico levetiracetam podría mejorar la comunicación neuronal y la memoria en los modelos de ratón de la enfermedad de Alzheimer y en humanos en etapas más tempranas de la enfermedad. 

PRUEBAN DOS ESTRATEGIAS DISTINTAS

   Los roedores tratados con el fármaco aprobado por la agencia norteamericana del medicamento (FDA) tenían menos DSB. En su segunda estrategia, modificaron genéticamente a ratones que carecen de la proteína del cerebro llamada tau, otra proteína implicada en el Alzheimer, y esta manipulación, que habían encontrado previamente que evitaba la actividad anormal del cerebro, también esquivó la acumulación excesiva de DSB.
   Los resultados sugieren que un restablecimiento de la comunicación neuronal adecuada es importante para aplazar los efectos del Alzheimer, tal vez por mantener el delicado equilibrio entre el daño y la reparación del ADN. "En la actualidad, no tenemos tratamientos eficaces para retrasar, prevenir o detener el Alzheimer," dijo el Dr. Mucke, que dirige la investigación neurológica en Gladstone y es profesor de Neurociencia y Neurología en la Universidad de California, San Francisco (Estados Unidos).
   "Nuestros resultados sugieren que fármacos fácilmente disponibles podrían ayudar a proteger a las neuronas contra algunos de los daños causados ??por esta enfermedad. Habrá que estudiar estas estrategias terapéuticas. También esperamos tener una mejor comprensión del papel que juegan DSB en el aprendizaje y la memoria, así como en la alteración de estas funciones cerebrales importantes de la enfermedad de Alzheimer", concluye.

Información procedente de: http://www.europapress.es

lunes, 25 de marzo de 2013

Derechos de las personas cuidadoras.

Son frecuentes los momentos en los que las personas cuidadoras de enfermos,  se ven afectadas y superadas por las complejas situaciones propias del cuidado.  La ambivalencia emocional experimentada (alegría/tristeza, animo/desesperanza, energía/abatimiento) estimula el desarrollo de dependencia, sentimientos de culpa, aislamiento y confusión en la persona cuidadora.
 
 Por ello, es muy importante que se tengan presentes y claros los derechos que protegen a las/los cuidadoras/es. Conocerlos, interiorizarlos y repetirlos las veces que sea necesario es una forma eficaz de proporcionarse un marco donde poder respirar y cuidarse en momentos difíciles.

 A continuación, os presento un listado con algunos de los derechos básicos de las personas cuidadoras. El listado no está cerrado. Existen tantos derechos como necesidades personales surjan. Sería interesante que cada una/o añadiese tantos como considerase oportunos e hiciera de esta lista una propia. En ese caso, se estarían cimentando unas bases sólidas de un cuidado del otro, lo más saludable posible.


YO, COMO PERSONA CUIDADORA TENGO:
  • Derecho a dedicar tiempo y actividades a una/o misma/o sin sentimientos de culpa.
  • Derecho a experimentar sentimientos negativos por estar perdiendo a un ser querido o verle enfermar.
  • Derecho a velar y defender el cuidado propio por encima del resto.
  • Derecho a resolver por una/o misma/o aquello que sea capaz y derecho a preguntar sobre aquello que no comprenda.
  • Derecho a buscar soluciones que se ajusten razonablemente a las necesidades propias y las de nuestros seres queridos.
  • Derecho a ser tratada/o con respeto.
  • Derecho a aprender y cometer errores y ser disculpada/o por ello.
  • Derecho a ser reconocida/o como miembro valioso y fundamental de la familia incluso cuando nuestro punto de vista sea distintos.
  • Derecho a quererse a una/o misma/o y a admitir que se hace lo que es humanamente posible.
  • Derecho a sentir y expresar de forma adecuada sentimientos, tanto positivos como negativos.
  • Derecho a «decir no» ante demandas excesivas, inapropiadas o cuando no se pueda dar más.
  • Derecho a continuar y desarrollar la propia vida.

Información procedente de: http://cuidador.com

ENCEFALOPATIA POR VIH/COMPLEJO DEMENCIA SIDA


INTRODUCCIÓN
Encefalopatía por VIH y complejo sida-demencia (CSD), son sinónimos utilizados para indicar las alteraciones cognitivas, motoras y de conducta que pueden complicar el curso de la evolución de la infección por el VIH. El término trastorno cognitivo motor menor (TCMM) y CSD difieren en el grado de disfunción para las actividades diarias, que están conservadas en el TCMM y alteradas en el CSD. El CSD puede ser la primera manifestación de sida pero es más frecuente que aparezca en etapas más tardías de la infección, con cifras de CD4 por debajo de 200 mm3 y tras el diagnóstico de otras infecciones oportunistas (IO). La encefalopatía por VIH sigue siendo una patología relativamente frecuente: en España, el CSD es la enfermedad definitoria de sida en el 3,5-3,9% de los diagnósticos de sida, de una forma estable entre los años 1996 - 2.003. No disponemos de datos de incidencia y prevalencia global en nuestro país.
En la era del tratamiento antirretroviral de gran eficacia (Targa) se han producido diversos cambios en la incidencia, prevalencia, historia natural y características clínicas del CSD (tabla 1). Dada la mayor incidencia de TCMM, de formas paucisintomaticas o que permanecen estables con Targa y a que las manifestaciones clínicas de la enfermedad son difíciles de reconocer en la fase precoz o en las formas leves, se debe mantener un alto índice de sospecha en pacientes con CD4 < 250 o con un nadir de CD4<150 mm3 antes de Targa. Por otra parte en pacientes con más de 50 años, pueden incidir otras patologías más frecuentes a esa edad y que pueden confundir o sumarse a la encefalopatía por VIH y deben incluirse en el diagnóstico diferencial y excluirse como causa del déficit cognitivo (Tabla 2).El diagnóstico de la enfermedad se basa en criterios clínicos y en la exclusión de otras patologías . El Targa puede ser útil en el tratamiento de la encefalopatía por VIH, pero no existen ensayos clínicos concluyentes sobre como “guiar “el tratamiento en estos pacientes. Por otra parte, sustancias que actúan como “protectores”del daño celular tienen un impacto clínico moderado o nulo, por lo que es importante conocer el tratamiento sintomático.

PATOGENIA Y ANATOMÍA PATOLÓGICA :
El VIH entra precozmente en el SNC e infecta la microglia y los macrófagos.Sin embargo la infección de estas células no es suficiente para producir el daño neuronal .Aunque hay acuerdo general en que el VIH no infecta a las neuronas, está en cuestión la causa primera del daño neuronal .Probablemente existan dos mecanismos no excluyentes : a) daño neuronal producido por proteínas del VIH ( Tat ,nef ,vpr ,gp120, gp41) y b) neurodegeneración por liberación de factores solubles . En la tabla III se exponen los diversos factores implicados La anatomía patológica desde el punto de vista macroscópico revela atrofia cortical y dilatación ventricular .Microscópicamente se caracteriza por nódulos microgliales con células gigantes multinucledas, astrocitosis reactiva extensa y palidez de la sustancia blanca. Las lesiones se localizan en estructuras profundas (incluido sustancia blanca hemisférica, ganglios basales y tálamo) concordantes con los signos de demencia subcortical.

CLINICA
La encefalopatía por VIH engloba trastornos cognitivos, motores y de la conducta. Se caracteriza por su comienzo insidioso y al igual que otras demencias subcorticales, por alteraciones cognitivas pero con alerta intacta. Estos lo diferencia de otras IO y tumores asociados al VIH en los que el comienzo suele ser más agudo ,y se acompañan de alteración de conciencia , cefalea o focalidad neurológica . Existen distintos sistemas clasificatorios de la enfermedad: El de la Organización Mundial de la Salud y la Academia Americana de Neurología es la más aceptada (tabla IV). Los distintos estadios de la enfermedad se especifican en la tabla V.

Del capítulo ENCEFALOPATIA POR VIH/COMPLEJO DEMENCIA SIDA en RECOMENDACIONES DEL PNS SOBRE MANEJO DE LOS TRASTORNOS RELACIONADOS CON LA INFECCION VIH.(PDF)

Información procedente de: http://www.infodoctor.org
Juan Miguel Santamaria.Jefe de Servicio de l aUnidad de Infecciosas. Hospital de Basurto. Bilbao. Bibliografía del autor en el PUBMED.

 

 

¿Qué es CADASIL?

CADASIL es la sigla en inglés para referirse a Arteriopatía Cerebral Autosómica Dominante con Infartos Subcorticales y Leucoencefalopatía, aunque es un nombre muy largo describe muy bien las características de la enfermedad.
Es una enfermedad de las arterias más pequeñas del cerebro que produce múltiples infartos en las partes más profundas de este. El cerebro tiene unas partes superficiales denominadas sustancia gris (o corteza) y unas profundas denominadas sustancia blanca.
La palabra “Leucoencefalopatía” hace referencia a un daño cerebral en la sustancia blanca y “Autosómica Dominante” quiere decir que es hereditaria, directamente de padres a hijos y que sólo la mitad de los hijos de un enfermo heredarían la enfermedad.
Este daño en el crebro se manifiesta en las personas de varias maneras, que va desde dolores de cabeza muy intensos (migraña) y parálisis de alguna parte del cuerpo, hasta pérdida de la memoria y Demencia.
La Demencia es una enfermedad del Sistema nervioso que hace que las personas pierdan progresivamente parte de sus capacidades mentales tales como recordar cosas recientes, rostros, nombres, hablar, escribir, leer, etc., de manera que su trabajo, su vida familiar y social se vean afectados; alguans veces la Demencia hace que las personas cambien su manera de ser y su comportamiento.

¿Quiénes sufren de CADASIL?

En primer lugar como es una condición hereditaria, se manifiesta en varios miembros de la familia (abuelos, padres, hermanos, primos, etc.) sin importar el sexo. Pero no todos los miembros de esa familia tendrían CADASIL.
Los primeros síntomas pueden aparecer alrededor de los 20 años pero como es una enfermedad de desarrollo muy lento deben pasar varios años antes de presentar síntomas graves como la Demencia.

¿Cómo se hace el diagnóstico?

Solamente un médico puede hacer el diagnóstico probable de CADASIL, para esto el paciente debe cumplir varios requisitos:
  • Debe tener alguno de estos síntomas: Parálisis de alguna parte del cuerpo, Demencia o trombosis a repetición.
  • Debe pertenecer a una familia donde varias personas tengan o hayan tenido alguno de estos síntomas a lo largo de varias generaciones.
  • Si no tiene síntomas pero pertenece a una familia con CADASIL un examen radiológico denominado Resonancia Magnética Nuclear de Cráneo po dría mostrar el daño de la sustancia blanca propio de la enfermedad en personas sanas.
  • Algunas familias con CADASIL sufren de migraña o disminución de la audición.
El diagnóstico definitivo es genético.

¿Cuál es el tratamiento adecuado?

Como es una enfermedad identificada sólo hace 11 años, hasta el momento no se ha encontrado una cura pero existen tratamientos para mejorar los síntomas, los especialistas tratan los síntomas para mejorar la calidad de vida del paciente y se le recomienda a las personas que podrían tener CADASIL que modifiquen las costumbres que podrían dañar sus arterias tales como el cigarrillo, el sobrepeso, la comida grasosa, etc.
Es importante que los pacientes de CADASIL esten correctamente diagnosticados ya que hay algunos tratamientos que no se les debe aplicar:
  • Terapia farmacológica con triptanes para la migraña.
  • Angiografías cerebrales.
  • Terapia anticoagulante, ya que no beneficia al paciente.

¿A quién acudir?

Para garantizar un diagnóstico correcto es mejor acudir a un especialista en el Sistema Nervioso, es decir un médico especializado en neurología.

Información procedente de: http://neurociencias.udea.edu.co

domingo, 24 de marzo de 2013

Los primeros problemas cognitivos en la enfermedad de Alzheimer.

Las personas que estudian o tratan la enfermedad de Alzheimer y su primera etapa clínica, un deterioro cognitivo leve (MCI), han centrado su atención en los problemas de memoria evidentes a corto plazo. Pero un nuevo estudio sugiere que las personas en camino hacia la enfermedad de Alzheimer en realidad podrían tener problemas tempranos en el procesamiento de información semántica o basada en el conocimiento, lo que podría tener un número de implicaciones mucho más amplias para cómo funcionan en sus vidas los pacientes.

Los primeros problemas cognitivos en la enfermedad de AlzheimerTerry Goldberg, PhD, profesor de psiquiatría y ciencias del comportamiento en la Facultad de Medicina Hofstra North Shore-LIJ y director de neurocognición en el Centro de Litwin Zucker para la Investigación de la Enfermedad de Alzheimer y Trastornos de la Memoria en el Instituto Feinstein para la Investigación Médica en Manhasset, Nueva York, dijo que los médicos han observado otros tipos de problemas cognitivos en pacientes con MCI, pero nadie lo había estudiado de forma sistemática.

Muchos expertos han observado individuos que parecían perplejos incluso ante las tareas más simples. En este último estudio, los investigadores utilizaron una serie de pruebas de inteligencia para medir la capacidad de una persona para procesar información semántica.

¿Tienen las personas con MCI problemas para acceder a los diferentes tipos de conocimiento? ¿Existen obvias deficiencias semánticas que no han sido reconocidas antes? La respuesta fue “sí”.

El Dr. Goldberg dijo que el hallazgo es de suma importancia, ya que podría ser posible fortalecer las conexiones de procesamiento semántico a través del entrenamiento. El estudio de estos pacientes será continuado a través del tiempo para ver si estos problemas semánticos empeoran a medida que avanza la enfermedad.

Informaciónprocedente de: http://blogdefarmacia.com

 


Apoyo, orientación y ayudas sociales, básicos para afrontar el Alzheimer.

En plena tormenta económica, la mayor sensibilización respecto al Alzheimer deja la esperanza de que se pueda avanzar en la atención de estos enfermos y sus cuidadores. 

En el amplio espectro de las enfermedades degenerativas seguramente pocas afectan tanto, no sólo al paciente sino también a su familia y circulo afectivo, como el Alzheimer. Y de igual manera ocurre con el tiempo, pocas enfermedades se prolongan tanto en su duración una vez iniciadas.

Este proceso, particularmente devastador, supone para las familias el afrontar y resistir dos situaciones distintas: primero irán viendo desaparecer la personalidad del paciente que conocen y quieren; y finalmente, tendrán que asumir su muerte física. Vivirán dos veces la desolación y la pena de su pérdida.

Por otro lado el cuidado y atención a estos pacientes, durante todo el curso de su enfermedad, es un proceso agotador, física y emocionalmente. Por todo ello nadie debería pasar solo por esta situación.

El Alzheimer no permite acomodarse con un estado de cosas, acostumbrarse a un cierto deterioro que nos permita algo de relajación. Al contrario, los cuidadores se encuentran con que, cuando han superado un punto crítico o un problema concreto, el empeoramiento del enfermo les obliga a afrontar problemas nuevos y cada vez más complejos.

Este estado de cosas hace que, con frecuencia, los cuidadores empiecen a dar señales de trastornos mentales o de mala salud con el paso del tiempo. Sentimientos encontrados, agotamiento, ira o depresión pueden sumir en un caos emocional a personas que estaban bien antes de afrontar el cuidado de un enfermo de Alzheimer.

Numerosos estudios han vinculado el cuidado de pacientes que sufren de demencia con peor salud mental y psicológica y más uso de medicación psiquiátrica por parte de sus cuidadores. Es evidente, por lo tanto, que el apoyo emocional por parte de familiares y amigos, el reforzamiento de la autoestima, y el uso de recursos para ayudar con las tareas del hogar son elementos positivos para la persona que se encarga del enfermo. Todo ello le será muy útil como protección frente al estrés.

Ante la circunstancia de tener un paciente de Alzheimer en la familia es muy importante que todo su círculo familiar pueda recibir apoyo y orientación por parte de profesionales. Conocer las ayudas sociales disponibles, entender el proceso que se va a ir viviendo, disponer de recursos psicológicos y emocionales son importantes ayudas para llevar mejor la abrumadora tarea de cuidar a uno de estos enfermos.

La nota positiva radica en que, frente al aumento de esperanza de vida y del número de ancianos, el número de organizaciones privadas no ha dejado de crecer, y con ello la presión activa para que se siga investigando.
Desde esta página animo a todos los que os encontréis en una situación de este tipo a que recurráis a las asociaciones de vuestra zona. Allí podréis encontrar el apoyo y la experiencia de buenos profesionales.

Incluso en medio de la tormenta económica que vivimos, la mayor sensibilización social respecto al Alzheimer nos deja una esperanza de que se pueda seguir avanzando en la atención y el cuidado de estos enfermos y de sus cuidadores.

Información procedente de: http://www.hechosdehoy.com

La deshidratación afecta a tu rendimiento intelectual.

Todos hemos sentido en algún momento que nuestra cabeza no da más de sí cuando desempeñamos actividades que requieren esfuerzo intelectual, como estudiar o trabajar. El agotamiento mental puede estar motivado por diversos factores – como la fatiga- pero hay una causa que en ocasiones pasa desapercibida y está especialmente relacionada con este problema: la deshidratación.



Es lo que concluye un estudio titulado ‘Rendimiento cognitivo y deshidratación', dirigido por la Prof. Dra. Ana Adan de la Universidad de Barcelona y publicado en la revista Journal of the American College of Nutrition. Según el mismo, la deshidratación de carácter leve o moderado es un estado que “se puede producir con mucha facilidad y, en la actualidad, existen numerosos estudios científicos que han evidenciado la repercusión negativa que estas situaciones tienen en la capacidad de ejecución cognitiva”. De este modo, una correcta hidratación se torna decisiva para la prevención de accidentes laborales y el desarrollo de enfermedades. 

¿Qué entendemos por deshidratación? Los expertos consideran un estado de deshidratación leve la pérdida de un 1-2% de agua corporal, mientras que un estado moderado sería de un 2-5% y uno grave cuando esta es superior al 5%, algo nada habitual entre la población general. Así pues, cuando nuestro estado de deshidratación es superior al 2%, los cambios en la cantidad de sales y electrolitos corporales alteran la actividad cerebral y el correcto funcionamiento de los sistemas de neurotransmisión, haciendo que nuestra capacidad de memoria a corto plazo disminuya y alterando nuestra capacidad de concentración y rendimiento, aumentando de esta forma las posibilidades de sufrir un accidente de trabajo, ya seamos adultos jóvenes o personas mayores.

En este sentido, el presidente de la Academia Española de Nutrición y Ciencias de la Alimentación (AEN), el Profesor Lluis Serra-Majem, alertó en la Sesión Científica Extraordinaria sobre Nutrición e Hidratación celebrada a principios de febrero que la deshidratación puede causar sensación de confusión y de fatiga, somnolencia, mayor riesgo de caídas, infección del tracto urinario, formación de cálculos renales, problemas dentales, trastornos broncopulmonares, estreñimiento, dolores de cabeza y migrañas. Incluso, si la carencia es bastante elevada puede llevar al colapso y a la muerte. “De hecho, existen estudios que muestran que la falta de líquido durante más de 12 horas puede provocar dolores de cabeza y que, por el contrario, la ingesta de líquido en personas con cefaleas reduce su duración e intensidad”, concluyó este experto.

La ingesta de líquidos, imprescindible
Consumir entre 2 y 2,5 litros de líquido al día (20-25% de alimentos; 75-80% de bebidas) es la principal recomendación de los expertos. “Cualquier alimento o bebida, excluyendo las alcohólicas, con un contenido mínimo de agua del 80%, se puede decir que tienen la capacidad de hidratar, es decir, de aportar líquido al organismo. En este grupo estarían las frutas, verduras, ensaladas, caldos y sopas, infusiones, leche, zumos, refrescos, etc.”. Pero también debemos atender a las condiciones ambientales o a si estamos realizando una actividad física, además de la intelectual. 

Asimismo, la profesora Ana Adam argumenta que un adulto puede estar deshidratado incluso cuando cree estar ingiriendo suficiente líquido. “Se ha constado que los trabajadores no beben suficientes líquidos durante la jornada laboral e incluso llegan al trabajo deshidratados”, advierte. Así que, ya sabes: si te encuentras fatigado y no te concentras en el trabajo, puede que no te hayas hidratado lo suficiente. ¿Qué cantidad de líquido sueles beber al día?

Información procedente de: http://es.tendencias.yahoo.com


Los efectos del estrés en la memoria.

 El estrés es una respuesta fisiológica y psicológica ante situaciones amenazadoras o desafiantes. Es normal siempre y cuando se manifieste en un tiempo prudencial, cuando se prolonga en el tiempo es cuando se considera problemático. Los malestares físicos y psíquicos empiezan a manifestarse. La irritabilidad, agresión, y ansiedad se hacen presentes además del cansancio, dificultades para conciliar el sueño dolores de cabeza, problemas estomacales y dolores musculares. Los procesos de memoria y atención también se ven deteriorados.

Por otro lado, debido a la baja de inmunidad que produce, otras enfermedades pueden adquirirse, ya que el estrés prolongado se considera un importante factor de riesgo. Es decir, aumenta la probabilidad de contraer otras enfermedades.

Nuevos estudios se han centrado en la influencia que puede tener el estrés prolongado en las fallas de memoria. Han comprobado que las alteraciones hormonales que provoca el estrés prolongado produce una aceleración del proceso de muerte neuronal en áreas cerebrales encargadas de los procesos de memoria provocando dificultades en el recuerdo y por ende en el aprendizaje.
Se producen dificultades al intentar recordar eventos cotidianos como el lugar donde se deja la llave, nombres de personas, fechas, etc. Otras limitaciones se manifiestan a la hora de adquirir nueva información, por ejemplo, después de leer un libro o nota en el diario no pueden recordarlo, en algunos casos se recuerda una mínima idea conceptual y otros no pueden evocar el contenido pero si reconocerlo, si alguien empieza a decir el comienzo de la idea pueden terminarla o al menos saber que lo leyeron.

Estas fallas pueden ser un síntoma del síndrome de estrés crónico o en personas de tercera edad corresponder al inicio de enfermedad de alzheimer ya que uno de los primeros síntomas de esta patología es el deterioro de la memoria.

El estrés crónico aumenta la probabilidad de contraer enfermedad de alzheimer. Por lo tanto, si las fallas de memoria acompañan los síntomas del síndrome de estrés crónico y estas se agravan con el tiempo es recomendable realizar una consulta neuropsicológica y médica que permita realizar un diagnostico diferencial. Este permitirá identificar si las fallas de memoria son parte del síndrome de estrés crónico o si se trata de una alteración de memoria propia de la Enfermedad de Alzheimer intensificada por el síndrome de estrés crónico.
En otros casos, si la persona padece enfermedad de Alzheimer y sufre estados de estrés prolongado los síntomas se agravan y aceleran los mecanismos neurodegenerativos que caracterizan la enfermedad.

La mejor manera de prevenir el estrés es realizar ciertos cambios en nuestro estilo de vida, esto incluye participación en actividades sociales, ejercicio físico, alimentación equilibrada, descanso regular y actividades agradables o hobbies.
Potenciar nuestra calidad de vida puede prevenir el estrés crónico como neutralizar y disminuir sus efectos.

Información procedente de: http://www.eldiariodecarlospaz.com


 

Alimentos para la memoria.

 

Zanahorias y brócili



Si quieres preparar tu cerebro y mejorar tu memoria con una alimentación correcta, tal vez los consejos que te vamos a dar a continuación, te sirvan de trampolín para la adquisición de nuevos hábitos alimenticios saludables.

1. La revista Muy Interesante publicó recientemente un artículo en el que se aludía a 3 alimentos para mejorar la memoria: las zanahorias (a ser posible crudas), por su alto contenido en beta-caroteno; el salmón y el atún, por sus ricos aportes de ácidos Omega 3 (a los que podríamos añadir las sardinas y las caballas); y las almendras, que presentan un completo aporte de nutrientes: proteínas, calcio, fósforo, hierro, potasio, sodio, magnesio, cobre, zinc, vitaminas B1, B2, C, D y E, etc.

2. Otros alimentos para el cerebro mencionados en numerosos estudios, con los que podremos diseñar nosotros mismos una dieta equilibrada y amplia, son: las frutas ricas en antioxidantes, como los arándanos, las frambuesas, las fresas, las uvas rojas, etc.; las verduras como el brócoli, la coliflor, o las espinacas; y el huevo, por su alto contenido en lecitina y vitamina B, entre otras cosas.

3. El aguacate es otro de los alimentos que hemos encontrado mencionado en la mayoría de los estudios sobre la alimentación y la memoria. Y no es de extrañar, ya que entre sus nutrientes se encuentran ácidos Omega 3 y Omega 6, fósforo, calcio, hierro, sodio, magnesio, potasio, zinc, vitaminas E y B, etc.

4. En Blogcocina, ya hablamos de los altos índices de antioxidantes, magnesio y fósforo del chocolate negro, siendo éste mencionado también en diversos informes como estimulante del sistema nervioso.

5. La colina presente en el ajo, las cebollas, el apio, los espárragos, la soja, los guisantes, las berenjenas, el maíz, etc.; es también un componente esencial para el buen funcionamiento del cerebro.

6. El calcio de los productos lácteos como el queso (mejor si es fresco, para evitar las grasas saturadas) o los yogures, también es recomendado por los especialistas en toda dieta para mejorar la memoria en época de exámenes.

7. La Sociedad Española de Medicina de Familia ya informó que en España se desayuna mal, no sólo por el contenido, sino por el tiempo que se le dedica a éste. A este respecto, os recomendamos este artículo para el diseño de un desayuno saludable, equilibrado y sano; una práctica crucial para mantener nuestro cerebro en forma, sobre todo en épocas de estudio y exámenes.

Alimentos perjudiciales para el cerebro y la memoria.
 
De la misma forma que los alimentos para la memoria deben formar parte de nuestra dieta de forma continua, hablar de alimentos perjudiciales para el cerebro es hablar de alimentos cuya ingesta deberíamos moderar en nuestra dieta en algunos casos, o evitar en otros. A moderar, como siempre, los alimentos ricos en grasas saturadas, el exceso de azúcares, etc. Para mantener un cerebro sano, evitaremos también el alcohol, el tabaco, y por supuesto, las drogas de cualquier tipo.

Información procedente de:http://www.blogcocina.es

Fuentes: Salud y Medicinas / Muy Interesante / Botanical

Foto: Chefranden