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lunes, 25 de marzo de 2013

¿Qué es CADASIL?

CADASIL es la sigla en inglés para referirse a Arteriopatía Cerebral Autosómica Dominante con Infartos Subcorticales y Leucoencefalopatía, aunque es un nombre muy largo describe muy bien las características de la enfermedad.
Es una enfermedad de las arterias más pequeñas del cerebro que produce múltiples infartos en las partes más profundas de este. El cerebro tiene unas partes superficiales denominadas sustancia gris (o corteza) y unas profundas denominadas sustancia blanca.
La palabra “Leucoencefalopatía” hace referencia a un daño cerebral en la sustancia blanca y “Autosómica Dominante” quiere decir que es hereditaria, directamente de padres a hijos y que sólo la mitad de los hijos de un enfermo heredarían la enfermedad.
Este daño en el crebro se manifiesta en las personas de varias maneras, que va desde dolores de cabeza muy intensos (migraña) y parálisis de alguna parte del cuerpo, hasta pérdida de la memoria y Demencia.
La Demencia es una enfermedad del Sistema nervioso que hace que las personas pierdan progresivamente parte de sus capacidades mentales tales como recordar cosas recientes, rostros, nombres, hablar, escribir, leer, etc., de manera que su trabajo, su vida familiar y social se vean afectados; alguans veces la Demencia hace que las personas cambien su manera de ser y su comportamiento.

¿Quiénes sufren de CADASIL?

En primer lugar como es una condición hereditaria, se manifiesta en varios miembros de la familia (abuelos, padres, hermanos, primos, etc.) sin importar el sexo. Pero no todos los miembros de esa familia tendrían CADASIL.
Los primeros síntomas pueden aparecer alrededor de los 20 años pero como es una enfermedad de desarrollo muy lento deben pasar varios años antes de presentar síntomas graves como la Demencia.

¿Cómo se hace el diagnóstico?

Solamente un médico puede hacer el diagnóstico probable de CADASIL, para esto el paciente debe cumplir varios requisitos:
  • Debe tener alguno de estos síntomas: Parálisis de alguna parte del cuerpo, Demencia o trombosis a repetición.
  • Debe pertenecer a una familia donde varias personas tengan o hayan tenido alguno de estos síntomas a lo largo de varias generaciones.
  • Si no tiene síntomas pero pertenece a una familia con CADASIL un examen radiológico denominado Resonancia Magnética Nuclear de Cráneo po dría mostrar el daño de la sustancia blanca propio de la enfermedad en personas sanas.
  • Algunas familias con CADASIL sufren de migraña o disminución de la audición.
El diagnóstico definitivo es genético.

¿Cuál es el tratamiento adecuado?

Como es una enfermedad identificada sólo hace 11 años, hasta el momento no se ha encontrado una cura pero existen tratamientos para mejorar los síntomas, los especialistas tratan los síntomas para mejorar la calidad de vida del paciente y se le recomienda a las personas que podrían tener CADASIL que modifiquen las costumbres que podrían dañar sus arterias tales como el cigarrillo, el sobrepeso, la comida grasosa, etc.
Es importante que los pacientes de CADASIL esten correctamente diagnosticados ya que hay algunos tratamientos que no se les debe aplicar:
  • Terapia farmacológica con triptanes para la migraña.
  • Angiografías cerebrales.
  • Terapia anticoagulante, ya que no beneficia al paciente.

¿A quién acudir?

Para garantizar un diagnóstico correcto es mejor acudir a un especialista en el Sistema Nervioso, es decir un médico especializado en neurología.

Información procedente de: http://neurociencias.udea.edu.co

domingo, 24 de marzo de 2013

Los primeros problemas cognitivos en la enfermedad de Alzheimer.

Las personas que estudian o tratan la enfermedad de Alzheimer y su primera etapa clínica, un deterioro cognitivo leve (MCI), han centrado su atención en los problemas de memoria evidentes a corto plazo. Pero un nuevo estudio sugiere que las personas en camino hacia la enfermedad de Alzheimer en realidad podrían tener problemas tempranos en el procesamiento de información semántica o basada en el conocimiento, lo que podría tener un número de implicaciones mucho más amplias para cómo funcionan en sus vidas los pacientes.

Los primeros problemas cognitivos en la enfermedad de AlzheimerTerry Goldberg, PhD, profesor de psiquiatría y ciencias del comportamiento en la Facultad de Medicina Hofstra North Shore-LIJ y director de neurocognición en el Centro de Litwin Zucker para la Investigación de la Enfermedad de Alzheimer y Trastornos de la Memoria en el Instituto Feinstein para la Investigación Médica en Manhasset, Nueva York, dijo que los médicos han observado otros tipos de problemas cognitivos en pacientes con MCI, pero nadie lo había estudiado de forma sistemática.

Muchos expertos han observado individuos que parecían perplejos incluso ante las tareas más simples. En este último estudio, los investigadores utilizaron una serie de pruebas de inteligencia para medir la capacidad de una persona para procesar información semántica.

¿Tienen las personas con MCI problemas para acceder a los diferentes tipos de conocimiento? ¿Existen obvias deficiencias semánticas que no han sido reconocidas antes? La respuesta fue “sí”.

El Dr. Goldberg dijo que el hallazgo es de suma importancia, ya que podría ser posible fortalecer las conexiones de procesamiento semántico a través del entrenamiento. El estudio de estos pacientes será continuado a través del tiempo para ver si estos problemas semánticos empeoran a medida que avanza la enfermedad.

Informaciónprocedente de: http://blogdefarmacia.com

 


Apoyo, orientación y ayudas sociales, básicos para afrontar el Alzheimer.

En plena tormenta económica, la mayor sensibilización respecto al Alzheimer deja la esperanza de que se pueda avanzar en la atención de estos enfermos y sus cuidadores. 

En el amplio espectro de las enfermedades degenerativas seguramente pocas afectan tanto, no sólo al paciente sino también a su familia y circulo afectivo, como el Alzheimer. Y de igual manera ocurre con el tiempo, pocas enfermedades se prolongan tanto en su duración una vez iniciadas.

Este proceso, particularmente devastador, supone para las familias el afrontar y resistir dos situaciones distintas: primero irán viendo desaparecer la personalidad del paciente que conocen y quieren; y finalmente, tendrán que asumir su muerte física. Vivirán dos veces la desolación y la pena de su pérdida.

Por otro lado el cuidado y atención a estos pacientes, durante todo el curso de su enfermedad, es un proceso agotador, física y emocionalmente. Por todo ello nadie debería pasar solo por esta situación.

El Alzheimer no permite acomodarse con un estado de cosas, acostumbrarse a un cierto deterioro que nos permita algo de relajación. Al contrario, los cuidadores se encuentran con que, cuando han superado un punto crítico o un problema concreto, el empeoramiento del enfermo les obliga a afrontar problemas nuevos y cada vez más complejos.

Este estado de cosas hace que, con frecuencia, los cuidadores empiecen a dar señales de trastornos mentales o de mala salud con el paso del tiempo. Sentimientos encontrados, agotamiento, ira o depresión pueden sumir en un caos emocional a personas que estaban bien antes de afrontar el cuidado de un enfermo de Alzheimer.

Numerosos estudios han vinculado el cuidado de pacientes que sufren de demencia con peor salud mental y psicológica y más uso de medicación psiquiátrica por parte de sus cuidadores. Es evidente, por lo tanto, que el apoyo emocional por parte de familiares y amigos, el reforzamiento de la autoestima, y el uso de recursos para ayudar con las tareas del hogar son elementos positivos para la persona que se encarga del enfermo. Todo ello le será muy útil como protección frente al estrés.

Ante la circunstancia de tener un paciente de Alzheimer en la familia es muy importante que todo su círculo familiar pueda recibir apoyo y orientación por parte de profesionales. Conocer las ayudas sociales disponibles, entender el proceso que se va a ir viviendo, disponer de recursos psicológicos y emocionales son importantes ayudas para llevar mejor la abrumadora tarea de cuidar a uno de estos enfermos.

La nota positiva radica en que, frente al aumento de esperanza de vida y del número de ancianos, el número de organizaciones privadas no ha dejado de crecer, y con ello la presión activa para que se siga investigando.
Desde esta página animo a todos los que os encontréis en una situación de este tipo a que recurráis a las asociaciones de vuestra zona. Allí podréis encontrar el apoyo y la experiencia de buenos profesionales.

Incluso en medio de la tormenta económica que vivimos, la mayor sensibilización social respecto al Alzheimer nos deja una esperanza de que se pueda seguir avanzando en la atención y el cuidado de estos enfermos y de sus cuidadores.

Información procedente de: http://www.hechosdehoy.com

La deshidratación afecta a tu rendimiento intelectual.

Todos hemos sentido en algún momento que nuestra cabeza no da más de sí cuando desempeñamos actividades que requieren esfuerzo intelectual, como estudiar o trabajar. El agotamiento mental puede estar motivado por diversos factores – como la fatiga- pero hay una causa que en ocasiones pasa desapercibida y está especialmente relacionada con este problema: la deshidratación.



Es lo que concluye un estudio titulado ‘Rendimiento cognitivo y deshidratación', dirigido por la Prof. Dra. Ana Adan de la Universidad de Barcelona y publicado en la revista Journal of the American College of Nutrition. Según el mismo, la deshidratación de carácter leve o moderado es un estado que “se puede producir con mucha facilidad y, en la actualidad, existen numerosos estudios científicos que han evidenciado la repercusión negativa que estas situaciones tienen en la capacidad de ejecución cognitiva”. De este modo, una correcta hidratación se torna decisiva para la prevención de accidentes laborales y el desarrollo de enfermedades. 

¿Qué entendemos por deshidratación? Los expertos consideran un estado de deshidratación leve la pérdida de un 1-2% de agua corporal, mientras que un estado moderado sería de un 2-5% y uno grave cuando esta es superior al 5%, algo nada habitual entre la población general. Así pues, cuando nuestro estado de deshidratación es superior al 2%, los cambios en la cantidad de sales y electrolitos corporales alteran la actividad cerebral y el correcto funcionamiento de los sistemas de neurotransmisión, haciendo que nuestra capacidad de memoria a corto plazo disminuya y alterando nuestra capacidad de concentración y rendimiento, aumentando de esta forma las posibilidades de sufrir un accidente de trabajo, ya seamos adultos jóvenes o personas mayores.

En este sentido, el presidente de la Academia Española de Nutrición y Ciencias de la Alimentación (AEN), el Profesor Lluis Serra-Majem, alertó en la Sesión Científica Extraordinaria sobre Nutrición e Hidratación celebrada a principios de febrero que la deshidratación puede causar sensación de confusión y de fatiga, somnolencia, mayor riesgo de caídas, infección del tracto urinario, formación de cálculos renales, problemas dentales, trastornos broncopulmonares, estreñimiento, dolores de cabeza y migrañas. Incluso, si la carencia es bastante elevada puede llevar al colapso y a la muerte. “De hecho, existen estudios que muestran que la falta de líquido durante más de 12 horas puede provocar dolores de cabeza y que, por el contrario, la ingesta de líquido en personas con cefaleas reduce su duración e intensidad”, concluyó este experto.

La ingesta de líquidos, imprescindible
Consumir entre 2 y 2,5 litros de líquido al día (20-25% de alimentos; 75-80% de bebidas) es la principal recomendación de los expertos. “Cualquier alimento o bebida, excluyendo las alcohólicas, con un contenido mínimo de agua del 80%, se puede decir que tienen la capacidad de hidratar, es decir, de aportar líquido al organismo. En este grupo estarían las frutas, verduras, ensaladas, caldos y sopas, infusiones, leche, zumos, refrescos, etc.”. Pero también debemos atender a las condiciones ambientales o a si estamos realizando una actividad física, además de la intelectual. 

Asimismo, la profesora Ana Adam argumenta que un adulto puede estar deshidratado incluso cuando cree estar ingiriendo suficiente líquido. “Se ha constado que los trabajadores no beben suficientes líquidos durante la jornada laboral e incluso llegan al trabajo deshidratados”, advierte. Así que, ya sabes: si te encuentras fatigado y no te concentras en el trabajo, puede que no te hayas hidratado lo suficiente. ¿Qué cantidad de líquido sueles beber al día?

Información procedente de: http://es.tendencias.yahoo.com


Los efectos del estrés en la memoria.

 El estrés es una respuesta fisiológica y psicológica ante situaciones amenazadoras o desafiantes. Es normal siempre y cuando se manifieste en un tiempo prudencial, cuando se prolonga en el tiempo es cuando se considera problemático. Los malestares físicos y psíquicos empiezan a manifestarse. La irritabilidad, agresión, y ansiedad se hacen presentes además del cansancio, dificultades para conciliar el sueño dolores de cabeza, problemas estomacales y dolores musculares. Los procesos de memoria y atención también se ven deteriorados.

Por otro lado, debido a la baja de inmunidad que produce, otras enfermedades pueden adquirirse, ya que el estrés prolongado se considera un importante factor de riesgo. Es decir, aumenta la probabilidad de contraer otras enfermedades.

Nuevos estudios se han centrado en la influencia que puede tener el estrés prolongado en las fallas de memoria. Han comprobado que las alteraciones hormonales que provoca el estrés prolongado produce una aceleración del proceso de muerte neuronal en áreas cerebrales encargadas de los procesos de memoria provocando dificultades en el recuerdo y por ende en el aprendizaje.
Se producen dificultades al intentar recordar eventos cotidianos como el lugar donde se deja la llave, nombres de personas, fechas, etc. Otras limitaciones se manifiestan a la hora de adquirir nueva información, por ejemplo, después de leer un libro o nota en el diario no pueden recordarlo, en algunos casos se recuerda una mínima idea conceptual y otros no pueden evocar el contenido pero si reconocerlo, si alguien empieza a decir el comienzo de la idea pueden terminarla o al menos saber que lo leyeron.

Estas fallas pueden ser un síntoma del síndrome de estrés crónico o en personas de tercera edad corresponder al inicio de enfermedad de alzheimer ya que uno de los primeros síntomas de esta patología es el deterioro de la memoria.

El estrés crónico aumenta la probabilidad de contraer enfermedad de alzheimer. Por lo tanto, si las fallas de memoria acompañan los síntomas del síndrome de estrés crónico y estas se agravan con el tiempo es recomendable realizar una consulta neuropsicológica y médica que permita realizar un diagnostico diferencial. Este permitirá identificar si las fallas de memoria son parte del síndrome de estrés crónico o si se trata de una alteración de memoria propia de la Enfermedad de Alzheimer intensificada por el síndrome de estrés crónico.
En otros casos, si la persona padece enfermedad de Alzheimer y sufre estados de estrés prolongado los síntomas se agravan y aceleran los mecanismos neurodegenerativos que caracterizan la enfermedad.

La mejor manera de prevenir el estrés es realizar ciertos cambios en nuestro estilo de vida, esto incluye participación en actividades sociales, ejercicio físico, alimentación equilibrada, descanso regular y actividades agradables o hobbies.
Potenciar nuestra calidad de vida puede prevenir el estrés crónico como neutralizar y disminuir sus efectos.

Información procedente de: http://www.eldiariodecarlospaz.com


 

Alimentos para la memoria.

 

Zanahorias y brócili



Si quieres preparar tu cerebro y mejorar tu memoria con una alimentación correcta, tal vez los consejos que te vamos a dar a continuación, te sirvan de trampolín para la adquisición de nuevos hábitos alimenticios saludables.

1. La revista Muy Interesante publicó recientemente un artículo en el que se aludía a 3 alimentos para mejorar la memoria: las zanahorias (a ser posible crudas), por su alto contenido en beta-caroteno; el salmón y el atún, por sus ricos aportes de ácidos Omega 3 (a los que podríamos añadir las sardinas y las caballas); y las almendras, que presentan un completo aporte de nutrientes: proteínas, calcio, fósforo, hierro, potasio, sodio, magnesio, cobre, zinc, vitaminas B1, B2, C, D y E, etc.

2. Otros alimentos para el cerebro mencionados en numerosos estudios, con los que podremos diseñar nosotros mismos una dieta equilibrada y amplia, son: las frutas ricas en antioxidantes, como los arándanos, las frambuesas, las fresas, las uvas rojas, etc.; las verduras como el brócoli, la coliflor, o las espinacas; y el huevo, por su alto contenido en lecitina y vitamina B, entre otras cosas.

3. El aguacate es otro de los alimentos que hemos encontrado mencionado en la mayoría de los estudios sobre la alimentación y la memoria. Y no es de extrañar, ya que entre sus nutrientes se encuentran ácidos Omega 3 y Omega 6, fósforo, calcio, hierro, sodio, magnesio, potasio, zinc, vitaminas E y B, etc.

4. En Blogcocina, ya hablamos de los altos índices de antioxidantes, magnesio y fósforo del chocolate negro, siendo éste mencionado también en diversos informes como estimulante del sistema nervioso.

5. La colina presente en el ajo, las cebollas, el apio, los espárragos, la soja, los guisantes, las berenjenas, el maíz, etc.; es también un componente esencial para el buen funcionamiento del cerebro.

6. El calcio de los productos lácteos como el queso (mejor si es fresco, para evitar las grasas saturadas) o los yogures, también es recomendado por los especialistas en toda dieta para mejorar la memoria en época de exámenes.

7. La Sociedad Española de Medicina de Familia ya informó que en España se desayuna mal, no sólo por el contenido, sino por el tiempo que se le dedica a éste. A este respecto, os recomendamos este artículo para el diseño de un desayuno saludable, equilibrado y sano; una práctica crucial para mantener nuestro cerebro en forma, sobre todo en épocas de estudio y exámenes.

Alimentos perjudiciales para el cerebro y la memoria.
 
De la misma forma que los alimentos para la memoria deben formar parte de nuestra dieta de forma continua, hablar de alimentos perjudiciales para el cerebro es hablar de alimentos cuya ingesta deberíamos moderar en nuestra dieta en algunos casos, o evitar en otros. A moderar, como siempre, los alimentos ricos en grasas saturadas, el exceso de azúcares, etc. Para mantener un cerebro sano, evitaremos también el alcohol, el tabaco, y por supuesto, las drogas de cualquier tipo.

Información procedente de:http://www.blogcocina.es

Fuentes: Salud y Medicinas / Muy Interesante / Botanical

Foto: Chefranden

 

El síndrome del cuidador.

¿Quién no ha escuchado alguna vez hablar de este síndrome? Pero, ¿sabemos realmente en qué consiste? En esta entrada trataré de dar unas pinceladas sobre los síntomas que lo conforman para, posteriormente, proporcionar algunas recomendaciones que ayuden a amortiguar sus efectos. Entre los principales síntomas que pueden aparecer en las personas cuidadoras, y ante los que debemos estar alerta, son:

Pensamientos erróneos del tipo “soy la única persona que puede cuidarle”, “es mi obligación cuidarle”, “soy egoísta si quiero espacio y tiempo para mí mismo/a”.

Insomnio. Nos cuesta conciliar el sueño, nos levantamos de forma frecuente durante la noche, nos levantamos mucho más temprano que antes y nos cuesta volver a dormir.

Problemas físicos tales como temblores, fatiga, molestias digestivas, cefaleas, sudoraciones, tensión muscular.

Soledad y aislamiento. Dejamos de quedar con los amigos, ya no disponemos de tiempo para nosotros mismos.

Ansiedad. Acaloramientos o escalofríos, mareos, vértigos, sensación de falta de aire, taquicardia, sequedad de boca, mostrarse irritable por cualquier cosa, miedo a enloquecer o perder el control.

Depresión. Pérdida de interés por cosas que antes nos gustaban, ideas de muerte, abandono del aspecto físico.

En la segunda parte de este post, que publicaré en breve, abordaré aquellos aspectos que nos ayuden a reducir estos síntomas.

Una recomendación es participar en grupos de ayuda mutua con otros cuidadores para compartir experiencias y desahogarse con personas que se encuentran en la misma situación. En caso de derivar en depresión o ansiedad, consulte con un profesional.
 
¿Qué podemos hacer para manejar los pensamientos erróneos? Ante todo, no hacer una montaña de un grano de arena. Tampoco debemos culparnos de cosas que se escapan a nuestro control; solos seremos incapaces de llegar a todo, por lo que tenemos que aprender a delegar; asumir que no siempre tenemos la razón y que las opiniones de los demás pueden sernos útiles; y, por último, cambiar la frase “tengo que…” por “intentaré…”.

¿Qué podemos hacer con el insomnio? He aquí unas normas básicas de higiene del sueño: la habitación es solo para dormir, por lo que debemos procurar no realizar ninguna otra actividad en ella; acostarnos sólo cuando tengamos sueño, si tras un rato en la cama no logramos dormirnos, debemos levantarnos e irnos a otro lugar hasta que volvamos a tener sueño; evitar dormir durante el día; evitar bebidas estimulantes (café, té, chocolate) así como el tabaco; la cena ha de ser ligera y, por último, no mirar el reloj por la noche.

¿Qué podemos hacer si tenemos problemas físicos? Dormir lo suficiente, hacer ejercicio físico (estiramientos, caminar), hacer ejercicios de relajación y respiración, beber mucha agua y cuidar la alimentación. En caso de problemas de salud severos, acudir al médico. Debemos tener en cuenta que cuidándonos, cuidaremos mejor.

¿Qué podemos hacer ante la soledad y el aislamiento? Lo más sencillo, al mismo tiempo que lógico, es relacionándonos con familiares, amigos, etc. Pero también podemos compartir nuestras experiencias con otros cuidadores, esto nos vendrá bien. Aunque en principio parezca algo imposible, debemos encontrar el modo de salir, al menos, un día (o noche) a la semana fuera de casa. Si alguien nos ofrece ayuda, no debemos rechazarla. Debemos aceptarla aunque el familiar al que estamos cuidando se oponga.

¿Qué podemos hacer para reducir la ansiedad? En primer lugar, debemos prepararnos antes de tener que enfrentarnos a la situación. Para ello debemos conocer qué es lo que le afecta al familiar dependiente (problemas de salud, emocionales, etc.); no anticipar acontecimientos, lo que tenga que pasar, pasará; intentar relajarnos y actuar con calma. Siempre que se pueda y sea posible, alejarnos un poco de la situación, de esta manera podremos ver las cosas desde otro ángulo y así poder tomar decisiones más acertadas.

Y por último, ¿Qué hacer ante una depresión? Ante todo, saber que la depresión tiene tratamiento, consultar con un profesional. Lo que nosotros mismos podemos hacer es: 1) planear las tareas con antelación, 2) buscar un momento al día para nosotros mismos (leer un libro, tomar un baño relajante), 3) Pedir ayuda sin esperar que alguien nos la ofrezca, 4) no perder la relación con las amistades, 5) conocer nuestros límites y no sobrepasarlos, 6) no juzgar nuestros propios sentimientos, éstos no son ni buenos ni malos y 7) no ignorar nuestras propias necesidades.

Una recomendación es tomarse un poco de tiempo de vez en cuando para uno mismo, confiando el cuidado a otras personas, y no olvidar que nosotros, aunque cuidadores, también tenemos una vida y que solo podemos dar un cuidado de calidad a otra persona si nosotros estamos bien cuidados.
 
Información procedente de: http://psicologiaparamayores.blogspot.com.es

 

Diferencias entre un cuidador capacitado y uno no capacitado.

 

CUIDADOR CAPACITADO

Señales de alarma:


  • Ante la pérdida de memoria y las constantes preguntas del paciente, el cuidador responde una o dos veces y posteriormente distrae al paciente.
  • Simplifican las tareas y adaptan las actividades a las capacidades y habilidades del paciente.
  • En el lenguaje, opta por hablar despacio, hace preguntas cortas y directas. Estimulan la comunicación y prestan atención al lenguaje no verbal del paciente.
  • En la desorientación, utilizan letreros, calendarios. Se sientan al lado para hablar con el paciente, caminan y distraen con otras actividades. Además evitan lugares que ponen incomodo al paciente.
  • Aumentan vigilancia, no reclaman ante pérdida de objetos, no regaña; porque sabe que la causa de todas las alteraciones es la enfermedad. Por la capacitación los síntomas no los toman por sorpresa.
  • Ante la pérdida de iniciativa, los cuidadores estimulan al paciente, dan opciones de actividades y tienen mucha paciencia.

Pérdida de habilidades:

  • En la alimentación observa el lenguaje corporal, reconoce el momento de pasar de alimento sólido a líquido, saben cuándo cambiar utensilios, usa horarios, respetan al paciente cuando no quiere más y utilizan frases de estímulo.
  • Ante la deambulación aumentan vigilancia, entretienen y ponen  al paciente a hacer ejercicios.
  • Con el sueño, tratan de mantener activos a los pacientes, conocen los efectos de los medicamentos y con las pesadillas tranquilizan a los pacientes.
  • En el control de esfínter, usan palabras de estimulación, respetan la intimidad del paciente, tienen horarios, usan guantes y explican al paciente lo que se les va a realizar.
  • Para los fármacos se ayudan con horarios, busca ayuda profesional, conoce los efectos secundarios de medicamentos, muelen las pastillas y mantienen los medicamentos lejos del alcance de los pacientes.
  • En la parte de higiene y autocuidado, trabajan con un libro o diario (donde reportan estado del paciente). Bañan a los pacientes con técnicas que facilitan la labor con palabras estimulantes e involucran al paciente.
  • Cuando el paciente está deprimido identifica síntomas, comprende al paciente y refiere al especialista.

Movilización:

Estos cuidadores al recibir entrenamiento, conocen cuáles son las posturas para la movilización tanto de su persona como de su paciente, reconocen cuál es el tipo de fuerza física necesaria para la movilización y de dónde se tiene que levantar a un paciente con Alzheimer.  Estos conocimientos les permiten prevenir golpes, fracturas, caídas, desgaste físico y lesiones de piel tanto en el paciente como en ellos mismos.

Todo el conocimiento adquirido no sólo les genera seguridad y confianza, sino que, también les permite disminuir los niveles de estrés.


Actividades recreativas y terapéuticas con el paciente:

Estos cuidadores conocen una gran gama de actividades para realizar con sus pacientes, gracias a la capacitación; es importante resaltar que estos cuidadores aplican las actividades con el objetivo no sólo de recrear, entretener o mantener ocupado al paciente, sino que buscan estimular al paciente a través de las actividades, retrasando así los efectos de la enfermedad y mantienen las capacidades y habilidades del paciente por mayor tiempo.


Actividades recreativas para sí mismo (cuidador):

Estos cuidadores saben los riesgos del cuidador, por ende tratan de protegerse y cuidarse con actividades que les permitan salir de la rutina.
Primeros auxilios:

Al recibir entrenamiento tienen seguridad, confianza, reconocen que aunque tengan conocimientos, el aplicar primeros auxilios conlleva nerviosismo, pero saben cuáles son las pautas a seguir y mantienen la calma.



CUIDADOR NO CAPACITADO

Señales de alarma:


Calidad de vida del paciente:

  1. Salvaguardan la integridad de los pacientes, velan por la satisfacción de las necesidades de sus pacientes de acuerdo a sus posibilidades, emocionales, espirituales, familiares, sociales, económicas, físicas y psicológicas.
  2. Todas las señales, los toman por sorpresa.
  3. Ante la pérdida de memoria, ellos siempre responden a las preguntas de sus pacientes, lo aumenta su estrés y baja el nivel de tolerancia.
  4. Se impactan porque el paciente ya no puede realizar tareas simples.
  5. Se siente impotente para comprender, el comportamiento de su paciente.
  6. Se siente inseguro y con temores, por no saber cómo afrontar los síntomas del paciente.
  7. Vive con la incertidumbre de si sus acciones son adecuadas y convenientes para su paciente.
  8. Se sienten mal por las acusaciones de robo de sus pacientes, ante la pérdida de objetos.
  9. Cree que el paciente, finge muchos síntomas y que son cosas de la persona adulta mayor (estereotipo).
  10. Ante los cambios de personalidad, comportamiento, pérdida de memoria, estos cuidadores optan por confrontar a sus pacientes, lo que genera cansancio, discusiones y alteración de sus pacientes.

Pérdida de habilidades:

  • En la alimentación, se asusta, siente impotencia porque no sabe qué hacer.
  • La deambulación lo agota por el esfuerzo físico, duermen menos, no entienden que le pasa al paciente, quieren que el paciente se tranquilice.
  • Se irrita cuando el paciente no quiere dormir, lo que genera agotamiento por los desvelos, no saben qué hacer ante las alteraciones del sueño.
  • Los medicamentos los tienen lejos del alcance de los pacientes, no conocen sobre los medicamentos y cuando no saben llaman al farmacéutico.
  • En la higiene y autocuidado, los cuidadores aumentan vigilancia, pero temen las etapas avanzadas de la enfermedad porque no se sienten capacitados debido a las complicaciones.
  • En el manejo del tiempo libre, estos cuidadores carecen de actividades para realizar con sus pacientes, por ello sienten un deseo de conocer más sobre la enfermedad, saben que deben capacitarse.
  • Ante una depresión o estado de ánimo bajo de sus pacientes, estos cuidadores desconocen cuáles son las medidas a tomar y tienen muchas preguntas de qué hacer, además, tienen a confrontar y hacer reaccionar a sus pacientes, lo que pone a los mismos en un estado de shock.

Movilización:

Al no tener entrenamiento, existe tensión muscular, inseguridad, lesiones y se puede sin intención cometer negligencia por ejemplo ante una caída levantar al paciente para descartar fracturas.


Un cuidador comentó: 

“producto de no conocer uno las cosas, pierde la paz y la tranquilidad”

Actividades recreativas y terapéuticas con el paciente:

Los cuidadores no capacitados, si realizan actividades como por ejemplo: sopas de letras, pero las actividades nunca varían y se hacen más por mantener ocupado al paciente y poder realizar así otras tareas.

Actividades recreativas para si mismo (cuidador)

El hecho de poder asistir a las reuniones mensuales de la Asociación de Alzheimer, estos cuidadores con mucho esfuerzo y sacrificio tratan de hacer deporte, tener actividad social y mantener intereses.


Primeros Auxilios:

Se cae en negligencia, por falta de capacitación.  Estos les genera mayor estrés, porque saben que en cualquier momento sucede una emergencia.

Calidad de vida del paciente:

Salvaguardar la integridad de los pacientes, pero no cuentan con las herramientas y conocimientos necesarios.


Información procedente de: http://www.alzheimeruniversal.eu

Fuente: Charla de apoyo para familiares y cuidadores, febrero 2011, Asociación Costarricense de Alzheimer, por Lic. Jenny Zúñiga Madrigal y Lic. Magdalena Cruz Sibaja.

 

sábado, 23 de marzo de 2013

Treinta minutos de retraso en atender un ictus aleja un 10% la recuperación.

Un estudio clínico mundial en el que ha participado el Hospital Vall d'Hebron de Barcelona sobre nuevos tratamientos endovasculares en ictus isquémicos ha concluido que por cada 30 minutos de retraso en acceder al tratamiento disminuyen un 10 % las opciones de recuperación funcional de los pacientes.
El Hospital Universitario Vall d'Hebron (HUVH) es el único centro español participante en este estudio mundial, cuyos resultados ha publicado la revista "New England Journal of Medicine" (NEJM), y el que ha aportado más pacientes de Europa.

El estudio IMS3 (Interventional Management of Stroke) ha sido coordinado en Barcelona por el neurólogo Marc Ribó y el jefe de la Unidad de Ictus de Vall d'Hebron, Carlos Molina, y en él han participado 656 pacientes de 58 centros de los Estados Unidos, Canadá, Australia y Europa.
El ictus isquémico, una oclusión brusca de una arteria cerebral, es una de las principales causas de mortalidad en España, y la primera de discapacidad permanente.

Actualmente, el único tratamiento efectivo demostrado es el uso del fármaco t-PA (un inhibidor del activador tisular del plasminógeno), que, administrado en las primeras horas después del inicio de los síntomas, consigue en algunos casos la destrucción del trombo causante de la oclusión y la reversión de los síntomas.

En muchos casos, el t-PA no consigue el objetivo deseado, lo que obliga a estudiar alternativas terapéuticas.
En este estudio se ha probado el tratamiento endovascular, es decir, el acceso mediante un catéter por el interior de los vasos sanguíneos hasta llegar a la arteria cerebral donde se encuentra alojado el trombo y proceder a su extracción.

Durante el ensayo se distribuyó a los pacientes que habían recibido t-PA intravenoso en las tres primeras horas después de la aparición de los síntomas del ictus en dos grupos, uno de ellos recibió terapia endovascular adicional y el otro solo t-PA.

Según ha informado el Hospital Vall d'Hebron, el IMS3 no ha mostrado una superioridad evidente del tratamiento endovascular frente al convencional con t-PA, pero ha abierto una vía de información muy importante sobre los subgrupos de pacientes que pueden llegar a beneficiarse de estos tratamientos y sobre cuáles son las exploraciones complementarias que permitirán identificarlos.

Aunque no se ha podido demostrar que los nuevos tratamientos sean más efectivos que los tradicionales, existen factores que permiten a los investigadores ser optimistas, ya que la información obtenida y la aparición de nuevos catéteres con un perfil de eficacia y seguridad mejorados permite diseñar nuevos ensayos clínicos, algunos ya en marcha con participación de Vall d'Hebron.
Información procedente de: http://www.larazon.es

Cerebros inmunes a la enfermedad de alzhéimer.

 

Algunas personas no desarrollan la enfermedad pese a que su cerebro muestra indicios de la patología. El estudio de estos casos resistentes, puede aportar nuevas vías de investigación y prevención.

 

Una serie de estudios han sugerido que no hay una relación entre la presencia de lesiones características del alzheimer y los síntomas.
Cerebros inmunes a la enfermedad de alzhéimerLa teoría tradicional en relación a que la acumulación anormal de la proteína beta amiloide en el cerebro conduce al alzhéimer no está tan clara. Se ha podido comprobar que, en pacientes mayores de 65 años, entre el 20 y el 50 % de quienes no padecen demencia tienen placas amiloides en el cerebro. No hay diferencias, o no parece haberlas, entre las placas de aquellas personas que padecen la demencia y éstas.
Todo apunta a que parece haber una respuesta inmune diferente entre quienes son resistentes.
El más conocido, es un estudio en una comunidad de monjas francesas donde se intentó averiguar por qué unas envejecían de forma saludable con sus facultades mentales intactas mientras que otras presentaban síntomas de demencia con la edad.  Todas las monjas tenían estilos de vida parecidos, tanto si tenían estudios superiores o no, ninguna fumaba y además llevaban las mismas pautas alimentarias y disfrutaban de la misma asistencia sanitaria.
Mediante pruebas neuropsicológicas anuales y, gracias a las donaciones de sus cerebros para su posterior estudio, se destacó que una mayor educación parece conferir cierta protección frente al alzhéimer, retrasando su aparición. Lo cual podría estar relacionado con una mayor estimulación cerebral.

En aras de encontrar el medicamento efectivo, hoy por hoy la mayor esperanza está puesta en la prevención. Se sabe que los factores de riesgo en cuanto a patologías cardiovasculares tienen relación con el alzhéimer. Otras fuentes de riesgo son: colesterol, presión arterial alta, diabetes, vida sedentaria… todos ellos factores modificables.

Información procedente de: http://blogdefarmacia.com

 

Alzheimer y riesgos de suicidio.

Muy a menudo las personas afectadas por la enfermedad de Alzheimer dejan escapar frases muy negativas sobre su condición de enfermo:
“No valgo para nada” “Que hago aquí” “Más me valdría morirme”…insinuando que la idea de suicidarse es algo que les preocupa.

 


Este pensamiento es habitual en el marco de una depresión, estado de ánimo muy frecuente en la enfermedad de Alzheimer.

¿Hay un riesgo de que estas personas se suiciden?
¿Cuáles son los factores predictivos de un suicidio?
¿Qué hacer en tal caso?

* Si las evocaciones verbales son muy frecuentes, parece ser que pocos enfermos realizan el acto de suicidarse. En realidad las estadísticas son pocas y divergentes. En Inglaterra, los suicidios en la enfermedad de Alzheimer llegan a penas a 1% de los enfermos  (1) cuando en Israel son del 7 % (2).

* En cuanto a los factores predictivos de una actitud de suicidio, se pueden incluir:
- la existencia de una depresión,
- el ingreso hospitalario por una causa psiquiátrica en el historial de la persona,
- la administración de psicótropos tales como los antidepresivos y los ansiolíticos.

* ¿Cuando hay más riesgo de suicidio?
No en el momento de la comunicación del diagnóstico como se podría suponer. Pero sí cuando el enfermo, al cabo de uno o dos años, se da cuenta de su pérdida de autonomía.
También los estudios demuestran que los enfermos jóvenes se suicidan más que los de mayor edad.

Un último hecho es que no hay diferencia en las estadísticas de suicidio según el lugar donde vive el enfermo, ya sea en el domicilio, o en una residencia.

¿Qué hacer si su familiar tiene ideas suicidas
No tomarse el tema a la ligera
Buscar una causa que haya podido inducirlas: conflictos en la familia, problemas con la herencia…
Informar a su médico



Información procedente de: http://www.alzfae.org

Referencias:
Seyfried LS. Y cols
Predictors of suicide in patients with dementia
Alzheimer’s and Demencia 7 (2011) 567-573
Purandare N. y cols
Suicide in dementia: a 9-year national clinical survey in England y Wales
The British Journal of Psychiatry (2009) 194; 175-180
Barak Y. y cols
Suicide amongst Alzheimer’s disease patients: a 10-year survey
Dement Geriatr Cogn Disord 2002; 14 (2):101-3.

La cantidad de proteína beta amiloide se asocia con la severidad de los síntomas de pérdida de memoria.

Según un estudio publicado recientemente en la revista ‘Alzheimer’s Research & Therapy’, la cantidad de proteína beta amiloide que se encuentra en el cerebro de las personas con deterioro cognitivo leve aumenta la severidad de los síntomas y contribuye a la posible aparición de Alzheimer precoz.

En esta investigación se realizó una prueba no invasiva de Tomografía de Emisión de Positrones (TEP) para encontrar placas de esta sustancia, que se hallaron en cerebros de personas con deterioro cognitivo leve, aunque los expertos concluyen que la relación entre pérdida de memoria y presencia de proteína beta amiloide es independiente de otros factores del deterioro cognitivo.

En la mitad de las personas con deterioro cognitivo se encontró una cantidad de esta proteína por encima de la medida habitual y en ellas, una fuerte relación entre la cantidad de proteína y la pérdida de memoria.

Sin embargo, la particularidad es que no se mostraban las demás características propias del desarrollo de una enfermedad neurodegenerativa como atrofia en el hipocampo o lesiones en la materia blanca cerebral, consecuencias fisiológicas que suelen frecuentes en las pruebas realizadas a personas que desarrollan la enfermedad de Alzheimer.

La conclusión a la que llega este estudio justifica la necesidad de identificar precozmente tal alteración para iniciar, lo antes posible, programas de intervención dirigidos a preservar las funciones cognitivas de los afectados, implementando distintas medidas de reforzamiento y ejercicio de dichas funciones y mejorar la calidad de vida de estos pacientes.

Información procedente de: http://cuidadoalzheimer.com

 

 

jueves, 21 de marzo de 2013

Periodos de recuperación neurocognitiva tras un daño cerebral sobrevenido. Cuándo tratar y cuándo no.

Este mes de marzo se ha celebrado en Sevilla la 6ª Reunión Anual del Consorcio de Neuropsicología Clínica (CNC) y en ella han participado tres neuropsicólogos de la Red Menni de Daño Cerebral: Ignacio Sánchez Cubillo, David de Noreña y Marcos Ríos.

¿Existen tratamientos específicos para los grandes síndromes neurocognitivos? ¿Son eficaces? Ignacio Sánchez Cubillo  revisó algunos de los hallazgos más importantes en relación con la atención y su patología, la velocidad en el procesamiento de información, la memoria y el lenguaje. Recordó que existe evidencia suficiente para recomendar determinados tipos de intervenciones para cada una de estas dificultades, si bien es necesario profundizar en el conocimiento sobre estas técnicas y su impacto sobre el nivel de actividad de cada paciente, con el objetivo de seleccionar las más apropiadas en cada caso.
David de Noreña repasó los “Criterios de inclusión y exclusión, y signos favorables y desfavorables en la neurorrehabilitación cognitiva”. La edad parece ser un factor relevante, no obstante, se contemplan cuatro variables moderadoras del resultado de la rehabilitación neuropsicológica: el dominio del tratamiento (el proceso cognitivo abordado), la etiología de la lesión, el tiempo de evolución y la edad. Estas variables interaccionan y se confunden con frecuencia entre sí, explicó.
Periodos de recuperación neurocognitiva tras un daño cerebral sobrevenido. Cuándo tratar y cuándo no hacerlo” fue el título de la ponencia de Marcos Ríos. Le pedimos que nos responda algunas preguntas sobre el contenido de la misma.

 - De entrada siempre es bueno tratar el DCA, ¿hay excepciones?

Efectivamente, siempre es bueno tratar el daño cerebral. Las investigaciones muestran que estos programas son efectivos y la evolución de los pacientes es mejor que si no son tratados. La mejoría afecta tanto a los pacientes como a su entorno más cercano. ¿Hay excepciones? Bueno, creo que no muchas. Siempre hay objetivos (grandes o pequeños) que establecer con los pacientes y sus familias. En ocasiones la dificultad es llegar a un consenso sobre cuáles son esos objetivos. A veces las familias desean que el paciente vuelva a caminar, a trabajar o  a estudiar, y eso no siempre es posible (algunos pacientes son muy graves). En estos casos hay que trabajar la conciencia de las dificultades y ayudar a los pacientes y su familia a establecer un nuevo proyecto de vida en consonancia con la nueva situación.
Entonces, siempre es bueno tratar, pero no siempre es posible tratar las mismas cosas. Los objetivos van cambiando a lo largo del proceso de evolución del paciente

- El inicio más temprano del tratamiento ¿implica mejor recuperación?

Esta es la idea general. Está apoyada por algunos datos de investigación, pero los resultados son controvertidos. Algunos autores sugieren que cuanto antes sea el inicio mejor. Otros indican que el momento de inicio no es relevante, porque a medio y largo plazo se alcanzan las mismas metas. Otros señalan que las metas son las mismas en el inicio temprano y en el inicio tardío, pero que el inicio temprano implica un menor coste en cuanto a tiempos de recuperación y a coste económico.
Además se han descrito algunos resultados que indican que, para algunas lesiones, una estimulación (o sobreestimulación) temprana puede provocar un empeoramiento de la lesión. Cuando sobreestimulamos en fases iniciales lo que ocurre es que hacemos trabajar con sobreesfuerzo a un cerebro que no está aún preparado para ese ritmo. Esto es bien conocido para la rehabilitación física y, posiblemente, afecta igualmente a otras áreas de la rehabilitación.

- La elección de la hora es importante, ¿por qué? 

La hora del tratamiento es algo poco investigado. Hay algunas ideas pero  ese factor no se considera de un modo general al planificar el programa de rehabilitación de un paciente. Sí se hace de modo específico cuando se detecta que en un paciente concreto un horario determinado le va mal. Se trata de ajustar para optimizar el rendimiento en la sesión.

- ¿Y el origen de la lesión?

El origen de la lesión sí se observa, pero al final se hace una evaluación individualizada del caso y se ajusta el tratamiento a las dificultades específicas de ese paciente.

-  ¿Cuáles son los objetivos de la rehabilitación y cuándo se puede poner fin a la misma?

Cada fase de la rehabilitación tiene sus objetivos. En fases iniciales, justo después de la lesión, priman los cuidados médicos y de enfermería. Hay que garantizar la supervivencia del paciente y ponerle en la mejor disposición para las fases posteriores de la rehabilitación. Paulatinamente se irá iniciando un programa de rehabilitación que incluya fisioterapia, neuropsicología, terapia ocupacional y logopedia. En un momento dado (difícil de determinar en muchos casos) se irá reduciendo esta frecuencia de sesiones para ir facilitando el proceso de reincorporación a la vida cotidiana. Por último, muchos pacientes necesitan unas sesiones de mantenimiento en algunas de estas áreas de rehabilitación.

Información procedente de: http://www.dañocerebral.es